Plantas tratadoras de aguas residuales resolverían aguas negras en Altamira
*Es un problema grave de salud en el municipio, la presencia de aguas residuales provoca enfermedades; hay pésima operación de cárcamos, otro factor primordial de las aguas residuales.
Por Diana Alvarado
El Ingeniero Alberto Saucedo Cervantes habló sobre un problema grave que se vive en el municipio de Altamira, las constantes de fugas de aguas negras y lagunas de oxidación que también contaminan la laguna de Champayán.
Dijo que es un problema latente, la presencia de aguas residuales en las diversas colonias de municipio, provoca enfermedades gastrointestinales y dermatológicas; es necesario hacer una revisión minuciosa para tener un diagnóstico sobre el origen del tema.
Es necesario un diagnóstico de colectores y subcolectores, la mayoría están colapsados ante el crecimiento poblacional que se presenta en la urbe industrial; además de la instalación de plantas tratamientos de aguas residuales.
El ex director de Desarrollo Urbano manifestó que Altamira solo cuenta con una planta tratadora de aguas residuales en los límites de esta ciudad y Madero, pero es insuficiente para el manejo de este tipo de residuos.
Saucedo Cervantes, ex regidor manifestó que las lagunas de operación son también un tema grave de contaminación “las lagunas de oxidación fueron las primeras que se construyeron, pero el crecimiento poblacional ya quedó obsoleto, es un problema grave sin planeación y hay que darle solución mediática, hay colectores que no se han terminado, esto sería para verter las plantas de tratamiento”.
Dijo que son recursos millonarios los que se necesitan para eliminar las lagunas de oxidación y dirigir esos residuos hacia una planta de tratamiento.
Asimismo, enfatizó que hay una pésima operación de cárcamos, casi todos tienen derrames de aguas negras, hay deficiencias en el sistema operativo y estas aguas van a desembocar a la laguna de Champayán, principal suministrador de agua potable.
Añadió el entrevistado que está en proceso de contar con ese diagnóstico de cómo operan y la infraestructura de los cárcamos que existen en Altamira.