CON AVA Y OLGA SOSA TAMAULIPAS PASA A LA HISTORIA: PRESIDENTA CON “A”
CUADRANTE POLITICO
POR FERNANDO ACUÑA PIÑEIRO
CON AVA Y OLGA SOSA TAMAULIPAS PASA A LA HISTORIA: PRESIDENTA CON “A”
La carga temporal era demasiada.
Casi dos siglos y medio, estuvo la república regida por los patrones culturales de un machismo político, cuya figura más icónica fue siempre un varón en lo más alto de la pirámide del poder. Tal vez un poco más de tiempo, si incluimos los virreinatos, donde las primeras damas, se perdían en la intrascendencia banal de la corte novohispana.
Desde la independencia, pasando por la reforma de mediados del siglo XIX, hasta llegar a la guerra civil de 1910. Y posteriormente la llamada familia revolucionaria de un priismo paternal, donde las mujeres fueron convidadas de piedra. Meras figuras testimoniales.
Los especialistas en el tema documentan el paso de 65 Presidentes del país. Toda una época de discursos y protocolos donde las féminas fueron ganando espacios, hasta llegar a la actualidad, en que México cuenta con la primera mujer, en ocupar el primer despacho de Palacio Nacional.
Pero los profundos cambios políticos que se han vivido en esta última década, parecieran habernos tomado desprevenidos a todos. Tan es así, que aun entre la clase política y en altos sectores de la milicia algunos hasta hace poco se seguían preguntando, como llamarle a nuestra titular del Ejecutivo federal.
¿Presidente? ¿O Presidenta?
Justo en este tema de profundo contenido histórico y cultural, es que se preocupó y se ocupó, nuestra senadora de la república Olga Patricia Sosa Ruiz, considerada entre las mejores operadoras territoriales del país, y figura de primer orden, en el escenario camaral mexicano.
Como fiel guardiana de la agenda presidencial, en términos legislativos, OPSR se dio a la tarea de preparar e impulsar una iniciativa que plasma en nuestra Carta Magna, la figura constitucional del concepto Presidenta, con “A”.
De manera que ahora, el tiempo de mujeres ya no pertenece solamente al mundo de las formas, sino que está expresado en nuestras leyes supremas. Es de lo más relevante que una mujer como la legisladora tamaulipeca, haya jugado un papel central en esta transformación legislativa y estructural en los asuntos de género.
Lo anterior consolida a Tamaulipas como una entidad federativa, con una tradición histórica en el logro de avances de índole parlamentario. Y obviamente, todo lo anterior nos lleva a evaluar un sexenio como el del doctor AVA, congruente desde el inicio con un compromiso de género, desde la misma integración de su gabinete estatal.
Es esta la narrativa del sexenio tamaulipeco, fincada sobre las bases humanistas de una democracia participativa y trazada sobre ejes de igualdad y una visión de Estado. Se identifica con los sectores sociales más vulnerables, y responde a las demandas ciudadanas más apremiantes.
En este sentido, la llegada al poder de la primera Presidenta de la república, responde también a un anhelo social y electoral, donde las mujeres ya constituyen el sector mayoritario, en todos los órdenes del quehacer social, económico y político.
Durante el censo demográfico de 2022, en nuestro país, de un total de 128.9 millones de personas, 67.0 millones son mujeres. En términos porcentuales, ello representa el 52 por ciento de la población. De igual manera, las mediciones de empleo, así como de población y vivienda, han arrojado durante los últimos años, la preponderancia estadística de las mujeres.
A la luz de este contexto de orden general, la llegada de una mujer al poder, resultaría una consecuencia natural. Sin embargo, como le decíamos en líneas anteriores, nuestro país apenas ingresa a una nueva etapa de género. Y es justo aquí donde adquieren una relevancia medular, las palabras pronunciadas por la Presidenta Claudia Sheinbaum:
Hablamos de una expresión que visibiliza y reconoce por fin a las mujeres, convirtiéndolas en actoras de primer orden en la vida nacional. Las palabras adquieren un fundamento crucial: “Lo que no se nombra, no existe”, ha dicho la jefa del Ejecutivo.
Justo aquí radica la trascendencia de la iniciativa parlamentaria impulsada por la senadora Olga Sosa, modificando 31 artículos constitucionales, y el nacimiento de un nuevo concepto de la política y del poder:
Presidenta con “A”.
Se trata de una realidad, donde la presencia de las mujeres en el Estado mexicano y en la sociedad misma, ya no solo alude a los cargos, sino que se encuentran ahora como un vocablo vivo y actuante en nuestro marco constitucional.
Y que mejor orgullo que esa nueva realidad jurídica, ese empoderamiento emergente de carácter parlamentario se haya logrado a través de una senadora tamaulipeca.
En otras palabras, la senadora Olga Sosa está llevando a las leyes supremas de la república, ese mandato expresado por 35 millones y medio de mexicanas y mexicanos, en la elección presidencial de este 2024.
Esto es, las mujeres como piedra angular del segundo piso transformador en México.
Y desde luego en Tamaulipas.