Borgen: un curso de feminismo
Rutinas y quimeras
Clara García Sáenz
Borgen: un curso de feminismo
¿No ha visto usted la serie televisiva danesa “Borgen”? pues entonces debería tomarse el tiempo de verla para comprender a las mujeres desde su campo laboral, su naturaleza profesional y su capacidad de compromiso cuando creen en algo y en sí mismas. A pesar de no ser una producción reciente, de esas taquilleras y publicitadas, esta es una serie producida por la televisión de Dinamarca entre el 2010 y 2013 con tres temporadas, cada una de 10 capítulos, es un curso de política y parlamentarismo donde las mujeres son las protagonistas.
La trama gira en torno a la llegada de la primera mujer al puesto de primera ministra de Dinamarca, aunque la historia es ficticia, se dice que una de las figuras que inspiraron la historia fue Margrethe Vestager una de las mujeres más destacadas en la política danesa y europea. La historia nos cuenta esa perversa relación entre los políticos y los periodistas, entre el Estado y los medios de comunicación. Donde lo que se ventile públicamente o se guarde en secrecía determina los giros de un sistema, de las mayorías, de la decisión de los votantes, de las alianzas entre grupos ideológicos, las políticas públicas y las relaciones sociales.
Las dos protagonistas de la serie, una política, Birgitte Nyborg, la otra periodista, Katrine Fønsmark se enfrentan en cada capítulo a retos laborales, familiares y sentimentales con los que deben de lidiar sin traicionar sus principios, aspiraciones, promesas y creencias. Los personajes son nítidos en sus dramas de la vida pública y privada, profesional y sentimental, en el combate permanente de sus ambiciones y anhelos salpicados del machismo cínico y la culpabilidad femenina, donde el sistema continúa exigiendo que cada parte cumple con sus roles tradicionales y los hombres cómodamente esperan que las mujeres sean buenas amantes, amorosas madres de familia, responsables amas de casa.
La molestia de los hombres brota cuando ellas tienen que interrumpir la comida familiar para contestar una llamada o llegan tarde a casa por el exceso de trabajo, olvidan algún convivio, fiesta o cita por enfrascarse en sus responsabilidades laborales; los hombres se irritan cuando ellas son intransigentes con la corrupción, la mentira o el insulto para ganar batallas. Por el contrario, son atacadas por su forma de vida personal, por algunas frases desafortunadas dicha en momentos críticos, por ser mujeres. «Borgen» es el término coloquial con el que se conoce al Palacio de Christiansborg, sede de los tres poderes del estado y oficina del primer ministro, donde se grabaron gran parte de las escenas. Fue una serie televisiva que gozó de gran éxito en Dinamarca y después en el Reino Unido e incluso se volvió un tanto predictiva de algunos acontecimientos políticos en su país, ya que después del estreno de su segunda temporada, en el 2011 Helle Thorning-Schmidt llegó a ser la primera mujer en ocupar el cargo de primera ministra en ese país nórdico.
Sin duda, esta serie es una lección de feminismo que todas las mujeres con vida laboral deben de ver, para comprender que el valor profesional y la capacidad laboral son dos acciones que nunca deben estar atadas a nuestra condición de género; que el sentimiento de culpa debe ser desterrado del cotidiano entorno machista y patriarcal que envuelve cualquier sociedad de primer o tercer mundo; y que las aspiraciones nunca deben ser frenadas por la inercia de los roles de género, si se quiere alcanzar el éxito. Aunque NETFLIX realizó una cuarta temporada que se estrenó en el 2022, no logró la calidad argumentativa ni la pulcritud dramática de la serie original. Por eso, si se anima a verla, quédese con las tres primeras temporadas hechas por la televisión pública danesa.
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