César Verástegui, con derecho de sucesión para gobernar Tamaulipas
Escenario político
César Verástegui, con derecho de sucesión para gobernar Tamaulipas
Por Marco Antonio Torres de León
La oposición tamaulipeca -entiendase Morena- trae en su boca la barata narrativa de que les toca gobernar al estado, una vez que Francisco García Cabeza de Vaca acabe su mandato en 2022.
¿Y eso por qué? ¿Apoyados en quién?
¿En Andrés Manuel López Obrador? Como suelen decirlo -los morenistas- como pseudo verdad absoluta, como si todo ocurriera así, tan fácilmente por la preeminencia de un solo hombre.
Dicen que en automático ganarán las elecciones, menospreciando a figuras del PAN que bien saben ellos, los morenistas, están bien cimentados en piso tamaulipeco, verbigracia César Verástegui Ostos.
Ahora bien, ¿Por derecho de qué creen que es fácil ganarle al PAN ? ¿De sangre, de sucesión, por destino manifiesto o por qué?
César Verástegui El Truco es un político que emergió a la política de alto nivel porque vinene peleando desde abajo.
Comenzó su trayectoria en el PAN porque en el PRI de Xicotencatl le cerraron todas las puertas y porque los caciques de la época bloqueaban a las nuevas figuras, con tal de seguirse empachando de pastel.
Fue así como a rompe y rasga El Truco llegó a ser por primer vez alcalde de Xicotencatl.
Dicho, en otros términos, César Verástegui era un liberal naturalito desde sus inicios; y desee entonces ya entablaba acuerdos con el PRI -y con los políticos del momento- más fácilmente que con los panistas, casi siempre mochos y recataditos.
El PAN le abre caminos y es entonces cuando derrota al candidato priísta Charur si mal no recordamos, con un PRI casi todopoderoso, dueño del cielo y de la tierra que solía comandar al estado de lado a lado. Xicoténcatl no era la excepción.
César Verástegui Ostos aprendió rápido que no había que casarse con las siglas o las marcas, sino tener palabra de hombre, voluntad de hierro para cumplir acuerdos fueran los colores que fueran. Todos eran ciudadanos a la hora de gobernar y a esa regla de tres simples se ciñó.
Se alquiló a las siglas del PAN, sí, pero él siguió actuando con liberalidad ayudando a toda clase de ciudadanos, fueran del partido que fueran.
Fue así como El Truco se fue abriendo brecha en medio de los matorrales y entre zurcos de caña, mientras que al mismo tiempo osaba retar al statu quo político.
César Verástegui hoy es el aspirante natural más fuerte del PAN para fungir como el candidato a la gubernatura de Tamaulipas, porque en realidad es el único que le da resultados al gobernador Francisco García Cabeza de Vaca.
Los otros solamente le dan problemas.
El mandatario, hastiado de ver qué ninguno de sus compadres o amigos cercanos le dan resultados, y convencido que El truco es la primera opción de triunfo en el proyecto sucesorio, le cede la estafeta decidido.
A uno le regaló una diputación federal plurinominal y a otro la candidatura a la alcaldía de Tampico.
Plausible decisión, sabía determinación de elegir al cañero xicotenquense.
Y no fue un gesto de agradecimiento por haberlo llevado -desde la presidencia del PAN de Tamaulipas- a obtener el triunfo más contundente de los últimos sexenios en una guerra por la gubernatura, fue una mera aplicación de praxis política y de sentido común.
Unos aspirantes -en el mismo nivel de aspirantes que El truco- son alzados como garzopetas, otros miran con aire de perdonavidas a todos, como si no merecieran el terreno que pisan. El Truco no.
En eso estriba la diferencia.
Por eso el gobernador sabe que con él no se puede equivocar.
Por eso lo eligió a él como plan uno para ser el sucesor.
El Truco no da problemas.
Y el resto de los que aspiran a gobernar y que son cercanos al gobernador, sí.
Amén de todo eso tiene otra virtud, sabe sentar en la mesa de acuerdos a dos acérrimos enemigos entre sí, pero amigos suyos la vez.
Virtud grande en política. Lo cual significa que su liderazgo alcanza para consensar, pacificar y fortalecer alianzas.