GEÑO, EL REY MIDAS
A HORA DE TODOS/ Víctor Contreras
GEÑO, EL REY MIDAS
Un político traidor y traicionado; de la celda al escaño.
“Nunca segundas partes fueron buenas…”, dijo el célebre y siempre vigente, Miguel de Cervantes, en el capítulo 4 de la II parte del ingenioso Hidalgo Don Quijote.
Y así lo sentencia en la novela el bachiller Sansón Carrasco cuando habla con Sancho sobre los “agravios que pensaba deshacer, tuertos que enderezar, sinrazones que enmendar, y abusos que mejorar, y deudas que satisfacer…”
Y hurtos que explicar. Ladrones que debe denunciar y que ahora grandes inversores y potentados empresarios en Cancún. ¿Nombres? Podríamos citar solo tres: Faruk Fathemi Corcuera, Alejandro Jiménez, los González y su exesposa, la millonaria enloquecida Adriana, protagonista de la vida social del jet set de las maravillosas residencias, hoteles y bellas playas de Cancún.
¿Por qué Estados Unidos lo acusa de lavado de dinero? ¿Qué esconde? ¿Por qué no declara sus bienes y de dónde los obtuvo? ¿Es dinero ilícito o del erario?
La Procuraduría General de la República (PGR), recuperó el terreno de mil 600 hectáreas de Altamira, por un valor de 500 millones de pesos, por el que fue detenido bajo cargos de peculado y fraude, entre otros ilícitos.
Durante su gubernatura, no hizo política, hizo negocios. Su vida ha sido un exceso. Los pícaros socarrones de la política que la coincidencia en Geño y un Papa romano, era que uno se nombró Benedicto XVI y el otro “Adicto desde los 16”, pero adicto a los negocios…. y al trabajo.
Una caterva de cómplices, ahora multimillonarios, y que amasaron una fortuna –que no se la acabarán varias generaciones de sus familias-, saquearon a Tamaulipas.
Endeudó al estado por 14 mil millones de pesos, comprometiendo el presupuesto hasta el 2027.
En su sexenio creció a raudales el crimen organizado. El narcotráfico se instauró como un poder real. Secuestros express, extorsiones a diestra y siniestra, venta y trasiego de droga, desaparecidos.
En el gobierno de Eugenio Hernández creció el narco impunemente: Los Zetas alcanzaron un poder descomunal y el Cártel del Golfo, extendió sus dominios a otros estados.
La inseguridad en todo su apogeo. Creció la Columna “Pedro J. Méndez” como célula del Cartel el Golfo.
Y hora en campaña, fue a cobrarles el favor, pidiéndoles el voto. Si supiera que todos los líderes de este grupo “civico”, tienen orden de aprehensión. Es un delito electoral si la delincuencia y el crimen organizado participa en las elecciones como lo hicieron la pasada.
Fue sonado el caso de unos empresarios de Tampico le pidieron parar el clima de inseguridad. A lo que respondió: – ¡Mejor páguenles! A uno de los quejosos, al abrir el portón de su casa, lo “desaparecieron”.
EL sonido de las 30 monedas…y el olor a Judas…
Aún se escucha el eco cómplice y traicionero de la voz de doña Diabla Esther Gordillo en el 2006, pidiendo al gobernador priista que traicionara al tricolor, aportando votos para el triunfo del PAN. Pedro Cerisola, el ex secretario de Comunicaciones, en una llamada le dijo: “¡Mi Geño, te sobregiraste con los votos!”.
Y Ganó Felipe Calderón, el jefe político de quien lo metió a la cárcel. ¿Lo traicionaron?
el jefe político de quien lo metió a la cárcel. Ese grupo azul que apoyó en la votación del 2006, en la que perdió AMLO, lo traicionó.
Ya antes, en el 2000, cuando en campaña, Tomás cargó en público a Francisco Labastida, -y casi presionaba “los bajos”-, Geño era presidente del Comité de Financiamiento del PRI y también lo traicionó, porque ganó Vicente Fox.
Gustavo Cárdenas fue testigo de que Geño era panista y entre los dos ganaron la alcaldía victorense.
Ahora, disfrutando de su alma traicionera, saluda a los electores y besa a las mujeres con olor a Judas…pero ya no con el color azul de antaño, ni el tricolor de sus negocios, ahora es cono el verde… porque “¿… el que es ‘Perico’ donde quiera es verde?”, o porque es ecologista…es decir, “¿una basura reciclada?”. Eso dicen y lo comentan con sorna sus enemigos y adversarios y también los traicionados, en bares y desayunaderos.
Por eso, es que, la campaña a la senaduría del carismático traidor traicionado será una pesadilla o una por demás interesante aventura, porque, “Nunca segundas partes fueron buenas…o mejores”.
Pasado el tiempo, en la primera semana del sexenio de Egidio Torre, una persona dedicada al periodismo fue secuestrada y al mismo tiempo le robaron su equipo de trabajo. Se habían publicado reportajes en un periódico local sobre un “negocio” que se vino abajo en el Ejido La Pesca. No me queda la menor duda que el autor intelectual fue el ahora candidato del partido verde.
A todos los periodistas peligrosos “los arreglaron” con fuertes sumas de dinero para “arreglar” la salida exgobernador. Y quién lo dijera, cuando tenía al mundo a sus pies, el mismo mundo se le vino encima.
Y en los actos de campaña, Geño busca el voto con abrazos y besos que huelen a Judas…
En la Divina Comedia de Dante Alighieri, la traición es considerada el peor pecado y amerita la peor de las condenas “merece ser devorado por el demonio”. Y el autor ubica a los traidores en el último círculo del infierno, “el Cocito”, que se divide en cuatro fosos, el último llamado Judeca, donde son castigados aquellos que traicionaron a sus benefactores y que recibe su nombre del que entregó a Jesús, Judas Iscariote, quien es de hecho, el que sufre la mayor tortura.
Geño, el Rey Midas, es el candidato de las 30 monedas y del beso de la traición.
EL LAVADO y la Extradición…
El 6 de octubre del 2017, fue detenido en su motocicleta, cuando iba con un amigo a Zacatecas. César García “El Rey del Moche fue quien “le puso el dedo” y dio el pitazo al Truko y este al Procurador. Seis años pasó “encerrado”. Los azules lo traicionaron hasta su exsecretario particular apodado “Coché”.
¿Afecta psicológicamente estar encerrado seis años en un penal? ¿Salen con sed de venganza, de reinserción social, buscando a los traidores? ¿Para qué la Senaduría? ¿Para buscar el fuero? ¿Seguir en los negocios a la sombra del poder político? ¿La obra pública?.
El Departamento de Justicia de USA, acusó formalmente a Eugenio Hernández de lavado de dinero y de incitar transacciones bancarias ilícitas. En el expediente está implicado Oscar Gómez Guerra, cuñado del exmandatario.
De acuerdo con la acusación estadunidense, integrada por Kenneth Magidson, titular de la Corte Federal del Distrito Sur de Texas, de resultar culpable Hernández Flores cargaría con una pena de veinte años y se le aplicaría una multa de medio millón de dólares.
De acuerdo con la acusación, Hernández Flores y su cuñado habrían lavado un total de 30 millones de dólares. El gobierno estadunidense le decomisó tres inmuebles localizados en McAllen, Texas, valoradas en dos millones de dólares. Y otra propiedad asegurada en la ciudad de Austin, Texas.
Las autoridades solo quieren que acredite el origen de su cuantiosa fortuna.
Cuando Hernández Flores fue ungido candidato del PRI, los hombres del crimen organizado, prestos para seguir en el negocio, ofrecieron el financiamiento de su campaña y así se hizo. A cambio, Hernández pagó con posiciones en el gobierno, sobre todo a nivel de la procuración de justicia y la policía.
Uno de los testigos en el expediente integrado por la Corte de Texas, se llama José Antonio Peña Argüelles, “lavador de dinero” de Los Zetas, quien se hizo testigo protegido por temor a ser ejecutado por sus rivales.
A Tomás Yarrington también lo extraditaron de Italia por lavado de dinero.
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