Viene el “arrejunte” en la fiscalización
Opinión pública
Viene el “arrejunte” en la fiscalización
Por Felipe Martínez Chávez
Cd. Victoria, Tamaulipas. – Después de la tormenta viene la calma y luego el “arrejunte” en la fiscalización de gastos de campaña. Es donde puede haber lastimados.
Bueno, golpeados en el bolsillo porque no creemos que los administradores de la justicia electoral se atrevan a anular elecciones de algún ayuntamiento, a menos que descubran un “cochinero” difícil de lavar.
Esto en lo local, alcaldes y diputados, cuya fiscalización corresponde también al INE, el ente que por costumbre trae la espada desenvainada.
Ya dijo Inteligencia Financiera (Santiago Nieto) que hubo transferencias ilegales, pero recibió instrucciones del Jefe AMLO de intervenir hasta después de las elecciones.
Nos echamos un “clavado” a los gastos que reportaron los protagonistas, y mire que son interesantes. Nadie se acercó a la mitad de los “topes” que fijó el árbitro.
Los candidatos y sus operadores son unos magos para hacer “rendir” el dinero o por lo menos saber ocultarlo. Como dicen, se les acusa de rateros y no de pendejos.
Salpicaron lana a diestra y siniestra y los investigadores del Instituto no lo descubrieron, o no se sabe si lo hicieron porque falta para que rindan sus informes.
Como son 43 municipios, solo haremos algunas referencias, comenzando con Reynosa, la joya de la corona que perdió el PAN con amplio margen.
El que escribe no les cree sus datos ni aunque digan por Dios Santito. Cada quien está en libertad de formar su criterio y emitir opinión.
Carlos Peña Ortiz, el cachorro de Reynosa, mejor conocido como “Makito”, le mandó información al Instituto por un gasto de 6.1 millones de pesos, el 23 por ciento de lo autorizado (26.7 millones).
En conclusión, con esa lana el jovenazo pudo haber realizado cuatro campañas y le quedaba para las propinas.
Ahí mismo, los azules comandados por Jesús Ma Moreno Ibarra, informaron el uso de casi ¡la mitad! que Makito, 3.8 melones.
Ahora comprendemos que la “codencia” del Chuma, fue uno de los factores que al final lo llevaron a la dolorosa tercera derrota al hilo en Reynosa. Alguien debería entregarle almanaque –como cliente asiduo- allá por diciembre.
Desde siempre se ha dicho que algunos candidatos pierden por agarrados con la lana, porque no supieron pulverizarla en territorio, o porque alguien de los “operadores” de la carranceó (se quedó con ella). No entienden que lo del agua al agua, la lana es para gastarla.
Agarrados para los billetes ¿acaso miedo al INE?, Ortiz informó que de su cartera sacó 108 mil varos; Don Chuma que aventó 73 mil en efectivo y el CDE le mandó 2.6 melones.
Dan risa las cifras con que quieren conformar a los fiscalizadores de hierro.
Makito recibió de sus simpatizantes un apoyo en efectivo de 80 pesos y en especie 517 mil. Su principal contrincante, Chuma, dice que los amigos le aportaron casi un melón en especie, pero nada en billete ¿será porque lo conocen?.
El principal financiador de la campaña azul fue Tomás Robinson Terán, con servicios por 550 mil.
Y aquí dejamos el tema. Para qué le escarbamos más.
Bueno, tocamos a Benito Sáenz Barella, del tricolor en la misma frontera, de esos que dicen que andan con la progenitora arrastras y la abuela en la otra mano. Al ingrato la campaña le costó 850 mil, según el reporte al 21 de junio.
Ahora nos vamos con Nuevo Laredo, donde se libró la segunda más encarnizada batalla entre pan-morena en la historia de Tamaulipas, en que perdió el partido en el gobierno.
Los azules, con la priísta Yahleel Abdala Carmona al frente, cerraron la chequera con un gasto de 4.8 millones, que representa el 30 por ciento del tope que fijó el IETAM, y ella no se “mochó” ni con un centavito.
Por su parte los guindas y su abanderada Carmen Lilia Canturosas Villarreal, enviaron información de un gasto de 3.2 millones, incluyendo un aporte de los simpatizantes por 64 mil pesillos en especie (el más “suelto” es el ex diputado Jorge Osvaldo Valdez Vargas, quien va en la planilla).
Dejemos de hablar de cosas tristes, aunque no de billetes, y mire que vale la pena tocar el tema de los camiones recolectores de basura que, mediante un crédito bancario, se propone comprar el alcalde electo de Victorias, Eduardo Gattás Báez.
Cada camión cuesta en promedio un millón y medio de pesos y quiere hacerse de 25, que serían alrededor de 37 melones.
Ahora mismo el ayuntamiento panista renta 13 camiones (a dos empresas, algunos modelo 2010) a un costo de 138 mil mensuales, que significan un millón 800 mil por mes y 21.5 melones por año. Todo un barril sin fondo.
En lugar de pagar esa renta mensual para enriquecer a particulares (sospechosamente sin identificar), Gattas estaría comprando directamente una unidad, nueva, cada 30 días y el servicio de recolección en la capital y ejidos quedaría resuelto.
El plazo de pago con bancos podría ser a cinco años, duración promedio de vida los camiones, si se compra con la capacidad requerida y no las chatarras que adquirió Oscar Almaraz a mediados del 2018, que duraron dos añitos.
Aparte, impugnaciones del PAN y PT inundan tribunales. Morena solo se ocupa de San Fernando y Mier, donde cree que le hicieron trampa. Ya informaremos.