Columnas

ANDAN CARGANDO A AMLO

Victoria y Anexas

Ambrocio López Gutiérrez

ANDAN CARGANDO A AMLO

A pesar de que le avalan más de 30 millones de votos, Andrés Manuel López Obrador sigue recibiendo metralla de sus malquerientes quienes le reclaman que no haya cumplido sus promesas a pesar de que no ha tomado posesión de la presidencia de la república, además, los impugnadores permanentes del virtual presidente electo cruzan apuestas en el sentido de que no podrá cumplir los compromisos hechos con el electorado, es decir, esperarán sentados a que fracase para echárselo en cara.

El recién degradado Carlos Marín, quien dejó hace días de ser director editorial de Milenio y el presentador de noticias Ciro Gómez Leyva quien fue despedido del diario mencionado por trucar encuestas a favor de Enrique Peña Nieto, a través del Gabinete de Comunicación Estratégica,  son dos ejemplos de comunicadores que andan cargando a AMLO ya que a diario hacen comentarios irónicos, mordaces, burlones por las acciones del tabasqueño quien sigue imperturbable enarbolando la bandera del perdón, el amor y la paz.

El encuentro celebrado entre José Antonio Meade Kuribreña y AMLO sirvió de pretexto para que los señores que están enojados soltaran las más descabelladas hipótesis a las que se sumó don Diego Fernández de Cevallos Ramos quien está furibundo porque el excandidato priista y el nuevo presidente se tomaron la foto muy sonrientes pues, al parecer, al Jefe Diego ya se le olvidó que hace años le decían “La Ardilla” porque no salía de Los Pinos donde era recibido con singular alegría nada menos que por Carlos Salinas de Gortari.

Otro motivo de enojo para los eternos impugnadores de AMLO es que, a mano alzada, seis asociaciones de ingenieros acordaron apoyar el nuevo poder ejecutivo a decidir lo relativo al nuevo aeropuerto de la Ciudad de México pues, aparte de que no cobrarán ni un peso, los profesionales de la construcción levantaron la mano cuando el tabasqueño les dijo que le apoyaran de tal suerte que los “críticos” se encolerizaron diciendo que aquello parecía una asamblea de MORENA (qué horror siendo los ingenieros personas tan finas, sobre todo Carlos Slim).

Los impugnadores profesionales dieron salida a todas sus frustraciones cuestionando también la designación de Manuel Bartlett Díaz como titular de la Comisión Federal de Electricidad desempolvando los viejos archivos sobre la muerte del periodista Manuel Buendía, acerca de la caída del sistema en 1988 y otros casos en los que se vio involucrado el también exgobernador de Puebla a quien le han dicho hasta de qué se va a morir y lo único que les ha faltado es solicitar que vuelva Enrique Ochoa Reza a la dirección de la CFE.

Unos cuantos empresarios siguen enfermitos de resentimiento y se sumaron al coro en contra de Manuel Bartlett (a quien ven como un peligro para los negocios de las transnacionales) y han solicitado a AMLO que nombre a alguien con más capacidad técnica (¿Ochoa Reza Quizás?) olvidando supinamente que es facultad presidencial nombrar a los miembros de su gabinete legal y ampliado, además, hay que destacar que un exsecretario de Gobernación y Educación tendría que haber cambiado con los años para aceptar sólo la dirección de una paraestatal.

Pero no crea usted que ahí para la cosa, pues no, también hay gente enojada porque MORENA tiene mayoría absoluta en las cámaras y quienes se quejaban hace poco de la debilidad de los partidos políticos, están ahora molestos porque una sola organización será capaz de construir mayorías para realizar cambios constitucionales y cumplir con la llamada cuarta transformación que parece ser la propuesta general del nuevo presidente de México.

Para quienes presumimos de tener un poco de sentido común resulta harto difícil entender a quienes cuestionan las acciones de un presidente que aun no entra en funciones; que apuestan a que no podrá eliminar la corrupción; que afirman que no alcanzarán los recursos financieros para las grandes tareas que se emprenderán, pero lo más extraño es que hayan prestigiados intelectuales que se opongan a la política de reconciliación nacional que es una actitud equivalente a objetar el precepto cristiano del perdón.

Por fortuna aun hay personas que, como José Antonio Meade, como Javier Corral, como Ernesto Cordero, Dante Delgado o el mismo Francisco García Cabeza de Vaca que se han comprometido públicamente a respaldar las políticas públicas de AMLO argumentando que si le va bien al presidente de México les irá bien a las entidades y a todos los mexicanos.

Una vez derrotado el mito de la debilidad y anacronismo de los partidos políticos, deberíamos irnos acostumbrando a hacer a un lado la confrontación promovida durante los sexenios de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña y convertir en rutina los acuerdos, la reconciliación, la paz, el perdón, la armonía; por lo que a mí respecta estoy feliz de haber vivido lo suficiente para ver triunfar a la izquierda.

Correo: amlogtz@gmail.com