Nacional

AMLO se equivocó 2 veces

*Sí, fue erróneo no asistir a la toma de posesión de Erika Alonso, ni a su homenaje.

TOMADO DE… http://impacto.mx/ Por Francisco Bustillos

Se equivocó doblemente el Presidente López Obrador al no asistir a la toma de posesión de Erika Alonso como gobernadora de Puebla ni al homenaje en ocasión de su trágico deceso al caer el helicóptero en que viajaba con su marido, el coordinador de los senadores panistas, Rafael Moreno Valle.

Se entienden sus ausencias, por lo menos una. Estaba enojado.

López Obrador dijo no digerir por qué si el morenismo triunfó en todo el país el primer domingo de julio pasado, Alonso pudo derrotar al candidato de Morena, Miguel Barbosa. Fraude, fue su conclusión.

La señora Moreno Valle volvió a derrotar a Barbosa en el Trife. Colusión debió ser el razonamiento presidencial.

Dicho de otra manera, a Morena sólo se le puede ganar en las urnas de manera fraudulenta, y en tribunales por complicidad con los jueces.

Por esto no asistió, pero tampoco lo hicieron representantes suyos, ni siquiera el secretario de Educación, Esteban Moctezuma, atareado en buscar el desarrollo de la capital poblana con la ubicación en aquellas tierras de la tercera Secretaría que se le confía.

No se entiende la segunda ausencia del Presidente por más que la explicación se base en protección a su investidura, dado que era previsible que grupos panistas o afines a lo que fue el morenovallismo le gritaran toda clase improperios, como le ocurrió a la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, que no sabemos si acudió porque la enviaron o por su amistad con la familia de Rafael Moreno Valle.

Lo cierto es que sus ausencias y la rápida afirmación de la Secretaría de Marina de que no se encontraron explosivos ni sustancias ajenas a la aeronave, sólo sirve de alimento a los especuladores.

Es curioso que de pronto la Marina se convierta en fuente fiable para investigar accidentes cuando en campaña era acusada falsamente de masacrar jóvenes, y poco antes, en ocasión de los sismos, era motivo de escarnio, pues sirvió a los medios de comunicación electrónicos para mantener en suspenso a sus auditorios con la  niña Frida Sofía que nunca estuvo luchando por sobrevivir bajo los escombros del colegio Rébsamen por la sencilla razón de que no existe.

Es fama que AMLO no escucha, excepto al pueblo, pero en su entorno hay mucha gente prudente que debería atreverse a recordarle que ya no es candidato, y que muy lejanos están los tiempos en que hasta los grandes intelectuales se dedicaban a enloquecer a los mandatarios, como cuando Carlos Fuentes y Fernando Benítez, por ejemplo, gritaban que “¡Echeverría o el fascismo!”.

El Presidente se dolió de los “neofascistas” enojados por el triunfo de Morena que actúan de manera anónima y que, acusan y especulan en redes sociales.

 

En efecto, en Puebla aún quedan rescoldos del movimiento FUA, pero en estos tiempos, cuando socialismo sólo queda en Cuba y Venezuela, al menos en el membrete, hasta el Yunke suena anacrónico.

En México no hay lucha ideológica, todo se reduce a una permanente lucha política entre extremos que el Presidente califica de liberales y conservadores, como si estuviéramos en el Siglo XIX, pero que en realidad es de morenistas y prianistas unidos porque sólo así pueden ser oposición, al menos en el Senado.

Aquí no se trata de presumir que quien nada debe nada teme, sino de cumplir con la obligación de investigar por qué el helicóptero se desplomó, viajaran o no los Moreno Valle, pero también de cumplir con las normas republicanas y las de cortesía que quizá contenga la Constitución Moral.

Sí, fue erróneo no asistir a la toma de posesión de Erika Alonso, ni a su homenaje.