Columnas

EL HOSPITAL ¿ALBERGUE DE MIGRANTES?

LOS PUNTOS SOBRE LAS…

POR ÁNGEL VIRGEN ALVARADO

En aquellos años de Dios, el Hospital Civil de Matamoros se encontraba en la calle Ocho, entre las calles, Hidalgo e Iturbide.

Por la Iturbide, un costado del hospital, cerca de la esquina con la Ocho, estaba la Cruz Roja.
En aquellos años y felices días, Matamoros tenía pocos habitantes.
Si mal recuerdo, no éramos ni 150 mil habitantes.

Quizá por eso, escuchar el ulular de la sirena de la ambulancia era todo un acontecimiento.
“¿Qué pasaría?” -preguntábamos entre nosotros que estudiábamos en la Secundaria Técnica Tamaulipas.
En ese tiempo las cosas que se hallaban fuera de nuestra limitada esfera social, poco nos importaba.
Tal vez por eso mucho después supe que el Hospital Civil se había convertido en Hospital General y daba servicio en un gran edificio que, exprofeso, se había construido a un costado de la avenida Canales, cerca del estero seco, que ahora se conoce como Lago Niños Héroes.

Por allá mismo fue a parar la Cruz Roja, en un edificio frente al lado posterior del Hospital en la calle Luis Caballero.
El Hospital Pumarejo funcionó allí por muchos años.
A finales del siglo pasado, en los años setentas, el Gobierno Federal rehabilitó el edificio y modernizó sus instalaciones.
Quedó de lujo.

Sin embargo, debido a recortes presupuestales o porque al Gobierno Federal o Estatal no le importaba, no hubo un mantenimiento eficiente y el equipo y las instalaciones se deterioraron.
Al paso del tiempo, algunos informes de supuestos o reales “inspectores de COEPRIS”, informes amañados o no, calificaron de inoperante al Hospital.

Fue así como en la década entre el 2010 y 2016 se construyó el nuevo Hospital General Dr. Alfredo Pumarejo a un costado de la avenida Marte R. Gómez, en el sur de la ciudad.
El viejo edificio del Hospital de la calle Canales fue, prácticamente, abandonado.
De eso, hace ya, varios meses.

Nadie sabe si hay servicio de agua y luz.
No hace mucho, los migrantes que vienen a Matamoros con la esperanza de cruzar a Estados Unidos se asentaron en las márgenes del Río Bravo y varios lugares de la ciudad de Matamoros y ahora también comenzaron a pernoctar en las instalaciones del antiguo Hospital.
Nadie sabe quién les dio permiso para eso pero ahora, en las redes sociales aparece el Secretario del Ayuntamiento, un señor de apellido BALLESTEROS, diciendo que en los próximos días podrían estar trasladando a los migrantes “que se encuentran dispersos en áreas públicas de la ciudad” hacia el albergue que se está habilitando en las afueras del antiguo Hospital General.

Nadie, creo, tiene algo contra los migrantes, con excepción del enojo popular porque, al tratar de entrar a Estados Unidos en tropel, como si fuera una estampida, provocaron los cierres parciales de los Puentes Internacionales.
Se provocó así que se formaran larguísimas filas de vehículos esperando entre tres y cinco horas para cruzar legalmente a Brownsville, Texas.

No hay nada contra los migrantes, pero…
De llevarse a cabo la habilitación de un albergue en las antiguas instalaciones del Hospital General, provocarán el malestar de cientos, miles de familias.

Si sin migrantes el Laguito Niños Héroes está contaminado despide olores nauseabundos, con los migrantes viviendo en el Hospital, ya se imagina como se pondrá el lugar y sus alrededores.
¿Agradecerán los matamorenses que pagan impuestos, que pagan predial, que pagan servicios, por la instalación de ese albergue para migrantes?

Usted contéstese…

MI PECHO NO ES…
Decía Don Quijote:
“Sábete, Sancho, que todas estas borrascas que nos suceden son señales de que presto ha de serenar el tiempo y han de sucedernos bien las cosas; porque no es posible que el mal ni el bien sean durables, y de aquí se sigue que, habiendo durado mucho el mal, el bien esté ya cerca…”

Por hoy, es todo.