Columnas

Nuevas “Mapacherías”

En muchos países del mundo, en particular en México, el voto libre y secreto es una utopía, es decir, muy lejano a la realidad.

Cierto que mucho se ha avanzado en la vigilancia de las boletas electorales, las actas, las urnas y el conteo de los votos en aras de transparencia y confiabilidad del proceso.

Por tanto son muy difíciles prácticas añejas como robar boletas para rellenar urnas, alterar actas o robar la urna completa para modificar todo.

Sin embargo, las artimañas de los partidos, candidatos y sus operadores se ha modificando para incidir en el voto que llega a la urna.

Algunas de las prácticas más comunes son las siguientes:

Compra directa de voto con dinero en efectivo,  para lo cual se debe entregar evidencia ( foto celular boleta cruzada)

Coacción al voto a través de entrega de apoyos en especie: bultos de cemento, lámina galvanizada, pinturas, despensas.

Coacción al voto a través del uso de padrones de programas sociales en las diversas instancias de gobiernos locales, estatales o federal.

Presión corporativa al voto a través de sindicatos, estructuras gubernamentales.

Intimidación sobre despidos a empleados de contrato o ingresos recientes para que sufraguen por el candidato o partido en el poder municipal, estatal o federal.

Amenazas lideres sociales representantes de secciones  y operadores políticos a través de intimidación con grupos delictivos para que dejen de apoyar a un candidato y trabajen para favorecer a otro.

Levantones a los principales operadores del  candidato contrario días previos a la elección, para evitar su trabajo e intimidar a sus cercanos, así como a grupos a movilizar.

Compra o intimidación a funcionarios de casillas.

Generar violencia en la semana previa a la elección para intentar propiciar votos en contra del partido en el poder.

Incluso realizar “autoatentados” sin poden en riesgo a candidatos, a fin de querer hacerlos víctimas y cosechar voto de compasión.

Esas y muchas otras más, que se concretan en el día D la Elección.

Como puede verse, eso del voto libre y secreto es muy difícil de concretar.

Una buena parte de los electores se ven obligados a entregar sus votos por esos métodos de recompensas o bonificaciones.

Y otro tanto por las amenazas de castigos, sanciones o intimidaciones más severas o de riesgo.

Incluso, algunos candidatos son presionados para que renuncien.

Otros para que dejen de hacer campaña.  Como ocurriera hace algunos años al entonces candidato del PRI Oscar Almaraz, quien buscaba la reelección. Ese año unos ” cuetes” lo espantaron en un acto de campaña al oriente de la ciudad. Fue  derrotado por el adversario Xicoténcatl González.

En esta contienda 2023/2024 con elecciones locales de alcaldes y diputados; y  a federal para elegir diputados, senadores y presidente, se han registrado algunos hechos violentos.

El asesinato a puñaladas de Noé Ramos Ferretiz candidato a alcalde de “El Mante” los primeros días de la campaña.

La balacera en Matamoros (bandidos y policías) en una colonia donde hacía proselitismo la polémica candidata del PAN-PRI Leticia Salazar

La agresión al equipo de campaña del candidato de MC en Jiménez, Francisco Salazar, con saldo de cinco heridos.

Y las intimidaciones en casas de operadores y militantes morenistas en Nuevo Laredo para que modifiquen su respaldo.

Más todas aquellas que no han trascendido en medios o llegado a denuncias ante las Fiscalías de Delitos Electorales Estatales o Federales.

Desgraciadamente, ese es el contexto estatal a cinco días de las elecciones en Tamaulipas.

Aún así, hay acudir a votar.

Y tratar de hacerlo con libertad y secrecía.

Acudir lo más temprano posible a las urnas el domingo 2 de junio a cruzar bien las 5 boletas

Para evitar lo más que se pueda el calorón.

Y los incidentes que al calor de la mala política puedan registrarse.

Cuídese de los nuevos mapaches y sus triquiñuelas.