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Editan libro “Crónicas de un Caballero” en memoria de Don Darío M. Hernández Cervantes

CD. VICTORIA, TAMAULIPAS.- Crónicas de un Caballero, de sus autores Darío M. Hernández Martínez y Darío M. Hernández Fernández del Campo, es mucho más que un libro familiar, son las memorias del Maestro e Ingeniero Darío M. Hernández Cervantes, un político que sirvió con pasión y emoción social a su tierra adoptiva Tamaulipas por más de seis décadas, por lo que es además un repaso por la historia política y los personajes de esa época (1940 al 2008).

Es un libro de 273 páginas, de fácil lectura porque está dividido en capítulos y subtemas construidos en forma progresiva, pero que pueden revisarse de manera independiente.

Lo que podrían haber sido Las Memorias de Don Darío M. Hernández Cervantes, se convirtió en la obra de su hijo el Ing. Agrónomo Darío M. Hernández Martínez y su nieto,  el C.P. Darío M. Hernández Fernández del Campo.

De su elaboración, uno de sus autores, Darío M. Hernández Martínez, justifica el porqué de la obra.

Relata que desde pequeño tuvo una relación muy intensa con su padre, quien era un gran conversador, por lo que siempre disfrutó de las charlas y buscó prepararse para entender mejor los temas entre ellos la política. “Mi padre fue también mi mejor amigo, de quien abrevé grandes enseñanzas para la vida familiar, social, formación profesional, actividades laborales y políticas”.

La idea de sus memorias, era hacerlas juntos, para que él las revisara y presentara, pero cuando enfermó en el 2008, hice el compromiso de prepararlas, así como rescatar esa forma especial de servir y hacer buena política, para que pueda ser ejemplo para la familia y las nuevas generaciones de políticos.

Es una lección de servicio a la comunidad, del ejercicio de la política con oficio, de lo políticamente correcto y de la importancia de los principios, los valores, la determinación y de las relaciones públicas con respeto y responsabilidad, así como la comunicación eficaz, siempre apegada a la verdad y a la realidad.

Y Darío lo explica a través de algunas de preguntas que se le formulan.

¿Cuál fue la motivación para escribir Crónicas de un Caballero?

Rescatar y compartir su esencia de padre de familia, maestro, ingeniero y político.

Mi padre profesor e ingeniero Darío Manuel Hernández Cervantes fue un excelente conversador, tenía una memoria privilegiada y contaba muchas vivencias y anécdotas políticas muy amenas e interesantes. Le tocó ser actor y observador de muchos acontecimientos. “Desde niño, cuando yo cursaba la secundaria, veía a mi padre participar con emoción en la política estatal”. Le gustaba estar bien informado del acontecer estatal y nacional de la política, por lo que era asiduo lector de la revista nacional Siempre, la compró toda su vida. Y yo me acostumbré a leerla, pues sus artículos me orientaban para comprender mejor las pláticas de mi padre.

Cuando me fui a la Ciudad de México a estudiar la preparatoria, por recomendación de mi padre convivía con personajes de la política tamaulipeca, entre ellos el Químico Manuel Guerra Hinojosa, de Victoria y Advento Guerra, de Miguel Alemán, ambos Diputados.

Con ellos platicaba de política y me invitaban a asistir a la Cámara de Diputados.

Cuando mi padre iba a la Ciudad de México, nos reuníamos con sus amigos y el tema era por lo general político.

Tuve la fortuna de convivir con él mucho tiempo y sus conversaciones siempre eran muy interesantes, por lo que empecé a grabarlas.

La relación con mi padre siempre fue muy intensa, pero cuando concluí los estudios de Ingeniero Agrónomo en la Escuela Superior de Agricultura de Chapingo, anduve trabajando fuera de Tamaulipas y lo veía con menor frecuencia.

Después, regresé a Victoria a trabajar, reanudando las amenas y largas conversaciones, por lo que le pregunté ¿por qué no escribe usted sus memorias de su participación y vivencias en la política regional, estatal y nacional? Su respuesta fue breve, dijo “cuando tenga tiempo”,

Pero ese tiempo no llegaba, quizá por su modestia, de ahí que me aboqué a empezar a reunir el material, empecé a redactar algunas cosas para el futuro.

Ya mi padre en retiro de la política, más en casa, nuestras charles sobre esa temática las grababa para documentar de una mejor forma el contenido.

¿Cuánto tiempo les llevó escribir la obra?

Fueron lustros de compilación, pero redactarlo se llevó entre tres y cuatro años. Y recuerda. Cuando mi padre cumplió 92 años, a su avanzada edad tenía una buena salud, no era diabético ni hipertenso, así que en una de las charlas le comenté que iba a empezar a escribir sus memorias, para que él las pudiera presentar. Sin embargo, de manera inesperada enfermó en el año 2008 y en un breve tiempo falleció, suceso que me cimbró por la relación sólida que teníamos. Y dejamos por la paz escribir sus memorias, pues ya no las podría presentar él. Tardamos seis años en volver a abrir el baúl de los recuerdos e ir recopilando documentos, fotos y audios, pues prometía a mi padre lo escribiríamos en su memoria. Sin embargo, señala, las ocupaciones laborales mías y de mi hijo, impidieron que por 12 años se registraran avances. Así que fue hasta el 2016, cuando terminó mi función pública que se retomó el proyecto de las memorias de mi padre, culminando el primer borrador en el 2019, previo a la pandemia del Covid-19. La idea era enviarlo a la imprenta para presentarlo en marzo de 2020, pero por el asunto sanitario se acordó diferirlo.

Pasó varias revisiones y se envió a una imprenta en la Ciudad de México en octubre de 2021, pero se entregó hasta 6 meses después, ya en 2022.

¿Qué representa el libro para ustedes?

Es un homenaje sencillo a vida en familia que nos legó, a su destacada trayectoria social y política, al servicio incansable a la comunidad especialmente a los más necesitados en diversas regiones de Tamaulipas, entre ellas su querido IV Distrito, donde inició como profesor y luego apoyó como Ingeniero y político. También es un gran documento de valía para la familia pues contiene el árbol genealógico con datos precisos del origen de la familia. Mi padre era el que conocía a todos y ahí está reflejado.

¿Qué rol jugó la familia en este esfuerzo editorial? Fue un trabajo de equipo, me apoyó mucho mi hijo Darío Manuel en la elaboración y revisión del texto, en la selección de las fotografías, en la evaluación de los avances.

También estuvieron al tanto mi esposa Patricia del Carmen Fernández del Campo, así como mi hijo Eric, a quienes agradecemos su respaldo, paciencia y porras.

¿Qué sentimientos abrió la escritura de la obra? Satisfacción y Alegría. Satisfacción por deber cumplido de plasmar la vida de mi padre para que sirva de ejemplo en la formación de la familia y de los tamaulipecos que quieran abrevar de esa experiencia. Su pasión era el servir, especialmente a la gente más olvidada y necesitada, siempre puso el beneficio de las mayorías sobre el personal. La gente del IV Distrito, la zona semiárida de Tamaulipas, donde se forjó, siempre estuvieron en su mente y en su corazón. Alegría porque a pesar de que fueron muchas horas de trabajo revisando infinidad de charlas y pasajes bellos de su vida, al recordarlas las vivimos de nuevo. Fue muy gratificante, pues en lo personal tenía gran empatía con mi padre, que era también mi mejor amigo. Los últimos 7 u 8 años de su vida, todos los días hablamos por teléfono, o íbamos a tomar café o cenar. No quise que su ejemplo de vida al servicio de los demás, con compromiso y calidez, de una política de caballeros donde la palabra y el respeto tuvieron gran valía, de una época relevante de la formación del Tamaulipas actual se quedara en el olvido. El reto es que sea una lección para esta nueva etapa política y las nuevas generaciones, que no se pierda la esencia de la buena política. Que se valore y reconozca el oficio político, que se respeten los liderazgos naturales, que se rescate la caballerosidad en la política, la política es servicio, nunca servirse.

Esperamos que este esfuerzo editorial familiar sirva para eso, en estos nuevos tiempos en que las cosas buenas y sanas parecen olvidadas.

Muy pronto se hará la presentación formal del libro “Crónicas de un Caballero”. Mi padre fue un caballero de la política, un caballero en la política, un caballero para la política.

El dato. Don Darío Manuel Hernández Cervantes, fue dirigente estatal de la CNOP, Diputado Local por el PRI y presidente del Congreso del Estado de Tamaulipas.

Darío M. Hernández Martínez, fue Diputado Local por el PRI y ha fungido como funcionario estatal y federal en importantes áreas del Sector Agropecuario y la Política Social.