Enfoque Sociopolítico | El riesgo de un movimiento anti-sistémico en la economía mexicana
- La historia ha demostrado que los países que desafían el sistema económico global a menudo enfrentan aislamiento internacional y sanciones.
Por Agustín Peña Cruz* |
México, como muchas naciones de América Latina, se encuentra en un constante debate sobre el rumbo de su economía y su relación con el sistema económico global, principalmente en cada transición de gobierno federal.
Por lo que, es importante analizar que, en los últimos años, varios países de la región, incluyendo Ecuador, Bolivia, Cuba, Nicaragua y Venezuela, han adoptado ciertas políticas monetarias, administrativas, así como estrategias públicas que podrían considerarse como un movimiento anti-sistémico en la economía.
Pues bien, estas políticas han generado fuertes debates y controversias, y México no es ajeno a esta discusión.
Como ya se ha referenciado, analizaremos qué podría ocurrir si México decidiera seguir el ejemplo de estos países y aplicará un enfoque anti-sistémico en su economía.
AMÉRICA LATINA
América Latina es una región diversa con una historia de lucha contra la desigualdad y la influencia de las potencias extranjeras en sus asuntos internos. En años recientes, algunos países han optado por una dirección política y económica que afronta el sistema capitalista global.
Por ejemplo, casos como los siguientes países que se analizan han implementado un enfoque anti-sistémico económico.
ECUADOR Y BOLIVIA
Bajo el liderazgo de Rafael Correa y Evo Morales, respectivamente, estos países implementaron políticas de izquierda que buscaban una mayor redistribución de la riqueza, nacionalización de recursos naturales y una mayor intervención del Estado en la economía.
Correa y Morales son dos figuras que representan movimientos políticos de izquierda en América Latina que llevaron a cabo políticas que podrían considerarse anti-sistémico en ciertos aspectos.
Puesto que, con la redistribución de la riqueza, tanto Correa como Morales buscaron reducir la desigualdad económica en el país que representan en su momento. Implementaron políticas fiscales y de gasto público que favorecían a los sectores más pobres de la población. Esto incluyó programas de asistencia social, aumentos salariales y la implementación de impuestos progresivos para imponer más a las personas con mayores ingresos. Estas medidas tenían como objetivo redistribuir la riqueza y reducir la brecha entre ricos y pobres.
Por otra parte, con la nacionalización de recursos naturales, uno de los aspectos más destacados de las políticas de Correa y Morales fue este tema en particular, el petróleo y el gas en Bolivia y el petróleo en Ecuador. Esta nacionalización implicó que el Estado asumiera un mayor control sobre la explotación de estos recursos, lo que permitió a los gobiernos obtener una mayor participación en los beneficios y usar esos capitales para financiar programas de desarrollo social. Sin embargo, esto también generó tensiones con las empresas extranjeras que operaban en estos sectores.
Con lo que respecta a la intervención del Estado en la economía, ambos líderes promovieron una mayor participación. Esto incluyó la creación de empresas estatales en sectores estratégicos, la regulación de precios y la planificación económica centralizada en ciertas áreas. La idea detrás de estas políticas era utilizar el Estado como un motor de desarrollo económico y como una herramienta para controlar la economía y garantizar que los beneficios llegaran a la población en general.
Mientras que las relaciones con el sistema internacional dan muestras de un surgimiento de las políticas anti sistémicas de Correa y Morales también se reflejaron en sus relaciones con instituciones internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Grupo Banco Mundial (GBM). Ambos líderes fueron críticos de estas instituciones y buscaron reducir su influencia en sus países, optando por financiamiento alternativo y cooperación regional, como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR).
Es importante destacar que las políticas de Correa y Morales recibieron tanto apoyo como críticas. Sus éxitos en la reducción de la pobreza y la desigualdad son destacables, pero también se enfrentaron a retos económicos y políticos, como la dependencia de los precios de las materias primas y la erosión de las instituciones democráticas en algunos casos.
CUBA
El país caribeño ha mantenido un sistema socialista durante décadas, con un fuerte control estatal sobre la economía. A pesar de ciertos logros en áreas como la educación y la salud, Cuba ha enfrentado provocaciones económicas significativas.
Ahora bien, esta nación es un ejemplo paradigmático de una economía anti sistémica debido a su larga historia de mantener un sistema socialista con un fuerte control estatal sobre la economía.
Este país isleño posee un control estatal centralizado pues ha mantenido un sistema económico altamente agrupado y planificado, donde el Estado tiene una inspección significativa sobre la propiedad de los medios de producción, la asignación de recursos y la toma de decisiones económicas. Este modelo se ha basado en el marxismo-leninismo y la idea de que el socialismo debe ser el sistema económico dominante.
Tomando como énfasis la igualdad y el acceso universal a servicios básicos, Cuba a pesar de los desafíos económicos, ha logrado avances notables en áreas como la educación y la atención médica. El sistema de educación y atención médica es gratuito y de alta calidad, y la tasa de alfabetización es una de las más altas del mundo. Además, ha desarrollado una sólida industria farmacéutica y es conocida por su cooperación médica internacional.
Además, implementa una economía de planificación centralizada, ya que el Estado cubano ha controlado la mayoría de los sectores económicos clave, incluyendo la agricultura, la industria y los servicios. Su economía agrupada, proporciona las decisiones mercantiles, como la producción, la inversión y la distribución de recursos, que se toman a nivel gubernamental.
Por años, Cuba ha tenido un bloqueo económico de Estados Unidos, es uno de los retos mercantiles más significativos que ha enfrentado, puesto que tiene el embargo monetario del país más poderoso del mundo, que ha estado en vigor durante décadas.
Este embargo ha restringido el comercio y las relaciones mercantiles de Cuba con una de las economías más grandes del mundo y ha dificultado la importación de bienes y tecnología.
No obstante, cuenta con dependencia de las importaciones, pues Cuba ha dependido en gran medida de las transacciones para satisfacer sus necesidades económicas. Ante la falta de acceso a financiamiento y tecnología, junto con la falta de inversión en infraestructura, ha contribuido a esta dependencia, lo que hace que la economía sea vulnerable a las fluctuaciones en los precios de los productos básicos y a los choques externos.
Por otro lado, la escasez de divisas y problemas de liquidez hace que Cuba continúe enfrentado persistentes, lo que ha llevado a dificultades para importar bienes y pagar deudas internacionales. Se resalta también que, esto ha afectado la capacidad del país caribeño para acceder a tecnología moderna, insumos y capital necesario para el desarrollo económico.
Cuba tiene falta de incentivos económicos y productividad limitada; es otro factor por el que se encuentra, su planificación centralizada de la economía lo ha llevado a la falta de incentivos cambiarios y a la baja productividad en varios sectores.
Podemos señalar que la economía cubana continúa enfrentados retos muy marcados para estimular la innovación y el espíritu empresarial debido a la inexactitud de propiedad privada y competencia en la mayoría de las industrias.
Se toma a Cuba como un ejemplo de una economía anti sistémica porque ha mantenido un sistema socialista durante décadas, con un fuerte control estatal sobre el patrimonio. A pesar de logros notables en áreas como la educación y la salud, la economía cubana ha opuesto importantes retos, incluyendo el embargo económico de Estados Unidos, la dependencia de las importaciones y problemas de liquidez. La sostenibilidad de este modelo económico y su capacidad para adaptarse a las luchas comerciales y las demandas de una economía globalizada siguen siendo temas de debate y estudio.
NICARAGUA
El gobierno sandinista en Nicaragua ha buscado un enfoque anti-imperialista y socialista en su política económica, lo que ha generado tensiones con Estados Unidos y críticas internacionales.
Algunas de las características de la economía nicaragüense bajo el gobierno sandinista, resalta su enfoque socialista. Ya que el gobierno sandinista ha promovido políticas económicas con un enfoque socialista que se centra en la propiedad estatal o colectiva de medios de producción en sectores clave, como la energía, las telecomunicaciones y la banca. También ha priorizado la inversión en servicios públicos, como educación y salud, con el objetivo de garantizar el acceso universal a estos servicios.
Mientras que con relación a la política Nicaragua ha mantenido una política de soberanía y anti-imperialismo, lo que implica resistencia contra la influencia y la intervención de Estados Unidos en los asuntos internos de Nicaragua y de América Latina en general. Esto ha incluido la búsqueda de alianzas con países y grupos políticos que comparten puntos de vista similares.
Aunado a la participación en acuerdos de cooperación regional, Nicaragua ha sido miembro de organizaciones regionales como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y ha buscado cooperación con otros gobiernos de izquierda en América Latina, como Venezuela y Cuba, con el objetivo de fortalecer la solidaridad regional y resistir las presiones económicas y políticas de Estados Unidos.
Dentro de los retos económicos y tensiones internacionales, Nicaragua posee una dependencia económica y limitada diversificación; como una alta dependencia de la agricultura, en particular de productos como el café y el banano, que están sujetos a fluctuaciones de precios en los mercados internacionales. Esta dependencia limita la capacidad de Nicaragua para diversificar su economía y reducir su vulnerabilidad a los choques económicos.
Por otro lado, Nicaragua mantiene relaciones tensas con Estados Unidos debido al enfoque anti-imperialista, ha generado tensiones con el país norteamericano, pues este ha impuesto sanciones y restricciones económicas a Nicaragua en respuesta a lo que considera violaciones de los derechos humanos y prácticas autoritarias. Dichas tensiones han tenido un impacto en la economía nicaragüense, al limitar el acceso a financiamiento y dificultar las relaciones comerciales.
Aunado a ello, Nicaragua le llueven las críticas internacionales y preocupaciones sobre la democracia. Ya que el gobierno tiene un manejo de la democracia y los derechos humanos centralizado con la represión de la oposición política y la restricción de la libertad de prensa generado preocupaciones internacionales. Además, han tenido un impacto en la percepción de Nicaragua como un destino atractivo para la inversión extranjera.
VENEZUELA
Ahora bien, Venezuela es un ejemplo importante de una economía antisistémica debido a su experiencia bajo los gobiernos de Chávez y Maduro, que implementaron políticas socialistas que llevaron al país a una profunda crisis económica y humanitaria.
Resaltan características de la economía venezolana bajo Chávez y Maduro, la nacionalización de la industria petrolera, siendo esta una de las políticas clave de Chávez, que era la principal fuente de ingresos de Venezuela.
El gobierno tomó el control de empresas petroleras extranjeras y creó la empresa estatal PDVSA (Petróleos de Venezuela) para supervisar la producción y exportación de petróleo. Esto permitió al gobierno tener un control directo sobre los ingresos petroleros.
Mientras que da pie, a la redistribución de la riqueza, ya que Chávez implementó políticas que incluyeron programas de asistencia social, subsidios alimentarios y viviendas subsidiadas para los sectores más pobres de la población. Esto le valió el apoyo de muchos venezolanos que se beneficiaron de estas políticas, ¿Sueña algo similar a lo que se está viviendo en México?
Por otra parte, encontró el control estatal de la economía con el gobierno de Chávez y Maduro se expandió la vigilancia en varios sectores de la economía, incluyendo la banca, la industria alimentaria, la electricidad y el acero. Se crearon empresas estatales en estos sectores con el objetivo de aumentar la participación del Estado en la economía y reducir la influencia del sector privado.
Con relación a la política monetaria expansiva, el gobierno en mención financió gran parte de su gasto público mediante la impresión de dinero, lo que llevó a la hiperinflación y la devaluación de la moneda venezolana, el bolívar. Esto provocó una pérdida masiva de poder adquisitivo y afectó gravemente la calidad de vida de la población.
Mas detalle, los retos económicos y crisis humanitaria de Venezuela resalta, la implementación de políticas monetarias expansivas, la falta de inversión en la infraestructura petrolera y la caída de los precios del petróleo en los mercados internacionales llevaron a una dificultad económica que se manifestó en una hiperinflación desenfrenada, escasez de alimentos y medicinas, y una disminución drástica de la producción nacional.
Venezuela dependía en gran medida de los ingresos petroleros, y la caída de los precios del petróleo en 2014-2015 tuvo un impacto devastador en sus finanzas. Aunado a ello, la falta de diversificación económica dejó al país vulnerable a las fluctuaciones en los mercados internacionales de petróleo.
Con ello, se hace acreedor a sanciones internacionales puesto que Venezuela ha enfrentado sanciones económicas y financieras por parte de Estados Unidos y otros países, que han limitado su capacidad de obtener financiamiento en los mercados internacionales y han dificultado su comercio exterior.
El impacto social es devastador con un éxodo de población, pues la crisis económica y humanitaria lo ha llevado a una emigración masiva de venezolanos que buscan mejores condiciones de vida en otros países. Ya que ha creado una presión adicional sobre los sistemas de salud y servicios sociales en los países receptores.
Podríamos decir que Venezuela es un claro ejemplo destacado de una economía antisistémica que, bajo los gobiernos de Chávez y Maduro, implementó políticas socialistas que llevaron a su nación a una grave crisis económica y humanitaria.
Y se resalta también que la dependencia del petróleo, la política monetaria expansiva y las sanciones internacionales han contribuido a la agudización de la crisis. Mientras que la situación en Venezuela sigue siendo un tema de preocupación global y plantea retos importantes para la recuperación económica y la estabilidad política en aquel país.
RETOS POTENCIALES PARA MÉXICO
¡Este es un planteamiento hipotético! En que, si México decidiera adoptar un movimiento anti-sistémico en su economía, enfrentaría varios retos y consecuencias potenciales, aquí algunas en particular.
Desinversión extranjera: La inversión extranjera es crucial para el crecimiento económico y la creación de empleo en México. Un cambio radical en la política económica podría ahuyentar a inversores y llevar a la fuga de capitales.
Desacuerdos internos: La adopción de políticas anti-sistémicas podría polarizar aún más a la sociedad mexicana. Algunos apoyarían estas medidas como un medio para abordar la desigualdad, mientras que otros las verían como una amenaza para la estabilidad económica.
Riesgo de aislamiento internacional: La historia ha demostrado que los países que desafían el sistema económico global a menudo enfrentan aislamiento internacional y sanciones. Esto podría tener un impacto negativo en el comercio exterior de México y sus relaciones diplomáticas.
Desafíos económicos: Las políticas anti-sistémicas pueden generar incertidumbre y desequilibrios económicos, lo que podría resultar en una mayor inflación, escasez de productos básicos y disminución de la inversión en infraestructura.
Experiencias de América Latina: Los ejemplos de Ecuador, Bolivia, Cuba, Nicaragua y Venezuela muestran que la aplicación de políticas anti-sistémicas en la economía no garantiza automáticamente un mayor bienestar para la población. En algunos casos, ha llevado a crisis económicas y políticas.
CONCLUSIONES
México se encuentra en un momento crucial en su desarrollo económico y político. Si bien la adopción de políticas anti-sistémicas podría resonar con algunos sectores de la sociedad que buscan abordar la desigualdad, también conlleva riesgos significativos.
La historia de América Latina ofrece aprendizajes importantes sobre los retos que enfrentan los países que buscan desafiar el sistema económico global.
Por lo que México debería considerar cuidadosamente los pros y contras de un movimiento anti-sistémico en su economía antes de tomar decisiones que podrían tener un impacto a largo plazo en su futuro económico y político.
* El Autor es Master en Ciencias Administrativas con especialidad en relaciones industriales, Licenciando en Administración de Empresas, Licenciado en Seguridad Pública, Terapeuta en Terapia Regresiva Reconstructiva, Periodista investigador independiente y catedrático sabatino.
Referencias:
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