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A veces ¡menos es más! Parte 1

PORTAFOLIO EDUCATIVO

A veces ¡menos es más! Parte 1

Por Magdalena Moreno Ortíz.

Uno de los principales retos de la escuela pública de nuestros tiempos es el brindar una formación con una perspectiva humanista. Continuamente escuchamos en voz de maestros y maestras: “¿cómo quieren que brindemos una buena educación si tenemos aulas sobresaturadas?”. Y es verdad, salones de 44, 45, 46 alumnos son demasiados cuando se trata de brindarles una formación integral que facilite los procesos de enseñanza y aprendizaje, para educar en la inclusión y la equidad.

Muchos son los factores que han ocasionado el excedente de alumnos en los grupos: el crecimiento demográfico de ciertas zonas geográficas; el hecho de que los padres de familia nos inclinemos por tal o cual escuela por prestigio; los ingresos de cuotas escolares, entre otros, así que hoy en día, vemos a padres y madres de familia transitar de extremo a extremo de la ciudad en el afán de que sus hijos estén en la “mejor escuela” dejando vacías las aulas de algunos planteles y saturando las aulas de otros. Cabe aquí hacer algunas reflexiones… ¿Hasta dónde se puede velar por el aprendizaje, seguridad y bienestar de 50 alumnos? ¿Hasta dónde el mejor de los maestros puede poner en juego su plan de clase y habilidades docentes frente a 50 chicos inquietos y ávidos de atención? En estas condiciones, resulta por demás complicado.

¿La solución? ¡Es clara y está dada!… Un ejercicio histórico en Tamaulipas para la disminución de la matrícula de alumnos por grupo, que entrará en vigor durante el ciclo escolar 2020-2021. Tarea que demandará del esfuerzo de todos; instituciones, padres de familia, maestros y directivos, que nos permitirá optimizar recursos, elevar la calidad de la educación y mejorar los aprendizajes de niñas, niños y adolescentes.

Ante esto, ¿qué ganan los padres de familia? El acercamiento con los maestros para estar al tanto de logros y áreas de oportunidad en la educación de sus hijos, manteniendo una comunicación fluida y recíproca. ¿Y los maestros? Ellos podrán ofrecer atención más personalizada, experimentarán una significativa descarga administrativa, y, en consecuencia, se incrementará el tiempo efectivo de clase y desde luego, tendrán un mejor control de los grupos.

Los estudiantes, por su parte, ganarán la oportunidad de desarrollar habilidades como la inteligencia emocional, la creatividad, la percepción, la comunicación, el trabajo en equipo, entre otras, que se desarrollan de manera plurilateral, es decir, que dependen de la interacción del docente con el alumno y del alumno con sus compañeros, supervisados por el docente (García-Bullé, Sofía 2019).

Con esta medida se coloca a los alumnos al centro del sistema educativo estatal, privilegiando su derecho a una educación de calidad y con equidad. En ocasiones, cuando hablamos de educación… ¡menos, es más!

Mi correo, magdamo19012018@gmail.com