EspecialesTampicoTitularesZona Conurbada

EL MUNDO AL REVÉS

EL MUNDO AL REVÉS

JOSÉ LUIS HERNÁNDEA CHÁVEZ

No se necesita ser un analista excepcional para saber que las cosas andan mal en el mundo.

Mientras que una mínima porción de las dos terceras partes de los ocho mil millones de seres humanos que pueblan el planeta vive en la opulencia, el resto no tiene para comer y carece de lo indispensable para vivir con dignidad.

Las causas son numerosas, ambición desmedida, injusticia, un sistema económico que favorece la concentración de la riqueza en unos cuantos, la explotación laboral y las peores de todas, la indolencia de los gobernantes y la férrea oposición de los señores del poder a que esto cambie, entre otras.

Como consecuencia de esta inhumana mentalidad, el mundo vive al revés.

Los hombres de ciencia a los que se deben las comodidades de las que disfrutan miles de millones de personas, el aire acondicionado, los autos, los aviones, la televisión, los dispositivos móviles, medicinas para curar muchas enfermedades y las fórmulas de producción de alimentos para satisfacer las necesidades de la creciente población mundial, viven con limitaciones a causa de los bajos ingresos.

Aquellos que, en cambio, dedican la vida al vicio, al ocio improductivo y a la venta de drogas, armas, o a divertir y entretener a los demás, lo hacen rodeados de lujos, muchos superfluos e innecesarios, mientras que los inventores de los bienes de que disfrutan los adinerados subsisten en condiciones, a veces modestas.

En los Estados Unidos, uno de los países más ricos del mundo, por ejemplo, un beisbolista de las ligas mayores tiene ingresos promedio de más de 3 millones de dólares por temporada, las estrellas como el Pitcher Trevor Bauer de los Dodgers gana 38 millones, en la NFL de futbol americano, en cambio, en el 2020 los mejores pagados ganaban más de 198 millones de dólares.

En tanto que un científico investigador percibe entre 25 mil y 40 mil dólares y los profesores universitarios entre 50 mil y 75 mil dólares.

En el mundo del futbol el astro argentino Lionel Messi tiene ingresos de 46 millones de dólares, Neymar 36 y Cristiano Ronaldo 21 millones.

En el contrato más reciente, el brasileño aceptó jugar para el equipo Al Nassr de Arabia Saudita por la suma de 200 millones de euros, sin contar que por contratos de publicidad la estrella del balompié obtiene sumas de mil millones

El piloto de autos fórmula uno Fernando Alonzo se embolsa 40 millones de dólares al año,

En México los futbolistas de la primera división cobran entre cien mil y un millón de pesos mensuales, el portero del América Guillermo Ochoa percibe 2.5 millones de dólares anuales, el entrenador Miguel El Piojo Herrera dos millones de dólares, el técnico Ricardo El Tuca Ferreti, 3.8 millones de dólares y Javier Aguirre, 3.9 millones de Dls al año.

Los investigadores, por su parte, devengan 11 mil 341 pesos al mes, en las empresas Peñoles les pagan 21 mil 843, en la UNAM, 21 mil, los mejor pagados, otros entre 11 mil y 64 mil, en el CONACYT 31 MIL 750 pesos.

El boxeador mexicano Saúl Canelo Álvarez se lleva a la bolsa más de 30 millones de dólares por pelea, mientras que el cantante Vicente Fernández cobraba 2 millones y medio por concierto, y Luis Miguel no acepta uno por menos de 950 mil dólares.

Si fuese al revés, es decir si se pagara a la gente por el resultado del trabajo intelectual, no por divertir y entretener, muchos menos por producir alimentos nocivos para la salud y contaminar el medio ambiente, si no se explotara al trabajador, si la venta de drogas prohibidas no existiera, si los países más poderosos no destinaran la mayor parte del presupuesto a la fabricación y venta de armas de destrucción masiva, el mundo sería distinto.

No habría tanta pobreza, no existiría la miseria, millones de personas dejarían de morir por enfermedades curables que no se pueden atender a causa de los bajos salarios o a la falta de empleo.

En fin, si el desempeño de los servidores públicos, llámese presidente, diputado, senador, gobernador o alcalde, fuera honorario, como debiera ser servir a los demás, la humanidad sería más libre y feliz.

Desafortunadamente, en las actuales condiciones este no es más que un sueño.

Como decía el escritor alemán Charles Bukovsky, “La sociedad es degradante. La gente se esconde para hacer el amor, mientras la violencia se practica a plena luz del día. Pintar grafiti es un delito, en tanto que matar a un toro es un arte. Donde la forma de vestir o actuar se valora más que la de pensar. Una pizza llega más rápido que la policía. Y los animales son mejores amigos que las personas”.

jlhbip2335@gmail.com