RESCATE EN EL GOLFO DE MÉXICO
LOS PUNTOS SOBRE LAS…
POR ANGEL VIRGEN ALVARADO
El pasado 8 de diciembre, pescadores tamaulipecos del poblado La Pesca, avistaron, mar adentro, a unos 30 kilómetros de la costa, un barco flotando a la deriva.
Era la embarcación “Máximo Emmanuel” con cinco pescadores que, 45 días atrás (el 23 de octubre) habían salido del puerto de abrigo de Yucalpetén, de Progreso, Yucatán.
Una falla mecánica provocó que la nave quedara a merced de las circunstancias.
Un reportaje sobre el caso apareció el siguiente día, 9 de diciembre a las 9: 49 horas, en el portal LA VERDAD y lo firma “CámaraJ”
Se los comparto:
-“Durante 46 días tuvieron que sobrevivir cinco pescadores que salieron del Puerto de Abrigo de Yucalpetén, ubicado en Progreso, Yucatán, a bordo de la embarcación “Máximo Emmanuel”, que se reportó como desaparecida desde el pasado 21 de noviembre, hasta el pasado jueves en que fueron rescatados frente a costas de Tamaulipas.
Más de un mes flotaron en las aguas del Golfo de México los pescadores Juan Bautista Ramos Viana, Adrián Aké Llañez, Wilberth Hidalgo Montuy, Gerardo Manuel Félix García y el patrón Francisco Gaspar Herrera Valerio, alias ”Pacorro”, antes de ser rescatados por pescadores tamaulipecos.
La larga travesía comenzó desde el pasado 23 de octubre, cuando los hombres provenientes de Holcá y Yodzonot salieron al mar en busca de canané, una especie de pescado altamente comercializable en Yucatán.
El plan era navegar hacia la sonda de Campeche saliendo por el lado de Celestún y ahí establecerse por dos semanas, antes de retornar hacia Progreso. Sin embargo, desde que se alejaron del litoral yucateco reportaron por la radio que su embarcación presentaba una avería mecánica.
Poco tiempo después de su llamado de auxilio, los pescadores perdieron contacto por completo con tierra y nada más se supo de ellos. La fecha programada para volver a puerto fue el 6 de noviembre, pero la embarcación no apareció.
Honorio Aké, padre de Adrián, explicó que desde ese entonces se sintió intranquilo con la situación, pero intentó calmarse debido a que es un tanto común que los barcos pesqueros se atrasen uno, dos o hasta siete días en volver a la costa.
Pero al vencerse el límite de la prórroga del permiso otorgado por la Capitanía de Puerto, el 15 de noviembre, acudió a Progreso para reportar la desaparición del “Máximo Emmanuel” y sus cuatro tripulantes, desde el día 17.
En un plantón realizado por las familias de los pescadores, desde el Puerto de Abrigo de Yucalpetén, solicitaron a las autoridades marítimas y portuarias que emprendan de forma inmediata las operaciones de búsqueda y rescate para devolverlos sanos y salvos a casa.
Pero los días siguieron pasando y no se informó nada sobre si se iniciaron estas labores, se estaban realizando o ya habían sido canceladas.
Mientras tanto, cuatro familias permanecían con la incertidumbre de no saber si sus padres, hermanos e hijos volverían a pisar tierra.
Así transcurrió más de un mes, hasta que el pasado 8 de diciembre, una embarcación camaronera del poblado La Pesca en Soto La Marina, vislumbró una embarcación flotando a la deriva a 15 millas náuticas (30 kilómetros) de la franja costera tamaulipeca.
Al acercarse a la embarcación, encontró a cuatro hombres delgados, deshidratados, y hambrientos, por lo que se comunicó con el pescador ribereño José de Jesús González.
-“Andábamos en altamar cuando un camaronero de nombre “Seferino” me habló por teléfono para informarme que había encontrado un barquito a la deriva, me dio el nombre del barco y corroboramos que eran los náufragos”, mencionó el pescador.
El barco fue remolcado hasta cuatro millas náuticas, donde José de Jesús González y su hermano Luis lo engancharon a su lancha de motor fuera de borda, para llevarlo hasta la costa.
De inmediato la Capitanía de Puerto y Secretaría de Marina en Tamaulipas recibió el aviso del rescate de la embarcación progreseña, por lo que una ambulancia de dicha dependencia se trasladó de inmediato al lugar a donde llegarían para revisarlos.
Les dieron de comer, hidratación y se mantienen en resguardo médico, a la espera de que sean trasladados hasta Yucatán y la embarcación sea remolcada de vuelta por el Golfo de México.
Una horrible experiencia
El capitán del “Máximo Emmanuel”, conocido como “Pacorro”, compartió que luego de reventar la manguera de combustible, anclaron el barco para evitar que se fuera a la deriva y su rescate pudiera ser más sencillo.
“Veíamos luces de barcos y levantábamos el ancla a pulso para ver si nos acercábamos más, en ocasiones sí pasábamos cerca, pero no nos hicieron caso, no nos ayudaron, a lo mejor sí nos vieron, pero nos dejaron a la deriva”, relató.
El capitán añadió que “a la bendición de dios”, se mantuvieron flotando en aguas profundas del Golfo de México comiendo pescado asado, patos y todo lo que se pudiera, con tal de mantenerse con vida. El agua tuvo que ser racionada, tenía sarro y estaba sucia, pero evitaba la deshidratación.
“Fue una situación que no se le desea a nadie, gracias a Dios estamos en tierra que es lo principal, quiero agradecer al capitán, él nos trajo, nos mantuvo con vida y se la rifó”, comentó Gerardo Manuel, tripulante del “Máximo Emmanuel”.
“Sí teníamos desesperación, veíamos barcos y no paraban, pero pensábamos que si no paró era por algo, que dios era el único que nos tenía en sus manos y nos cuidaba en las noches, en las mañanas, yo nunca perdí la esperanza ni la fe”, agregó Adrián Aké.
“Fue una experiencia pesada, estuvo feo, más el norte que pasamos allá afuera, no sabíamos ni qué día era, pero sí te aseguro que fue algo horrible, nos entraba agua por todos lados, estábamos mojados, pasamos frío, no se lo deseo a nadie”, añadió Wilberth Hidalgo.
“Nos contuvimos en la fe y la esperanza de que íbamos a llegar, ¿cuándo? no sabíamos, pero ahí está, gracias a dios aquí estamos gracias a la ayuda de buenas personas”, expresó Juan Bautista.
Nunca perdieron la fe
En entrevista con La Verdad Noticias, Carmen Guadalupe Alejandro, hija de este último pescador, refirió que su padrastro se fue una noche sin despedirse, a una de las que serían sus últimas expediciones de pesca, pasatiempo que le gustaba mucho.
Pero su familia nunca pensó que pasaría más de un mes con la preocupación de no saber en dónde se encontraba el hombre de 52 años.
“La esperanza es lo último que perdimos, yo le dije a mi mamá que no iba a dar por muerto a mi padrastro hasta que no me dijeran que encontraron la embarcación sin los pescadores, así que cuando me enteré que un pescador los rescató fue algo de mucha alegría”, expresó.
La mujer originaria de Holcá agradeció a los pescadores ribereños de La Pesca en Soto La Marina, por haberle salvado la vida a cuatro personas que tuvieron que arreglárselas por 46 días para sobrevivir flotando a la deriva”.
Por hoy, es todo.