CABEZA COMBATE A LA EXTORSION, Y ANUNCIA EL C-5
CUADRANTE POLÍTICO
POR FERNANDO ACUÑA PIÑEIRO
CABEZA COMBATE A LA EXTORSION, Y ANUNCIA EL C-5
Cabeza de Vaca se acaba de anotar una buena acción, pero también genera una duda:
¿Cuál quieren primero?
El gobierno de Cabeza de Vaca, está combatiendo a los extorsionadores. Y, a reserva de la manera, cómo evolucione este tema, por ahora, hay que encomiar dichas acciones, pues en el anterior sexenio, no hubo, ni por asomo, algo similar.
Aquí, las dos caras más siniestras y desagradables del tema inseguridad, son la extorsión y el secuestro. Durante muchos años, estos dos jinetes apocalípticos han mantenido postrada la economía de las familias emprendedoras que intentan salir adelante, en diferentes renglones y niveles del comercio tamaulipeco.
En todo este tiempo, hemos aseverado que, la erradicación de dichas lacras, devoradoras de las entrañas ciudadanas, constituye un punto toral, y que, de ser erradicado, surgiría en automático, el reconocimiento de la comunidad. La gente lo que quiere es sentirse libre de nuevo. Reactivar sus negocios, volver a recorrer el estado, en libertad y sin miedo.
Todavía no se pueden echar las campanas a vuelo, pero lo que ha estado ocurriendo últimamente, habla de que el discurso empieza a materializarse en los hechos. Esperemos que así siga, y que finalmente Tamaulipas quede libre de toda esta capa de terror. Obviamente, en casos como el reciente, los métodos son cuestionables, pues se está combatiendo la violencia, con la violencia, pero ya existe una respuesta.
Y eso es lo que la ciudadanía, finalmente quiere.
Desde este espacio de opinión, enviamos un reconocimiento al gobierno cabecista, y con ello demostramos que, no solo nos dedicamos a señalar errores, sino también a subrayar acciones positivas, como las que ahora, observamos.
Ahora la duda:
He leído por ahí, sobre el proyecto de construir un C-5, algo así como un nuevo complejo de seguridad pública, que vendría a reforzar la infraestructura ya existente en Tamaulipas. No tengo acceso a la información suficiente, sobre este punto, pero de entrada me parece que, si el poder público en vigor tiene la voluntad de entrarle de frente, entonces, las cosas seguramente mejoraran, con el equipo que ya se tiene. Esto es, sin necesidad de nuevas inversiones.
¿Acaso con el dinero que se va a gastar en una nueva fortaleza de este tipo, no se podrían construir nuevas clínicas y hospitales, y con ello brindar respuestas a una población derechohabiente cada vez más numerosa en nuestro estado?
Mi duda es: ¿Será estrictamente necesario ese C-5..?
De ser así, pues adelante, como le digo, no cuento con los datos que sustenten dicha erogación presupuestal, pero sí conozco las limitaciones en que funcionan sectores sociales como el de la salud, donde hace falta mucha infraestructura, y presupuesto para pagar buenos médicos, y demás recursos humanos y tecnológicos.
Concluyo este tema, con la siguiente reflexión: Tamaulipas lleva padeciendo el problema de la inseguridad, con la mayor crudeza, desde hace por lo menos diez años a la fecha. Al menos durante los últimos siete años, la política de apoyo social, (Salud, educación, vivienda), ha sido sacrificada, en aras de meterle lana al de la inseguridad, lo que hasta ahora, se ha visto como echarle dinero bueno al malo.
CHUCHIN Y OTROS ALCALDES, PAGAN ENCUESTAS A MODO
Bastaba con ver la encuesta, para reírse de inmediato. La gráfica de evaluación sobre el desempeño de algunos de los principales alcaldes de Tamaulipas, suena evidentemente descabellada, y hasta el más despistado deduce que, algunos vivales, de esos que están aprovechando la cercanía del 2018, están ofreciendo sus servicios a los políticos en declive.
Imagínese, en primer lugar de aceptación, Chuchín de la Garza Díaz del Guante, el alcalde de Matamoros que actualmente trae fuertes problemas financieros, y que ha decidido aumentar el cobro del predial, provocando la ira de la población. En segundo lugar, con un índice de aceptación por las nubes, la alcaldesa reynosense Maki Ortíz Dominguez. Sin palabras.
Y en tercer lugar, el alcalde de Rio Bravo, Diego Guajardo, un político que, si bien es cierto, nadie le niega, que tiene cierto control en su municipio, también es verdad que se ha desgastado en su guerra frontal contra el cabecismo.
Habrá que ver, a estos tres en sus intentos de reelección, para ver si la inversión que hicieron en auto pagarse halagadoras evaluaciones, se corresponde con su capacidad, para mantenerse en el cargo, por tres años más.