Columnas

Américo y «Gilberto»

Hace 34 años el huracán «Gilberto» golpeó al noreste de México, ocasionando severos daños en toda esta importante región de México.

La furia de sus vientos, la gran cantidad de agua derramada a su paso, así como los violentos escurrimientos de los ríos, ocasionaron muerte y destrucción.

Muchas vidas de personas y familias enteras se perdieron.

Miles de viviendas fueron afectadas de manera total o parcial, así como todo el mobiliario, documentos y recuerdos.

Las afectaciones a la agricultura y ganadería también fueron cuantiosas, se perdieron bienes en los ranchos, algunos cultivos, cientos de cabezas de ganado, huertas, entre otras cosas.

La infraestructura de bodegas de almacenamiento de granos, su equipamiento, camiones, tractores,, trilladoras, entre otro equipo.

Infraestructura carretera, puentes , caminos rurales fueron arrastrados por las corrientes de los ríos en varios tramos.

Muchas personas fueron rescatada de los techos de sus viviendas o de las ramas de los árboles, mientras las corrientes de los ríos y arroyos se llevaban  puertas, ventanas, camas, mesas, sillas, refrigeradores, mascotas.

El meteoro entró al norte de Soto la Marina, Tamaulipas, el ojo pasó por parte de San Fernando,  Jiménez, Cruillas, Méndez, Burgos, San Carlos y cruzó la Sierra Madre Oriental para enfilar sobre Nuevo León.

Al perder un poso de fuerza al surcar la sierra, descargó mayores volúmenes de agua en territorio neolonés, causando serios estragos en Monterrey y su zona metropolitana, por las características topográficas de la zona.

Como reportero me tocó dar cobertura al impacto del fenómeno meteorológico en la entidad.

Tuve la oportunidad, en compañía de otros tres colegas periodistas de acompañar al gobernador Américo Villarreal Guerra en el sobrevuelo de helicópteros por las zonas más afectadas de Tamaulipas.

Fuero dos unidades las que participaron en el traslado del gobernador y sus cercanos colaboradores y  una más para los periodistas que dimos cobertura.

Con el gobernador iban el Ing. Francisco Lavín Ortíz, Secretario de Fomento Agropecuario, el Ing. Enrique Varela Galván, Director General del ITAVU, así como el Coordinador Estatal de Protección Civil, entre otros.

PEMEX facilitó dos  helicópteros, en uno de ellos se llevaban víveres, alimentos, cobijas, agua embotellada y en el otro,  personal de apoyo logístico y los cuatro reporteros.

Fue una experiencia valiosa desde  lo periodístico, lo humanitario y la cultura de la atención de emergencias.

La mayor  parte de quienes participamos en esas brigadas aéreas, cumplieron su misión en este mundo y se encuentran en otra dimensión.

Ver al gobernador al frente del operativo de atención a las comunidades más afectadas, que  perdieron a parte de sus familias y todas pertenencias, brindando apoyo moral, material e incluso rescatando perdonas sobre los techos de las casas, fue conmovedor.

Igual que a los ingenieros Lavín y Varela, bajando parcialmente por escaleras flexibles de los helicópteros para tomar de la mano y subir a niños, jóvenes, mujeres o varones en los rescates, mostró su sensibilidad, solidaridad y humanismo. Ponían en riesgo sus propias vidas.

Se atendieron a comunidades de pescadores de San Fernando que lo perdieron todo.  A agricultores y ganaderos de Méndez, Burgos, Cruillas y San Carlos entre otros municipios, que se quedaron sin vivienda, muebles y automotores.

La solidaridad nacional e internacional se hizo presente con Tamaulipas, las semanas y meses posteriores.

La tarea titánica que realizaron las instituciones gubernamentales para elaborar los censos de los daños en vivienda, muebles, agricultora, ganadería, caminos, carreteras y otros, fue relevante para la atención de la situación caótica.

Sin descuidar lo emergente y lo urgente, se hicieron esfuerzos extraordinarios por parte del equipo del entonces gobernador Ing. Américo Villarreal Guerra.

Derivados de esas acciones, Tamaulipas supo aliviar los daños y efectos del huracán «Gilberto» y superar de una mejor forma las heridas que dejó en todos los sectores de la población.

La respuesta oportuna y eficiente a ese tipo de emergencias, son mejores cuando se cuenta con equipos de colaboradores valiosos como los que tuvo en su momento el Ing. Villarreal Guerra.

Toda contingencia y emergencia de ese nivel, a pesar de los daños y pérdidas humanas, dejan una enseñanza histórica que no debe olvidarse jamás.

Los buenos equipos, colaboradores y gabinetes armónicos, hacen que los gobiernos trasciendan.

Van por tanto estas líneas como un sencillo homenaje para las víctimas del huracán «Gilberto», pero también por aquellos que se empararon hasta el alma para socorrer, salvar vidas y algunos bienes de las personas de las zonas  impactadas por el meteoro.

«Gilberto» ha sido el huracán más destructor en el noreste del país en los últimos 50 años.

Fue una de las pruebas más duras para aquel gobierno, que se mantuvo firme por la reciedumbre de sus actores, que se crecieron en la contingencia.

Buen ejemplo para todos los tamaulipecos.

Especialmente al nuevo gobierno en gestación.