Columnas

2024: Mega Elección en Tamaulipas

Por: Javier Terrazas

En los últimos tres procesos electorales locales los tamaulipecos hemos ajustado periodos gubernamentales de alcaldes y diputados locales en busca de empatar los procesos con las contiendas federales.

Tuvimos, producto de esos cambios de ciclos, una administración municipal de dos años y una legislatura de dos años, cuando los periodos ordinarios son de tres años para alcaldes y diputados locales.

De las contiendas locales, solo quedó independiente la de gobernador, porque en la pasada administración no se quiso hacer la reforma electoral única para tener un gobernador de dos años y empatar todas las contiendas para el año 2024.

Francisco García Cabeza de Vaca soñaba con ganar la contienda a pesar de su desastroso gobierno, por lo que no quería darle a su partido, el PAN, una gubernatura de dos años.

Incluso pretendía heredarle la titularidad del Poder Ejecutivo a su esposa hermano el Senador de Primera Minoría, de nombre Ismael, pero la devaluación del apelativo García Cabeza de Vaca, por el proceso de desafuero e investigaciones de corrupción, derivaron en el viraje de candidato.

Sin embargo, la ambición de un periodo sexenal más para el albiazul, con quien fuere el candidato, en este caso César Verástegui Ostos, no fructificó, porque el pueblo tamaulipeco cobró la factura del mal gobierno y no les alcanzó la estrategia de la coacción, el miedo y la amenaza para afianzar el voto.

Fue tan fuerte el hartazgo social que en lugar de votos cosecharon el veto.

Además de la ambición de poder familiar o de su grupo político, que le sirviera de plataforma para su sueño utópico de ser el candidato presidencial del albiazul en 2024, ahora se sabe que buscaba tapar el desorden, saqueo, latrocinios y descarada corrupción que imperó en su pésima gestión.

Aún con la desfasada elección de gobernador, que se renovará hasta el 2028, en la próxima de 2024, los tamaulipecos emitiremos el sufragio para decidir quiénes serán los 43 alcaldes, los 22 diputados locales de mayoría y 14 plurinominales, los 8 Diputados federales, los 2 senadores de mayoría y el presidente de la república.

Es decir, será la «MADRE DE TODAS LAS BATALLAS ELECTORALES» en la historia de Tamaulipas.

Por ese solo hecho, será una contienda histórica, además de cientos de candidatos si tomamos en cuenta el número de partidos con registro ante el Instituto Nacional Electoral.

Suponiendo que contendieran de manera independiente los siete partidos vigentes MORENA, PAN, PRI, PRD, PMC, PT y PVEM, cada uno de ellos debería presentar 90 candidatos.

Si 90 candidatos. De ese tamaño es la contienda.

Uno para presidente de la república.

Dos para Senadores de Mayoría

Ocho para Diputados Federales.

Veintidós para Diputados Locales de Mayoría.

Catorce para Diputados Locales Plurinominales.

Cuarenta y tres para Presidentes Municipales.

Sumarían 630 candidatos por los siete partidos.

Sin embargo, lo más viable es que se formulen alianzas, coaliciones o candidaturas comunes, tal como ocurrió en la elección de gobernador más reciente: por un lado el PAN-PRI-PRD, por otro MORENA-PT-PVEM, y tal vez PMC de manera independiente.

O bien que vayan justos en algunas contiendas federales, pero independientes en las locales.

Esa mega-elección exigirá el máximo esfuerzo de los liderazgos políticos, de las dirigencias de los partidos, de los operadores de cada instituto, de las autoridades electorales municipales, estatales y federales.

La «MADRE DE TODAS LAS BATALLAS ELECTORALES DE TAMAULIPAS», pondrá a prueba a los nuevos actores de la política tamaulipeca, a los del pasado reciente, e incluso a los de los últimos veinte años, que desde su «oficio político» solo mudan de color.

Quizás por ello en la conformación del gabinete estatal de Américo Villarreal Anaya, no se aprecien a los hombres y mujeres de capital político y económico en las posiciones relevantes.

Se percibe más a un gabinete técnico y de perfil mediano obligado a crecer en base a lealtad, capacidades, responsabilidad social y gran compromiso con el pueblo y la transformación urgente que reclama Tamaulipas.

En tanto que los hombres y mujeres de paso y peso en las urnas, tienen asegurado su boleto para una de las múltiples boletas electorales que se pondrán a consideración de la sociedad tamaulipeca.

Algunos ya asomaron la cabeza en para la inminente elección extraordinaria para ocupar la vacante que deja el lamentable y fatídico accidente automovilístico del Senador de Morena Faustino López Vargas, quien había llegado a la titularidad, tras la licencia de Américo Villarreal Anaya, quien contendió y ganó la gubernatura desde la candidatura común Morena-PT-PVEM.

Solo uno de ellos, aparecerá en la boleta de esta elección extraordinaria tempranera, que será un ensayo para la siguiente.

Y en la del 2024, habrá espacio para todos los demás.

Los liderazgos regionales serán fundamentales en un estado como Tamaulipas, donde la geografía política obliga a ese tipo de alianzas.

En especial si se quiere entregar buenas cuentas en la MEGA-ELECCIÓN.

Así es que los técnicos a hacer gobierno eficiente y diferente.

Los «rudos» a la «Madre de todas las Batallas Electorales», que el adversario noqueado en el 2022 no está muerto y aunque parezca difícil buscará la revancha para resurgir.