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Exigen Agricultores el Pago de los Recursos Prometidos por el Gobierno Federal

*La UEPAP exige cumplimiento: Agricultores del Valle de San Fernando y del norte de Tamaulipas se reúnen ante la falta de recursos prometidos, evocando el legado de Emiliano Zapata

San Fernando, Tamaulipas. Como un eco de las históricas luchas del campo mexicano, la Unión de Ejidos Productores Agropecuarios del Valle de San Fernando (UEPAP) se alzó este fin de semana en el ejido Alfredo V. Bonfil para exigir la liberación de los recursos prometidos por el gobierno. En una asamblea cargada de indignación y memoria histórica, los productores recordaron las palabras de Emiliano Zapata: “La tierra es de quien la trabaja”. Hoy, esta frase cobra vida en medio de un clima de desconfianza y reclamo.

Guillermo Aguilar, vicepresidente y vocero oficial de la UEPAP, denunció la falta de claridad y acción en la entrega de los 270 millones de pesos decretados por el gobernador Américo Villarreal el pasado 8 de agosto. Aguilar señaló que, aunque el 19 de agosto el subsecretario de Desarrollo Rural del estado, Eliseo Camacho, en una reunión aseguró que los recursos se entregarían en especie, los productores insisten en recibir el apoyo en efectivo, alegando que las necesidades en el campo no pueden esperar.

“Las tierras están ociosas, el productor está endeudado, y no hay avance en la liberación del recurso. Seguimos en gestión por los mil millones de pesos con el gobierno federal”, declaró Aguilar, poniendo en evidencia la urgencia de los agricultores, que hoy se enfrentan a la misma injusticia que combatió Zapata: un sistema que promete y no cumple.

Antonio Meza Vidauri, presidente de la UEPAP, recordó que fue el propio gobierno quien sugirió la creación de una asociación civil para gestionar los apoyos, como una estructura que evocaba la organización agraria de principios del siglo XX. “La UEPAP tiene fuerza, y estamos unidos, como en tiempos de Zapata, subrayando la necesidad de mantenerse firmes ante un gobierno que, en sus palabras, ha faltado a su palabra.

Arturo Cortez, miembro de la UEPAP, reflexionó sobre el contexto actual: “No queremos más engaños; el verdadero beneficio es el recurso, no las palabras vacías. Estamos cansados de promesas que no se cumplen”. Esta declaración resonó con fuerza, recordando las demandas de los campesinos de hace más de un siglo, quienes lucharon por justicia y equidad en el reparto de la tierra.

Rodolfo Gracia, otro integrante de la UEPAP, fue aún más tajante: “Las burlas no se toleran. El convenio fue por el recurso, no en especie. No aceptaremos menos. Zapata no luchó para que nosotros tuviéramos que rogar por lo que es nuestro por derecho”. Sus palabras evocan la lucha inquebrantable del líder revolucionario, quien dio su vida por los derechos de los campesinos, un legado que hoy sigue vivo en las demandas de los productores de sorgo.

El descontento no solo se centra en la falta de recursos, sino también en el impacto económico de la situación. Los miembros de la UEPAP denunciaron que el gobierno es responsable del encarecimiento de la canasta básica y de los bajos precios del sorgo, una problemática que agrava la crisis en el campo mexicano. “No es solo cuestión de mercado, el gobierno debe apoyar el cultivo de sorgo”, declaró un miembro del grupo, reclamando el apoyo gubernamental como un acto de justicia y no de caridad.

Juan Alvarado, habitante de Bonfil, expresó su hartazgo: “Estamos hartos de las mentiras y los juegos del gobierno. Las promesas se cumplen o se rompen, y nosotros estamos aquí para exigir que se cumplan”. Su declaración resonó como un llamado a la acción, similar al que hizo Zapata hace más de un siglo, cuando exigió que el pueblo campesino fuera respetado.

Las voces de José Razo de La Purísima y Miguel Valdez de González Villarreal se unieron al coro de demandas, exigiendo un compromiso firme del gobierno. “Ya fue suficiente”, exclamó Razo, mientras que Valdés instó al gobernador a asumir su responsabilidad y cumplir con los compromisos establecidos, aludiendo a la dignidad del campesinado, tal como lo hiciera Zapata en su tiempo.

Hoy, la UEPAP no solo lucha por los recursos prometidos; lucha por mantener vivo el espíritu de una revolución que nunca debió terminar. Las demandas de justicia y cumplimiento resuenan no solo en los campos de sorgo, sino en la memoria colectiva de un México que aún clama por igualdad y respeto a quienes trabajan la tierra. Como dijo Zapata, “La tierra es de quien la trabaja”, y hoy, los productores del Valle de San Fernando le recuerdan al gobierno que las promesas se cumplen y la justicia no se mendiga, se exige.