Aceptación postelectoral
Gaceta
Raúl Terrazas Barraza
Aceptación postelectoral
El tiempo mágico del proceso electoral que casi concluyó, fue este fin de semana, porque una vez realizados y dados a conocer los resultados de las casillas electorales vía los Consejos Distritales y Municipales, flota en el ambiente social un halo de certeza, credibilidad y confianza, factores que, quizá puedan concretarse en una sola palabra, aceptación.
Los tamaulipecos se prepararon fueron poco a poco inmiscuyéndose en el proceso que está a cargo del Consejo General Electoral del IETAM, conformado por ocho personas dedicadas al cien a que todos los artículos de la Ley Electoral de Tamaulipas fuesen cumplidos por todos los actores de la elección, es decir, dirigentes y representantes de los 10 partidos políticos aprobados para intervenir y presentar candidatas y candidatos en la misma proporción, éstos mismos.
Pero también los ciudadanos, quienes dieron entrada a las propuestas de quienes hicieron las campañas y los llevaron a dos decisiones fundamentales, ir a votar el seis de junio y decidir por quienes hacerlo para que despachen en los puestos de elección que se disputaron en cada casilla.
La aceptación de los resultaos electorales adquiere relevancia social, porque si esta no existiera, una semana después de las votaciones, las calles de las ciudades, sus plazas públicas y los edificios icónicos de los gobiernos hubiesen amanecido el domingo con sendas manifestaciones de protestas por la inconformidad de los resultados, situación que, desde luego en ningún punto de Tamaulipas pudo advertirse, ello, solo lleva a pensar que la decisión de los votantes fue determinante y nadie tiene que lidiar con eventos callejeros que bien podrían considerarse como vergüenza de la democracia.
El consejero presidente el IETAM, Juan José Ramos Charré, sus colaboradoras y colaboradores, las consejeras Nohemí Argüello Sosa, María de los Ángeles Quintero Rentería, Deborah González Díaz, Italia García López y los consejeros, Oscar Becerra Trejo y Jerónimo Rivera García, en la parte local, estuvieron a la altura de las expectativas de los ciudadanos y demostraron que el trabajo colegiado fue la base para el proceso local, como también pudo visualizarse para el ámbito nacional, por el desempeño que tuvieron quienes integran el Instituto Nacional Electoral, dirigidos por el Consejero presidente, Lorenzo Córdova Vianello.
Esperar que los dirigentes de los partidos políticos, las y los candidatos que perdieron la elección y desde luego, quienes ganaron o bien los ciudadanos, reconozcan el trabajo de los órganos autónomos que organizan las elecciones debería de ser una condición obligada.
Obvio, si se toma en cuenta que la aceptación de los resultados electorales es, desde una perspectiva extendida de la política es el corolario de un evento que justifica todo aquello que las leyes precisan y en primer término el financiamiento de la democracia, dado que es manera correcta para evitar que los ambientes electorales se enrarezcan y terminen por romper esta tranquilidad a una semana de la elección más grande de la historia.
Es más, da la impresión de que victorenses, tamaulipecos y mexicanos, ya dieron la vuelta a la página de las elecciones para las que fueron nominados candidatos a más de 21 mil cargos públicos del país y que, se preparan para otros temas de la agenda del día a día, por ejemplo, la terminación de los actuales políticos en sus cargos y la llegada de los nuevos en los meses de septiembre y octubre, que los niños puedan estar de nuevo en clases presenciales para el ciclo escolar que viene, el asunto de la economía previa a las vacaciones de verano y la atención a las demandas sociales en cada región del país.
En cuánto al éxito logrado por los órganos electorales y en esta época en que las vacunas son parte medular de las acciones ciudadanas, debería ser suficiente para acabar con la amenaza del Gobierno de la República para eliminarlos de una pincelada, aunque la conformación de la nueva Legislatura de la Cámara Baja en el Congreso de la Unión, da al INE y a los Institutos Electorales de la entidades, la posibilidad amplia de permanecer para organizar las elecciones por muchos años más y llevarlo a cabo con la misma determinación que lo hicieron en este 2021. Fue la elección más grande de la historia y es de esperarse que un beneficio colateral no esperado sea la permanencia de estas instituciones, cuya evolución es positiva en todos los sentidos desde el momento mismo que se confió a los ciudadanos ser parte medular en la organización de las elecciones y en la recepción y conteo de los votos en las casillas.
Frente a cualquier intento de lesión a los órganos electorales, las y los diputados deberán de actuar para evitarlo y el pueblo mexicano avalar su acción o demandar al unísono que sean respetados, porque son fundamentales para la tranquilidad postelectoral que se disfruta desde la creación, modernización y perfeccionamiento de los Institutos electorales del país.
Si hay quienes creen que el costo de las elecciones es muy alto y que los partidos políticos no deben recibir financiamiento, solo deberán tomar en cuenta que cualquier conflicto postelectoral que pudiera existir, le costaría para a la nación y a la sociedad.