Gobernar no es una campaña
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Oscar Contreras
Gobernar no es una campaña
Si Andrés Manuel López Obrador pensó que ganar Tamaulipas con Américo Villarreal Anaya iba resultar fácil con MORENA, acertó. Sin embargo, ganar la elección no es lo mismo que gobernar y ahí el presidente tabasqueño falló al imponer al doctor, no sabe hacer equipo, no conoce quien le puede ayudar a gobernar y a los colaboradores que tiene a su lado no les tiene confianza.
Recordamos cuando Samuel García, gobernador de Nuevo León, anunció que no enviaría agua de la presa El Cuchillo a la Presa Marte R. Gómez, Américo, el gobernador, dejó que el gobierno federal a través de Adán Augusto López negociara el trasvase que perjudicó a los agricultores de la frontera.
Y es que les cedieron únicamente 200 millones de metros cúbicos, es decir, la mitad de agua que señala el convenio de 1996, que es de 350 millones y por supuesto que Samuel García no vino al Palacio de Gobierno a firmar este acuerdo, pero sí festejó la negociación que hizo con Adán Augusto, pero no con el gobernador Américo y dijo:
“Es la primera vez en 26 años que un trasvase se reduce de 350 millones de metros cúbicos a solo 200 y con eso vamos a mantener una presa (El Cuchillo) con 555 millones de metros cúbicos, que va a garantizar que en la ciudad tengamos agua con los dos ductos abiertos dando 10 mil litros por segundo, que es prácticamente el 70 por ciento del consumo de la ciudad”.
Así de esta manera, Américo abandonó a los agricultores tamaulipecos, debido a que desconoce las necesidades reales de la gente del campo y con la desatención en la negociación del trasvase, el “Pueblo de Tamaulipas” se dio cuenta que al gobernador nunca defenderá al estado, especialmente cuando exista un interés especial de AMLO a quien no le importa el futuro de la entidad.
Con los casos de inseguridad que se presentaron en Nuevo Laredo y en Matamoros, se confirmó que su indiferencia por los problemas que se presentan en Tamaulipas llega al extremo y los deja pasar como si no afectarán el desarrollo del estado y luego informa que ha logrado en cinco meses buenos resultados en seguridad.
Aunque el tema de Matamoros llegó a la Casa Blanca, al Congreso de los Estados Unidos y a su Consejo Nacional de Seguridad, en México, López Obrador informó sobre Matamoros casi toda la semana en la conferencia Mañanera y llegó incluso a amenazar a los legisladores republicanos, quienes buscan clasificar a los cárteles mexicanos como terroristas e intervenga el ejército norteamericano en territorio de México.
De ese tamaño llegó el descuido de Américo Villarreal Anaya en el tema de Matamoros, pero una vez más tuvo que intervenir AMLO para que no creciera más, cuando el doctor pudo actuar desde el primer momento en que se presentó con solo hablar con el presidente municipal, pero no lo hizo porque al parecer no una buena comunicación y están distanciados.
El caso es que ahora el doctor Villarreal no quiere que los medios estatales le pregunten sobre Matamoros y es tal su molestia, que lleva tres giras por Matamoros, Tampico y Nuevo Laredo, que los medios no son convocados y esto no es bueno para su gobierno y su posición como gobernador.
Sin duda, el gobernador sigue pensando que no necesita a nadie para gobernar como lo decía en su campaña, pero una campaña no es lo mismo que estar en gobierno, que es la vitrina más grande del estado donde se puede ver con claridad lo que está haciendo y lo que planea hacer.
Creemos que AMLO nunca se equivocó en imponerlo como candidato de MORENA, su nombre, herencia de su padre, garantizó el triunfo electoral, además de los votos comprados con los programas federales, pero, así como lo hizo gobernador, ahora pudiera llevárselo al gobierno federal y poner a alguien con que conozca lo que implica estar al frente del gobierno estatal.
En fin, es inevitable que vuelva a meter en problemas al presidente, la debilidad de su carácter y lo extremadamente sensible para no asimilar los golpes y errores que comete, así lo indican. Solo esperamos que su falta de atención, inexperiencia y sensibilidad para armar un equipo que lo ayude, no provoque volver al pasado violento e inseguro que tuvimos.