UAT: Pertinencia y Vinculación.
UAT: Pertinencia y Vinculación.
Por: Javier Terrazas
Siempre, detrás de una zona económica pujante con desarrollo armónico e integral, al buscar y escudriñar, aparece una sólida institución de educación superior. Así ocurre en diversas regiones del mundo.
Y obvio que, esta institución o universidad, tiene una amplia vinculación con los sectores productivos y comunidad en general.
De tal manera que dichos actores participan en la planeación de los programas académicos, con la finalidad de que se generen los profesionistas que esa región requiere para atender sus necesidades presentes y futuras.
Pero también, las empresas e industrias más consolidadas, a través de sus áreas de investigación, trabajan de manera conjunta con las instituciones de educación superior, para que la investigación sea pertinente con las proyecciones de futuro de esa región y el aprovechamiento de sus fortalezas y potencialidades.
Nuestro país, no escapa a ese patrón de simbiosis que debe prevalecer entre el desarrollo integral de una región económica y la academia e investigación.
Detrás del empuje de la Ciudad de México, sin duda está, la máxima casa de estudios del país, la UNAM.
Igualmente, en el Estado de México, la Universidad Autónoma del Estado de México.
En Jalisco, la Universidad Autónoma de Guadalajara.
En Nuevo León, además de la Universidad Autónoma de Nuevo León, juegan un papel relevante el Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey y la Universidad de Monterrey.
En San Luis Potosí, la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, lleva mano.
Las décadas de trabajo serio y experiencia, así como su responsabilidad social e interacción con la sociedad y sus sectores productivos, permiten que esas universidades sean reconocidas en sus regiones, pero también más allá de sus fronteras.
A la hora de las evaluaciones en la calidad de la educación superior, esas instituciones destacan en el concierto nacional e internacional.
De tal forma que se convierten en instituciones atractivas para la formación de profesionistas en sus diversas disciplinas en el país e incluso en el orbe.
Quizás el caso más notorio en la zona noreste del país es el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey.
Pero ya no el único.
La presión de las autoridades de educación en México, para que las Universidades Públicas respondan a estándares de calidad educativa, con programas certificados y evaluados con frecuencia, ha obligado y llevado de la mano a la mejora contínua en esas instituciones.
En los últimos veinte años la Universidad Autónoma de Tamaulipas ha registrado avances notorios en ese camino.
Así lo revela la calidad de sus egresados en las Facultades de Comercio y Administración o de Medicina Veterinaria y Zootecnica de Ciudad Victoria.
O los egresados de las escuelas de Medicina, Odontología y Arquitectura de Tampico.
Así como la evolución de la Facultad de Medicina de Matamoros.
O de la Facultad de Comercio y Administración de Nuevo Laredo.
Y la de Ciencias Químicas de Reynosa.
Cierto que es trabajo de muchos años de maestros, directivos de las escuelas y los últimos rectores de la institución, así como de la vigilancia de la SEP, a través de a Subsecretaría de Educacuión Superior.
Podría decirse que la Universidad Autónoma de Tamaulipas en sus diferencias regiones está alcanzando la mayoría de edad y tiene ya un nivel aceptable en la pertinencia de sus profesiones y empieza a dar pasos en esa dirección en materia de investigación científica.
Por tanto, su consolidación, es quizás el reto más importante para el nuevo rector de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, Dámaso Anaya Alvarado.
Recientemente, presentó ante la asamblea universitaria y la sociedad tamaulipeca el Plan de Desarrollo Institucional de la UAT para el periodo 2024-2028.
Y en ese documento se asientan los objetivos y ejes fundamentales del rumbo que se dará a la educación pública superior en Tamaulipas, en continuidad al trabajo serio y rescatable de académicos de las administraciones recientes.
Una mucho mayor vinculación con los sectores productivos es necesaria y está contemplada.
Una pertinencia cabal con las demandas de profesionistas de las distintas y distantes regiones de Tamaulipas, está prevista y debe fortalecerse.
Y tanto la vinculación como la pertinencia tienen que diseñarse y trabajarse de manera conjunta con la industria, los servicios aduaneros, el sector agropecuario y pesquero, o las áreas de servicios como el turismo y el comercio.
Por el bien de la población y de los sectores productivos de cada región.
Atención especial merece la zona centro de Tamaulipas.
Ciudad Victoria, la capital del estado y de manera conjunta con los 20 municipios de la región centro, requieren con urgencia de una redefinición de su vocación para mirar con mayor certeza al futuro, para hacerlo promisorio.
Su condición de capitalidad, ya no es suficiente para el tamaño de su población.
Se han realizado intentos en orientar su destino a la educación o a servicios turísticos, pero no fueron suficientes.
Otra alternativa puesta sobre la mesa fue las Nuevas Tecnologías de la Información, luego de que se instaló en ésta capital el área de CINVESTAV (Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN, Unidad Tamaulipas), pero sigue sin consolidarse.
La proyección de un “Puerto Seco” o recinto fiscal en las inmediaciones del aeropuerto “Pedro José Méndez”, es otra de las opciones.
Sin embargo, falta un estudio sólido integral que con el respaldo científico oriente el nuevo desarrollo para la región central de Tamaulipas y su capital como pilar.
La participación de la UAT y el nuevo rectorado que preside el victorense Dámaso Anaya Alvarado, pueden dar el campanazo.
Sobre todo, por el respaldo y vinculación que ya tiene con las estructuras del Gobierno del Estado bajo la tutela del galeno Américo Villarreal Anaya, también victorense.
Conoce las entrañas de la universidad, del gobierno municipal y del gobierno estatal.
Ha caminado por esas tres instancias.
Tiene ante sí, una oportunidad de oro para trascender más allá del papel ordinario que tuvieron sus antecesores al frente de la UAT.
Y probar que detrás del vínculo familiar, hay capacidades y visión para transformar en los hechos, no solo en los dichos, el quehacer de la UAT y de la región centro de Tamaulipas.
El aterrizaje de esta idea apremia.
Tiempo de caminar con aplomo el sendero.
Para dejar huella.