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Aduanas, el cambio anunciado

Gaceta

Raúl Terrazas Barraza

Aduanas, el cambio anunciado

Infinidad de vicios saldrán a relucir en esta etapa de transición de la Dirección General de Aduanas a la Agencia. Nacional de Aduanas de México, ANAM, en primera, porque estará en manos de las fuerzas armadas y en segundo, porque los impuestos que se generan por la importación de productos serán asunto del SAT de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

De acuerdo con el Diario Oficial de la Federales, serán seis meses desde la publicación del Decreto de creación de la Agencia, para que desaparezca la modalidad anterior y se de paso al nuevo esquema en el que no habrá nadie que entre por recomendación o cosa por el estilo, porque la idea es reducir el contrabando, la evasión fiscal y todo aquello que la gente sobre la forma en que se las gastan desde los trabajadores más modestos hasta los más encumbrados que se desplazan durante todo su turno en los patios fiscales de las aduanas terrestres.

Obvio que, los vicios no son de adentro de las aduanas, hay muchos intereses afuera de los patios de operaciones y más allá de ellos, porque los importadores también tienen que cubrir pagos que nada tienen que ver con las aduanas, sino que grupos que obliga a los administradores de los puentes a exigir ese tipo de recursos, que deben de ser reportados a gente que se maneja al margen de la Ley.

También la idea es que, con el hecho de que, personal de las Fuerzas Armadas del país sean quienes operen las aduanas, es que, se evite el contrabando de armas y drogas, en el entendido de que esto último acontece más en las adunas marítimas porque se trata de elementos que de manera usual son precursores químicos para la elaboración de sustancias que se venden en el mercado ilegal, porque tienen demanda tanto en el país como en el extranjero.

De hecho, la publicación del Decreto de creación de la ANAM pone fecha para que, a inicios del año que viene, el director de Aduanas, Horacio Duarte Olivares sea sustituido por un militar, aunque no queda claro si se mantendrá, pero, en lugar personal civil, trabajará al cien por ciento con personal militar, tanto del Ejército Mexicano como de la Armada de México.

La urgencia de la sustitución de dependencias, es que porque está bien documentado que los funcionarios de aduanas, protagonizan actos de corrupción, de los cuales hubo toma de nota y fueron dados a conocer por la Federación de Cámaras de Comercio de Tamaulipas de la cual es representante el empresario matamorense Julio Almanza Armas y, uno de ellos fue de hace unos días porque el trabajador Saúl Hernández, fue grabado al solicitar un moche para dejar para una mercancía con un valor de 10 mil dólares sin pagar el 25 por ciento de impuestos, pero, sí, un 10 por ciento son documentos.

Desde luego, tras conocerse ese evento, de inmediato Duarte Olivares, como titular de Aduanas, ordenó el cese inmediato del trabajador, bajo la premisa de que tiene una política de cero tolerancias cuando de corrupción se trata, ya que, de esa manera está a tono con el compromiso de la administración federal regeneracionista.

Este tipo de eventos que ponen en evidencia el trabajo en las Aduanas Mexicanas tiene que ser erradicado con la nueva Agencia que creó el presidente López Obrador y que implica un cambio radical porque vicios son vicios y habrá un saltadero de broncas en cuánto los militares lleguen a las casetas aduanales de los puentes internacionales y de las terminales marítimas.

Desde hace muchísimos años trabajar en las Aduanas del país era signo de poder económico, ya que los trabajadores resolvían sus necesidades económicas de por vida, por ello es que, se fincaron grandes capitales que permitieron la creación de empresas de muchos tipos en las ciudades de la frontera por parte de quienes se metieron a las aduanas una temporada y después se iban a sus negocios particulares. Fue por así decirlo, una característica natural de toda la faja fronteriza desde Tijuana en Baja California hasta Matamoros.

Desde la parte Legal del comercio internacional, es probable que también haya secuelas al entrar en operación los militares y la Agencia Nacional de Aduanas de México, ANAM, que se verán como la cancelación de patentes aduaneras que son otorgadas por la Federación a profesionales del comercio internacional, quienes facilitan la tramitación de importación y exportación de todo tipo de productos.

No se ha dicho, pero, en cuánto los militares aparezcan en los patios fiscales de los Puentes Internacionales, podría terminar el contrabando de tanto vehículo chueco que entra al país sin tocar baranda y cuyos propietarios están con la ilusión de que el presidente López Obrador, expida un Decreto mediante el cual puedan nacionalizarse mediante el pago de impuestos especiales y que de esa manera pueden incorporarse al parque vehicular del país.

Solo hay que decir que, para que ese tipo de unidades circulen en las ciudades del país con tarjetones o placas de organizaciones sociales que cobran una tarifa a los tenedores de unidades chuecas o chocolates, como se les conoce, debieron de pasar por alguna aduana si pagar los impuestos de rigor y son comercializados bajo ese mismo criterio de no pago de nada.

La chamba de la ANAM, que será la nueva Institución aduanera del país, implica un gran reto, por los vicios sobre vicios que hay en los patios fiscales.