Tamaulipas espera su Transformación
Tendencias
Oscar Contreras
Tamaulipas espera su Transformación
Cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador vino a Ciudad Victoria como candidato a la presidencia de la República en las dos ocasiones antes de ganarla, al doctor Américo Villarreal Anaya nunca se le vio cerca de AMLO, no lo hizo ni por error y se entiende.
Villarreal Anaya era militante del PRI y acercarse a López Obrador le hubiera costado que lo señalarán como hereje, los que hoy lo alaban y hasta pudo perder su cargo en el gobierno, además desconocía la cercanía que su papá había tenido con AMLO en los años en que inició en Tabasco como activista político.
Sin embargo, esto cambió cuando en 2018 recibió la invitación de ir a saludarlo a la ciudad de México e iniciaba Morena a integrar la relación de sus candidatos a la Cámara de Senadores y diputados federales, quienes participarían en elección presidencial.
Esta oportunidad que recibió el doctor Américo Villarreal ni en el PRI ni en ningún otro partido se la darían y no es que no pudiera serlo, sino que nadie en ninguna organización sabían que tenía interés por la política, su vocación por la medicina así lo demostraba.
Así que el doctor Américo nunca pensó participar en la política, su preparación profesional como cardiólogo, servidor público del sector salud y la atención a su familia, le dejaban poco tiempo para andar de activista dentro de su partido, el PRI.
Sin embargo, se sabe que al doctor aparte de la medicina le interesa el senderismo, andar por cerros y montañas caminando, lo cual es muy relajante y saludable y desde luego, hacer negocios que tengan que ver con la salud y en especial, practicar la fotografía.
Quienes lo conocen bien, aseguran que cuenta con uno de los mejores equipos de fotografía, pero en este momento en que su vida cotidiana cambió 180° tuvo que guardarlo para dedicarle tiempo a estos asuntos de la política y nos dicen que hasta estudió un postgrado en Administración Pública para estar preparado.
Ahora sabemos que AMLO en Tamaulipas no tenía definido un candidato al senado de la República y buscaba uno que le ayudara a ganar la presidencia, pero sus colaboradores al conocer la cercanía que tuvo con el ingeniero Américo Villarreal Guerra, decidieron invitar a su hijo al doctor Villarreal Anaya y este aceptó.
El equipo de Obrador lo investigó, se dieron cuenta que era el perfil adecuado que andaban buscando, y se dieron cuenta que el doctor goza del prestigio que le dejó su padre, al ser un extraordinario técnico, un político respetuoso y tolerante con sus adversarios y en especial, que la gente aún lo recordaba por su sencillez, honestidad y atención que les tenía.
Tan es así, que supieron que el ingeniero Villarreal Guerra, durante su mandato, era común verlo caminar temprano por el centro de Ciudad Victoria, ya que iba a visitar a su madre quien vivía cerca del Palacio de Gobierno y la gente se le acercaba a saludarlo, hacerle peticiones y nunca se negaba a ponerles atención.
Es por ello que los estrategas obradoristas lo eligieron como su candidato, no se equivocaron, cumplió con su objetivo y logró que MORENA montada en el buen nombre del ingeniero Américo Villarreal Guerra, consiguiera el primer triunfo al Senado de la República de un partido de izquierda en el estado.
Con esto el ingeniero, desde la dimensión donde se encuentra, ayudó a López Obrador a que consiguiera su triunfo en Tamaulipas y hoy, con el ascenso de su hijo, el doctor Américo Villarreal Anaya, como gobernador constitucional del estado, la deuda que tenía el presidente López Obrador con su padre, queda saldada.
Así se entiende y los tamaulipecos aún tienen la esperanza que lo ayude para que Tamaulipas progrese, se espera que, un poco de lo que manda al sureste lo envíe al estado, para hacer las obras y acciones esenciales que se necesitan para vivir bien y en especial, para que Américo como su padre, haga un buen gobierno.
Además, “el pueblo” quiere que Américo sea él quien tome las decisiones y no sean sus cercanos los que decidan lo que se tiene que hacer, eso genera corrupción y los problemas que hoy tiene, le van a crecer si se continúa por ese camino. Conforme pasa el tiempo, el dinero, los halagos y la servidumbre de quienes los rodean, pueden acabar lo que inició con buenos augurios.
También “el pueblo” espera que se acaben los privilegios, que se venda la Casa de Gobierno o se instale el Instituto Tamaulipeco de Cultura, que se vendan los aviones o se ponga una línea aérea del gobierno, que no haya más suburbans blindadas, guaruras, ni vallas que alejen al gobernante del pueblo.
Que sus funcionarios se dediquen a trabajar y no a robar, que los funcionarios que eligió cumplan con honestidad y transparencia su labor, porque los últimos tres sexenios que se han tenido, son el ejemplo de lo que un gobernante no debe hacer y no es necesario dar detalles, la gente, los electores y “el pueblo” lo sabe.
Ojalá que eso Américo Villarreal Anaya lo cumpla, para que al finalizar su mandato puede ser feliz, vivir bien y en paz, que la gente lo siga viendo como lo hacían con su padre después de que terminó y desde luego, para que cuando termine su gobierno, ahora sí puede practicar de tiempo completo la fotografía que tanto le gusta. ¡Enhorabuena! Y a darle porque Tamaulipas no espera más su transformación.