Maki, la mujer más empoderada
Opinión Pública
Maki, la mujer más empoderada
Por Felipe Martínez Chávez
Cd. Victoria, Tamaulipas. – A 24 años de haber iniciado su camino en la política, hoy por hoy Maki Esther Ortiz Domínguez es la mujer más empoderada del sector público en Tamaulipas, y sus éxitos siguen.
Aspira a ocupar por segunda vez un escaño en el Senado, esta vez por el Verde Ecologista, para demostrar que, las mujeres, también son líderes naturales y el respetable vota por la persona y no solo por el partido.
Es la versión femenina de esas raras avis, líderes que surgieron de la entraña misma del pueblo sin importar su filiación partidista, como los legendarios Fernando San Pedro Salem, en Tampico, y Jorge Cárdenas González, en Matamoros.
Ambos presidieron dos veces su municipio y ocuparon escaños en el Congreso de la Unión por partido distinto. Motivaron, acaudillaron y enarbolaron las aspiraciones de las masas silentes y olvidadas por el sistema de aquellos años.
Jorge por el PARM, PAN y PRD; San Pedro PRI, PPS, PARM. Maki sigue el camino, navegó con el panismo y, harta de agresiones de los hombres del poder del anterior sexenio, dio el salto y viaja en la 4T, haciendo honor a que el éxito es la persona.
Supo calcular los tiempos. Sin importar las voces de maledicencia, tiró a la basura las derruidas banderas azules que, en lugar de apoyo y sostén, le generaron dolores de cabeza.
Las paisanas que han escalado exitosamente los minados peldaños de la política estatal son pocas, se cuentan con los dedos de una mano. En su tiempo Laura Alicia Garza Galindo, brillante, aguerrida y entrona, dos veces senadora y dos diputados federales; ex secretaria General de Gobierno y una larga carrera en la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología federal.
Amira Gómez Tueme, reynosense, ex senadora y diputada federal, dos veces local y líder de la legislatura, fue poderosa en el priismo único.
Hoy son los tiempos de Ortiz Domínguez, con una acendrada popularidad en Reynosa, construida a lo largo de sus incursiones en la política, ya como regidora, diputada federal, senadora, Subsecretaria de Salud, dos veces presidenta municipal y… Lo que sigue.
En 2016 aspiró al Gobierno del Estado, algo que fue como una maldición. Se le echaron encima los cabecistas.
Volvió con su aspiración en 2022, ahora en las filas de Morena, replicando en lo femenino a aquellos próceres que construyeron un capital político y brillaron con luz propia y no del partido inicial que los postuló.
Ella y Eugenio Hernández Flores, con la similitud de haber sido perseguidos por el gobierno de Cabeza de Vaca, buscan llegar al Senado y recorren los caminos de Tamaulipas con hartas posibilidades de alzarse con la victoria, en lo que se ha llamado el” Plan C”. La meta es mandar al sótano a las de por sí diezmadas fuerzas del cabecismo.
Fuerte y valiente, los vientos huracanados no pudieron tumbarle sus proyectos políticos. Sobrevivió al vendaval.
Regidora de Reynosa en 2001, diputada federal a partir del 2003; Subsecretaria en 2006; senadora de 2012-2016, cuando emprendió el camino al ayuntamiento para ser la primera mujer que llegó a ese encargo.
En 2016 derrotó con 82 mil votos -el 35 por ciento- al independiente José Ramón Gómez Leal, que levantó lejanos 55 mil, mientras el tricolor Ernesto Robinson Terán fue relegado tercer lugar con 52 mil.
Al demostrar que sí se puede gobernar con honestidad y decencia, en 2018 ganó la reelección por sorprendentes más de 150 mil votos (52 por ciento), derrotando por segunda ocasión a JR que cosechó 100 mil.
¿Repetir la hazaña? Se vuelve a enfrentar a José Ramón, ambos como segunda fórmula al Senado, aunque no en calidad de contrincantes sino de aliados que jalan por la 4T en el multiseñalado “Plan C”.
¿En qué consiste ese plan? Ella mejor que nadie lo sabe explicar.
Morena necesita mayoría calificada en las dos cámaras, Senadores y Diputados, para sacar las reformas que el grupo de conservadores ha impedido. Pero Morena por sí solo no puede tener más del 50 por ciento de los escaños. La Ley lo prohíbe.
Necesitan 66 por ciento de las butacas, que no alcanzarían si el grueso de ciudadanos vota por Morena, como sucedió en el 2018. Requieren gente de los aliados Verde y Partido del Trabajo en por lo menos 16 por ciento.
Por eso Maki y Geño quieren ganar los escaños de mayoría, por el Verde, con lo cual la primera minoría para Morena. Cero para los Cabeza de Vaca. Dicen que, en equipo, se pueden hacer las cosas.
Como dato adicional decir que, en las cinco elecciones que lleva, MO no ha perdido una sola.
El IETAM acordó ampliar en tres días el plazo para que los partidos reúnan los requisitos en el registro de candidatos. Son los días Santos.
La coalición PAN-PRI en Tamaulipas no fue echada abajo por el TRIFE. Lo que pasa es que los acuerdos de los órganos nacionales no llegaron a tiempo, lo mismo que en Morena. Siguen igual las coaliciones.
Al que le dijeron que no es al alcalde de Padilla, Manuel Silvestre Ruiz, alias El Papas, en eso que quería que el IETAM le conteste con mucho amor una serie de preguntas.
Hablando de Geño, aclaró por qué el Verde no registró candidato en Victoria capital (léase Don “Tico” García), luego del madruguete del delegado moreno Mario Llergo.
“Vamos a apoyar al candidato del Gobernador, que es Eduardo Gattás. Es amigo mío, lo conozco desde hace muchos años, una gente muy trabajadora que viene desde abajo, luchona, y que merece nuestra confianza para continuar al frente del ayuntamiento”.
Para que no quede duda de las agarradas de Gattás.