Desde Houston
Son muchos meses los que van de la pandemia, los mismos que llevo de utilizar el tapabocas que de pronto se ha vuelto una prenda imprescindible, de tal manera que cuando no lo llevo puesto me siento semidesnudo.
Ayer me encontré a varios compañeros de trabajo sin ellos llevar el tapabocas y de pronto tarde en reconocerlos y para ser sincero, creo que se ven mucho mejor con llevando la mascarilla.
El lavado de cerebros que están realizando las autoridades por medio de boletines y comunicados en relación con la pandemia y que repite que después de vacunados no hay nada que temer están surtiendo efecto y cada vez son más las personas que van sin cubrebocas.
Pero mientras esto pasa por Texas, en el norte de México siguen los ataques contra civiles por parte de un grupo o grupos crimínales que están sembrando el pánico en la población, temor que no mengua no obstante al gran despliegue de militares y demás corporaciones.
Por cierto, el presidente municipal de San Fernando, José Ríos debería de brindar seguridad al casi medio millar de personas de San Fernando que tiene ir a trabajar hasta Reynosa Tamaulipas.
También debería pedirle apoyo al gobernador para que al menos dos patrullas escoltaran los autobuses en donde trasladan los obreros y de esa manera fueran más tranquilos en su trayecto hasta el parque industrial en donde está la maquiladora para la cual laboran.
Aunque estoy consciente que a estas alturas poco debe de importarle al alcalde la seguridad de sus conciudadanos cuando personalmente podría enfrentar serios problemas si su compañera de partido que recibirá los poderes municipales el primero de octubre decidiera no cubrirle su retirada. Por hoy es todo, hasta la próxima.