Columnas

La expectativa del cambio

Rutinas y quimeras

Clara García Sáenz

La expectativa del cambio

Ya arrancó la administración rectoral, legalmente constituida; como una bocanada de agua fresca fue la conferencia de prensa donde se denunció el saqueo de millones de pesos en la Universidad Autónoma de Tamaulipas y por primera vez se habló de un asunto que sexenio tras sexenio era solo rumor.

Tiempos de trasformación se dice en los corrillos universitarios, en la expectativa de algunos esperados nombramientos de directores de área donde todavía hay cabecistas; nombres van y nombres vienen, algunos ya se despidieron esperando solo el relevo; pero los autoproclamados se están dando por montones, como en la Secretaría de Vinculación donde los directores de Deportes y el de Cultura y Arte ya se despidieron de sus colaboradores y han surgido los nuevos aspirantes como el otrora director de Extensión, quien fue incondicional de Mauricio Pimentel, el super secretario de Mendoza que organizó un montón de ferias del libro garnacheras con un presupuesto desbordante, nunca antes visto en la promoción de la cultura en la Universidad que despertó las alarmas de jugosos negocios; resulta que el director de Extensión en la época de Mendoza y que hacía más funciones de secretario particular de Pimentel que labores de extensionismo, se apunta como el nuevo director de deportes.

En la Dirección de Cultura y Arte la cosa está para llorar, desmantelada la oficina por el director saliente, su colaborador más cercano en el campus Victoria y quien le manejaba los asuntos durante sus prolongadas ausencias, viene diciendo, desde hace varias semanas e incluso antes de que su director se despidiera, que él será el nuevo director, lo que ha causado conmoción y asombro entre sus compañeros de trabajo, porque todos conocen sus limitadas capacidades laborales, su amplia experiencia en lambisconería hacia los superiores y su nulo entendimiento de lo que es un proyecto cultural; aunque al parecer él se ha ufanado de que presentó un amplio plan de trabajo (que no es más que una serie de ocurrentes eventos sin pies ni cabeza) que le ha valido la simpatía del nuevo Secretario de Vinculación, de quien se dice no habla con nadie más y solo se dirige a él, sintiéndose el personal atemorizado de que este personaje llegue a la dirección sin que antes el Secretario conozca las trayectorias, experiencias, necesidades y preocupaciones del resto del personal. Les preocupa que la historia se repita, de cuando llegó Mendoza, nombrando a una empleada del montón, quien cargó contra sus compañeros, tronó la oficina y su permanencia se hizo insostenible.

También está pendiente limpiar todas las direcciones ocupadas por panistas que al abrigo del cabecismo ocuparon puestos, asesoraron mesas de seguridad y hasta medallas recibieron por parte del Congreso del estado, sin contar a todos los contadores que siguen en los puestos directivos de la Secretaría Académica nombrados por Mendoza cuya hermana aún permanece también ocupando un puesto donde los objetivos sustentables no alcanzaron ni para comprar botes de basura que ayudaran a clasificar los desechos en orgánicos e inorgánicos.

Sin embargo, los universitarios seguimos confiando en que la trasformación está llegando, que la época de terror se ha ido, que se respeta la libertad de pensamiento, la autocrítica tan escasa últimamente y necesaria en una institución de esta naturaleza, seguimos confiando en que se terminarán los privilegios, que se promoverá una verdadera equidad de género y que la flotilla de vehículos de lujo se acabe, para que a los investigadores les alcance para salir al trabajo de campo sin que tengan que utilizar sus vehículos particulares. Confiamos en que esta administración rectoral sí trasformará y esperamos no se extravié en la inercia. E-mail: claragsaenz@gmail.com