Un campo huérfano.
Un campo huérfano.
Por: Javier Terrazas.
Este jueves se dio a conocer parte del nuevo gabinete federal.
El que acompañará a Claudia Sheinbaum Pardo en la delicada responsabilidad de gobernar a México a partir de octubre.
La mayoría están muy vistos.
Fueron parte del equipo de corcholatas de Andrés Manuel López Obrador.
O bien participaban en el equipo de gobierno de la Ciudad de México.
Quizás la sorpresa sea Julio Berdegué Sacristán, quien tendrá la tarea de encabezar la Secretaría de Agricultura.
Se mostraron sus pomposas credenciales académicas. Es Licenciado en Ciencias de la Agricultura por la Universidad de Arizona; cursó un doctorado en Ciencias Sociales en Holanda; e hizo una especialidad en genética y agronomía en una universidad de California.
Como puede apreciarse una formación total en el extranjero, lo que le dio una visión global que mantuvo ocupado en misiones en diversos países.
Aunque es oriundo de Sinaloa, un estado de gran potencial agropecuario, la mayor parte de su carrera la realizó en Sudamérica.
En Chile fue coordinador de Rimisp-Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural, que realiza proyectos de investigación y desarrollo agrícola y rural, así como manejo de fondos competitivos de cofinanciamiento de proyectos de investigación.
También fue Jefe del Departamento de Desarrollo Agrícola del Instituto de Desarrollo Agropecuario de Chile y laboró en tecnología en el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura en Chile.
Igual desarrolló tareas de consultor del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo en proyectos de innovación agrícolas, ganaderos y de desarrollo rural.
También se ha desempeñado como consultor de SAGARPA en estudios de desarrollo de capacidades en el medio rural.
También brindó consultorías a organizaciones y gobiernos de Chile, Ecuador, Perú, Colombia, Costa Rica y México.
Fue subdirector general y Representante Regional de la FAO para América Latina y El Caribe.
Como puede apreciarse mucho escritorio, viajes, diplomacia y poco surco, agostadero o estanque.
Es hijo de empresarios españoles radicados en Mazatlán y dedicados a la industria hotelera.
Por su formación en la academia agrícola y alimentaria, es conocido de los productores agropecuarios de Sinaloa, pero no es conocido ni reconocido en el territorio nacional, en entidades con vocación productiva en el sector primario como Sonora, Chihuahua, Tamaulipas, Coahuila, Durango, Jalisco, Michoacán o Veracruz.
Las expectativas de los agricultores, ganaderos, pescadores y silvicultores mexicanos erran muy altas y con la esperanza de que aterrizara un conocedor de las fortalezas, deficiencias y necesidades del campo de nuestro país.
Sobre todo, por el abandono presupuestal a una parte importante del sector agropecuario, por cierto, el que más contribuye a la producción en busca de la ansiada soberanía alimentaria.
Los perfiles de quienes serán los titulares de las diversas secretarías son reveladores de la importancia que se dará a cada uno de los sectores de la economía.
Y lamentablemente, con el Doctor Julio Berdegué Sacristán, no se vislumbran los cambios relevantes que requieren las políticas públicas para el rescate del campo mexicano.
Que reclama con urgencia créditos y seguros accesibles, apoyos a la comercialización, apoyos a la mecanización e innovación tecnológica.
Espero equivocarme, pero se advierten varios años más de orfandad para el sector primario de la producción en México.
Y Tamaulipas no aguanta más olvidos.
Como ocurre ahora con los productores de sorgo.
A quienes, de la Bolsa de Mil Millones de pesos anunciada, no les ha caído uno solo.