Corrupción y desorden político
AGENDA POLÍTICA
Por Juan Antonio Lerma
*Corrupción y desorden político
“No es tiempo de mezquindades, de anteponer intereses partidistas, fobias o filias a la vida de las mujeres de México. ¡Ya basta de tanto egoísmo, de tanta hipocresía!”. ¡Ya basta de tanto egoísmo, de tanta hipocresía!”.
“Tenemos que avanzar. Están matando a nuestras niñas, están matando a nuestras mujeres. No podemos seguir mirando para otro lado”.
Son las palabras de ARTURO ZALDÍVAR, Ministro Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), quien encolerizado hizo un llamado para que la población deje de lado sus intereses personales para poder contribuir a acabar con los feminicidios en nuestro País.
Y es que tiene razón, no solamente la sociedad parece permanecer ajenas a todos los males violentos que suceden a diario sino también los propios gobernantes de todos los colores y niveles.
Desde hace tiempo se vive en la incertidumbre porque no está en nosotros, sino en las propias autoridades, liberarnos del temor que nos agita y asusta desde que varias pandillas políticas tomaron el poder político, prometiendo bienestar, justicia social y tranquilidad, lo cual no han podido cumplir. Y es un temor para el que no encontramos ni descanso ni solución hasta ahora. Esa una realidad.
Terrible inseguridad y violencia es lo que vemos a diario en casi todo el país, desempleo, crisis económica, descontrol en los precios de los artículos de primera necesidad de la canasta básica, una pandemia sin control, crisis en el sector educativo y de salud, pleitos y revanchismo político en la mayoría de políticos y gobernantes de todos los colores y de todos los niveles.
El gobierno del Estados Unidos persigue al Presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, y él a su vez, usa las Instituciones de Justicia para perseguir a gobernantes y a políticos. Casos concretos, FRANCISCO JAVIER GARCÍA CABEZA DE VACA, gobernador de Tamaulipas, “ALITO” MORENO, líder del PRI nacional y el más reciente- con quien parece haber roto un supuesto pacto de impunidad ENRIQUE PEÑA NIETO, quien se defiende desde su lujoso palacio en España.
La corrupción galopante y el desorden político es lo que vemos a diario y con el paso de los meses se profundiza nuestro malestar, pero también la decepción porque nuestra angustia en la actualidad es un presente preñado de males aún más grandes, de incertidumbres aún más terribles.
Y para colmo! A todo eso hay que agregarle la reaparición en el confuso escenario político nacional de cara a la encarnizada lucha por el poder de 2024 a ex mandatarios del pasado como ULISES RUIZ, de Oaxaca; BENJAMÍN CLARIOND y JOSÉ NATIVIDAD GONZÁLEZ, de Nuevo León; PATRICIO MARTÍNEZ, de Chihuahua; ROGELIO MONTEMAYOR SEGUY y ENRIQUE MARTÍNEZ, de Coahuila, entre otros integrantes de la vieja guardia del PRINOSAURIO, quienes pretenden sacar del CEN del PRI a “ALITO” MORENO, con la única finalidad de tomar el control del partido para seguir satisfaciendo intereses personales. Al parecer no llenaron con todo lo que se robaron estos “angelitos”.
Pero en fin, a esta historia que ya hemos visto antes, le agregamos las disputas que se darán tanto en MORENA como en el PAN, y otras agrupaciones políticas, en tanto se pone al descubierto la facilidad y el cinismo con la que indebidamente operan, quienes se supone, deberían ser garantes de la justicia y la legalidad política.
En este perverso juego de intereses políticos, primeramente, el botín son Coahuila y el Estado de México, últimos bastiones del PRI.
DEL ARCHIVERO…
Dice el refrán, no hay mal que dure cien años ni líder sindical que los aguante, y eso les está sucediendo a varios líderes que ya no controlan ni a sus respectivas familias.
Y es que el sindicalismo está en crisis. Sus amadas ovejas andan descarriadas, se les están yendo pal, monte.
Ni los sindicatos ni los sectores de los partidos políticos pesan electoralmente. Eso quedó al descubierto en los pasados procesos electorales. ¡Ahhh tanto trabajo y esmero que han puesto para “salvaguardar” los derechos laborales de sus agremiados y que al primer errorcito los abandonen. ¡Huy que poco aguantan! ¿Quién dijo que las riquezas que acumulan esos líderes sindicales serían para todos?