Columnas

“Motos familiares”

En México, en Tamaulipas y en particular en Ciudad Victoria estamos en la era de la motocicleta como medio de transporte.

Su presencia en las calles es cada vez más amplia. Se estima que, de cada diez automotores en operación, una es motocicleta.

Está desplazando en forma acelerada a la bicicleta y está compitiendo con el “automóvil chocolate” compacto.

La facilidad con que se puede adquirir en abonos en una tienda especializada o en tiendas de electrónicos y mueblerías que le han entrado a ese giro de vehículos, acelera su uso.

 

También influye la falta de un transporte público de mayor conectividad, que privilegie la necesidad del usuario y no el negocio del concesionario.

Con todos estos elementos, la motocicleta está sustituyendo al transporte individual, pero también se convierte en transporte familiar.

Se trata de una unidad que está diseñada para uno o dos tripulantes.

Pero en los hechos, se utilizan para el transporte de tres, cuatro y hasta cinco personas.

Un transporte público familiar.

Con preocupación veo a diario que en algunas de esas unidades viaja el padre de familia, un menor de edad al frente del conductor sobre el tanque de combustible, otro menor atrás del padre de familia, luego la madre de familia y esta sostiene un bebé en un brazo y en el otro la pañalera.

Algo que no debería ser, no debe permitirse, pero la falta de vigilancia por parte de tránsito municipal o de conciencia por parte de los usuarios, esto ocurre en el día a día de la capital tamaulipeca.

Y en materia de violación a las normas de vialidad por parte de los motociclistas son numerosas.

Las más comunes son las siguientes:

1.- Conducir sin el casco de protección. Cinco de cada diez no lo usan.

2.- No portar licencia de conducir.

3.- Circular en unidad sin placas. Seis de cada diez unidades no las portan.

4.- No respeta los carriles de circulación, deben operase como si fuesen automóviles, pero van zigzagueando entre los autos.

5.- Rebasan los límites de velocidad.

6.- Omiten con frecuencia los señalamientos de alto o l luz roja de los semáforos.

7.- Se estacionan en las baquetas o invaden áreas de parquímetros sin pagos correspondientes

8.- Se estacionan entre los automóviles en forma perpendicular, afectando la entrada y salida de autos.

9.- Alguna son muy ruidosas pues alteran sus escapes.

10.- Falta de casco de protección del acompañante. Nueve de cada diez acompañantes no lo portan.

11.- Transportan tres, cuatro y hasta cinco personas.  Tres de cada diez unidades lo hacen.

12.- La mayoría de los usuarios no usan guantes ni ropa apropiada que reduzca riesgos de lesiones en casos de derrapes o caídas. Cinco de cada cien usan la indumentaria apropiada.

13.- Algunos conductores van usando el teléfono celular.

14.- No reducen velocidad en pasos escolares o áreas de peatones.

15.- Son desesperados y rebasan en forma arrebatada a los autos que van a velocidad moderada.

Esa es la triste realidad del transporte público de motocicletas en la capital tamaulipeca.

Y con resultados lamentables por múltiples accidentes en los que las lesiones en brazos, piernas, cabeza e incluso columna vertebral, son frecuentes.

Desgraciadamente con algunas defunciones por mes.

Y como el uso de este tipo de automotores va en aumento vertiginoso, es necesaria una revisión integral de su alternativa como medio de transporte.

Debemos ser más estrictos en el cumplimiento cabal a las normas para su circulación legal.

Y en ello, debe comprometerse a las tiendas que las venden, para que cada unidad que salga rodando lleve de manera obligada sus placas de circulación.

Que se vendan con casco de protección incluido.

Asimismo, que el usuario obtenga la licencia de conducir previo examen de rigor y la obtención del reglamento.

Hay que valorar más la vida.

Es el tesoro más preciado, seguido de una buena salud integral.

La mayor parte de los usuarios de motocicletas son jóvenes de 18 a 35 años.

Las caídas o choques dejan lesiones de todo tipo, que en esa edad no se toman mucho en cuenta, pero que lustros después tendrán su efecto en la salud de los adultos.

Ordenar la operación de este medio de transporte es necesarísimo para reducir el número de accidentes, pérdidas de vidas o lesiones mayores o menores.

También sería relevante para la seguridad pública, pues las motocicletas son utilizadas son frecuencia para delinquir.

Y de la misma forma, son presa fácil de robo por parte de los delincuentes.

Tiempo de actuar con rigor.

Es por el bien de todos.

Importante que las Oficinas Fiscales de la Secretaría de Finanzas hagan convenios con los establecimientos comerciales que las venden. Su titular Adriana Lozano, que anda tras los reflectores, debe firmar acuerdos con las CANACOS.

Y la Secretaría de Seguridad Pública, que dirige Sergio Chávez García, apretar para la verificación de la legalidad de las unidades.

En tanto que el Ayuntamiento de Victoria que preside Eduardo Gattás, ordenar a su área de Tránsito Local a cargo de Livio Flores Rodríguez operativos permanentes para el respeto irrestricto al reglamento.

 

Por ahora, en ese tipo de transporte, somos la capital del caos.

Cada quien hace lo que le da su gana.

Y las consecuencias son graves y en ocasiones letales.

Ni siquiera las patrullas de tránsito, tanto autos o motocicletas, traen sus placas vigentes.

De ese tamaño problema, en la era de las motocicletas en Ciudad Victoria, Tamaulipas, México.

Así que, si usted conduce un auto, extreme precauciones, motociclistas inexpertos y uno que otro loco pueden cruzarse en forma sorpresiva en su camino.

Que tenga usted un buen domingo, apreciado lector.

Si le agradó el comentario, por favor compártalo.

Salvemos una vida y coadyuvemos a frenar el caos.