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Américo y sus 93…

Américo y sus 93…

Por: Javier Terrazas

Si el Ingeniero Américo Villarreal Guerra viviese, este miércoles 3 de abril cumpliera 93 años.

Pero falleció el 23 de junio del año 2010, en la capital tamaulipeca, Ciudad Victoria, donde se quedó a radicar.

El Ingeniero Civil egresado de la UNAM, fue gobernador de Tamaulipas por el Partido Revolucionario Institucional.

Fue el sucesor del matamorense Dr. Emilio Martínez Manautou y a él lo relevó otro matamorense, Manuel Cavazos Lerma.

Antes de ser gobernador fue Senador de la República por Tamaulipas de 1982 a 1986.

Fue la segunda fórmula de los candidatos dele PRI al Senado por esta entidad, pues era la época del cacicazgo de Joaquín Hernández Galicia “La Quina”, quien ponía candidatos y avalaba a los que no eran suyos.

El candidato al senado en primera fórmula fue Salvador Barragán Camacho, líder petrolero.

El impulsor de la candidatura de Américo Villarreal Guerra a la gubernatura fue el Presidente Miguel de la Madrid Hurtado.

Con él había coincidido en el gabinete de José López Portillo en mandos medios. Ambos eran de perfil técnico y era la etapa de los técnicos.

Siendo presidente Miguel de la Madrid y gobernador Américo Villarreal Guerra, juntos inauguraron la magna obra del Puente Tampico, que se erige sobre el río Pánuco para unir Tamaulipas y Veracruz.

Recuerdo que después de la inauguración un hombre de lanzó desde lo alto para suicidarse y lo logró, nadie esperaba una acción así.

Vienen estos recuerdos de hace 37 años, porque siendo reportero de un medio local y corresponsal de otros estatales y uno de la ciudad de México, me obligaba a una fuerte dinámica para la exigente cobertura noticiosa

Y eran tiempos en que se tenía acceso a todos los titulares del gabinete estatal e incluso en forma directa al titular del ejecutivo estatal rin muchos protocolos ni rodeos.

El pasado fin de semana saludé a uno de ellos en un supermercado al norte de la ciudad. Ese de las tres letras mayúsculas y que la primera es muda.

Al ingeniero Antonio Carlos Valdez Balboa, ex secretario de Obras Públicas de ese gobierno. Sigue fuerte, valiéndose por sí mismo, solo apoyado de un bastón. Mantiene su mirada pícara y sonrisa fácil.

Parece que fue ayer, pero ya han pasado más de siete lustros.

Y ver a Antonio Carlos y la cercanía del cumpleaños de su amigo, me lleva a recordar a ese equipo.

De los más cercanos en el afecto de AVG, sin duda, Francisco Lavín Ortíz, que fue Secretario de Fomento Agropecuario, Enrique Varela Galván, el Director General del ITAVU y Jorge Quintero García, que primero estuvo en COPLADET y luego como líder del Congreso Local.

Del círculo cercano a la familia eran el propio Antonio Carlos Valdez Balboa de Obras Públicas, el Jefe de los Servicios Coordinados de Salud Pública, Dr. Santiago Vidal Balboa y el Secretario de Servicios Administrativos, Felipe Fernández González.

Hubo un grupo de profesionales destacados en sus áreas que fueron convocados a aportar su experiencia y capacidades, algunos consolidaron el vínculo y otros cumplieron a medias.

De los que hicieron bien su trabajo fueron el abogado reynosense Aníbal Pérez Vargas, quien empezó como Procurador y terminó como Secretario General de Gobierno, en relevo del matamorense Heriberto Batres García, éste último había sido Director de Gobierno en la Secretaría de Gobernación.

La Secretaría de Hacienda estuvo encomendada al tampiqueño Mario Alberto Cruz Ayala de principio fin y la Secretaría de la Contraloría (de moda en ese momento) al Contador jaibo José Francisco Rábago Castillo.

Y la seguridad pública al Lic. Raúl Flores Morán, emparentado políticamente a uno de los más cercanos colaboradores del titular del ejecutivo.

En la Secretaría de Fomento Comercial, Industrial y Turístico, despachó el neolonés Fortunato Martínez Farías, quien pusiera de moda los viajes promocionales por Estados Unidos y Europa para atraer inversiones.  Aunque poco efectivos en ese sexenio, a la postre su hubo resultados positivos. Hay evidencias visibles en las ciudades fronterizas y sur de la entidad.

Aunque a esa área pertenecía turismo, tenía un papel protagónico su Director General, Carlos Tercero Romero.

Lo mismo que en el área de cultura, la riobravense Blanca Anzaldúa Nájera, Directora General del ITCA, pues se dio gran impulso en toda la entidad al arte en todas sus expresiones.

En la política interna de aquel gabinete y la interacción con las estructuras populares, campesinas, sindicales y partidistas, tuvieron roles importantes además de Heriberto Batres García y Aníbal Pérez Vargas, Pedro Silva Rodríguez, Jorge Quintero García y Ernesto Guajardo Maldonado

Todos fueron importantes en algunos momentos críticos que tuvo ese gobierno en casos como la violencia en los centros penitenciarios de Matamoros y Victoria.

O cuando ocurrieron las reacciones de los sindicatos de Madero, Matamoros, Nuevo Laredo, Reynosa y Victoria al desmantelamiento d cacicazgos cetemistas que se emprendió desde el gobierno federal de Carlos Salinas de Gortari y que tuvo sus estertores en la entidad.

Un elemento valioso la comunicación política en tiempos de crisis o emergencias, e incluso para la interacción con liderazgos nacionales y regionales por su larga carrera en la política nacional y en la comunicación social, fue Manuel Montiel Govea.

El oficio político, periodístico y conocimiento de la nomenclatura mediática del mantense fueron vitales para ese régimen.

La administración de Américo Villarreal Guerra, fue buena en términos generales para Tamaulipas.

Y en particular para Victoria. Vino a solucionar el grave problema de escasez del vital líquido con la primera línea del acueducto “Guadalupe Victoria”, dejó infraestructura deportiva y dio continuidad a la modernización de la capital tamaulipeca.

En su estilo como gobernante siempre mantuvo la sencillez y trato amable con la comunidad. Nunca perdió piso, al igual que la mayor parte de su equipo de colaboradores.

Recuerdo como si fuera ayer, a Francisco Lavín Ortiz y Enrique Varela Galván haciendo labor de rescate de personas que pedían auxilio desde los techos de sus casas o en las copas de los árboles, luego de las abundantes lluvias que dejó a su paso por el huracán Gilberto en septiembre de 1988.

Veníamos de Carboneras en San Fernando en dos helicópteros en un recorrido por  las zonas más afectadas cuando sobrevolando comunidades de Méndez y Burgos surgieron esas emergencias.

Nos dejaron en tierra firme y regresaron a rescatar a decenas de personas cuya vida pendía de un hilo.

Muchos recuerdos de buenas acciones de esa época.

Cuyo régimen, como todos, tuvo altibajos.

Pero que, comparado con otros más recientes, llevan a considerarlo como uno de los sexenios gratos de Tamaulipas.

Y por ello quizá, la esperanza de que el actual gobierno tamaulipeco rinda buenos frutos en estas nuevas y complicadas circunstancias.

En el equipo vigente, también se repiten algunos apellidos.

Así que el compromiso es doble.

Al menos con quienes ya peinamos canas.

Y mantenemos viva en la memoria la primera parte de la serie.

Abrazo al cielo.