UN ALCALDE FUERA DE ESTE MUNDO
Gran Tampico
UN ALCALDE FUERA DE ESTE MUNDO
Julián Javier Hernández
Uno a veces piensa que su vida es aburrida y carente de sorpresas cuando se compara con Von Humboldt y Marco Polo. ¡Ah, si uno pudiera ver otras tierras, conocer otras gentes y otras costumbres! Pero no, queridos amigos; pensar así es un error. Aquí mismo, en Tamaulipas, vivimos en un mundo extraño.
Por ejemplo, hay que ver la clase de motivos que tiene la gente para celebrar una fiesta o un homenaje. Me parece un punto importante porque esto refleja las creencias y valores de quien lo promueve; muchos parecen estar insatisfechos con el Día de la Madre o el Día de la Independencia y proponen nuevas conmemoraciones, aunque no tengan la estimación general. Merecen, al menos, escucharse, pues podrían reforzar nuestro sentido de identidad o pertenencia. Pero otros, amigos míos, causan escándalo.
Quizás con buenas intenciones, el entonces diputado local Joaquín Hernández Correa propuso declarar el “Día del Caballo” cada 22 de abril. Aquello sucedió el 22 de febrero de 2019 y fue archivado en el cajón de las ideas muertas del Congreso del Estado.
Joaco quería proteger a estas bestias con su iniciativa, pero la prensa victorense lo tomó a juego y se burló de él; incluso tuvo un altercado con un reportero por este tema.
Ciertamente, festejar a los caballos suena un tanto anormal cuando se puede llamar la atención a los problemas serios que nos aquejan, sobre todo con el cabecismo, que defraudó a mucha gente. Pero en Morena no cantan mal las rancheras, como suele decirse, y la prueba de esto es el diputado local Ulises Martínez Trejo.
Este legislador propuso decretar el 7 de julio el “Día del Diputado”. Bastan estas sencillas palabras para ignorarlo y no saber más de él. Aunque intentó justificarse (“no se trata en estricto sentido de un festejo”), la legislatura arrojó su ocurrencia al mismo cajón donde yace el proyecto del “Día del Caballo”.
Propuestas de este tipo, como ya dijimos, reflejan más la personalidad del autor que el sentir del pueblo, que es de donde nacen las verdaderas tradiciones y luego de incontables años. Vale pensar que entre más descabellada sea la celebración, más desatinado es el patrocinador.
En efecto, solo un hombre como Ronald Reagan podía crear el “Día de la comida congelada” cada 6 de marzo, con el beneplácito de su Congreso. Una nación tan consumidora de ultraprocesados tarde o temprano terminaría por celebrarlos.
Debemos incluir en esta lista el “Día de la Nada”, creación de otro estadounidense, el periodista Harold Pullman Coffin, fechada el 16 de enero, pero también se habla del “Día de mirar al cielo”, marcado el 14 de abril.
Por cierto, parece que Erasmo González, alcalde de Ciudad Madero, ha tomado en serio eso de mirar la bóveda celeste, porque ha puesto los ojos a 225 millones de kilómetros de distancia.
Quién sabe para qué, pero el presidente municipal decidió celebrar el “Día del marciano” el martes 29 de octubre en playa Miramar. Y actuó en serio: rentó sillas, pantallas, equipos de sonido, y ordenó difundir el evento.
Ahora bien, no hay mucha diferencia entre conmemorar al alienígena y al unicornio, a Pegaso o a las sirenas, porque ninguno existe.
La idea de celebrarlos despierta curiosidad y sensación, pero implica otras consecuencias culturales y sociales que ninguna ciudad quisiera tener.
Que la autoridad encabece el festejo de una superstición, de un mito banal, lanza una pésima lección a los niños y jóvenes maderenses, quienes mañana serán los dirigentes y profesionistas de la ciudad. ¿En serio deberán peregrinar cada 29 de octubre a honrar al marciano, a hablar de él? ¿Se identifican los nietos de Doña Cecilia con extraterrestres? Claro que hay muchos lunáticos, pero de Marte no ha venido nadie.
Pregonar que seres de color verde se refugian frente a la costa no atraerá un solo visitante; para fines económicos, esto es inservible. Conocemos las encuestas aplicadas a los turistas, y la única razón de venir a la zona es estar en la playa: sol, arena y mar, nunca por platillos voladores.
Por eso resulta insólito ver un acto oficial dedicado a los marcianos cuando se pueden aprovechar otras historias de auténtico valor cultural, como festejar a Pepe Jara, el trovador maderense aplaudido en toda América Latina, o al pintor Jorge Yapur, nombrado hijo dilecto de la urbe petrolera. El “Día del trovador” o “El día del Muralista”, con invitados especiales, son más factibles de interesar que un personaje ficticio.
El otro precedente negativo que deja es la noción de prioridades del gobierno municipal frente al desafío de mejorar los servicios y otras necesidades de la gente.
De hecho, el mismo martes 29, quizás mientras instalaban el templete para el “Día del Marciano”, la usuaria Jazmín Lasflores publicó un Facebook un llamado de auxilio “Regidores, hagan algo”, que acompañó con siete fotografías de la colonia Vista Hermosa, de Ciudad Madero, cubierta por agua hasta las banquetas.