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¿Campañas, campañitas o insultos?

¿Campañas, campañitas o insultos?

Por: Javier Terrazas 

El pasado viernes, primer día de abril, el Consejo General del Instituto Electoral de Tamaulipas aprobó las solicitudes de registro de tres aspirantes a la gubernatura de Tamaulipas.

Los siete integrantes de ese órgano colegiado que preside el grandulón tampiqueño Juan José Ramos Charré, emitieron el acuerdo correspondiente que les convierte formalmente en candidatos a la elección del 5 de junio.

En estricto orden alfabético, se trata del empresario victorense Ingeniero Agrónomo Arturo Diez Gutiérrez Navarro, por el Partido Movimiento Ciudadano. Ya fue alcalde de Victoria por el PRI, dirigente municipal de ese partido y presidente del Comité de Financiamiento de la campaña a gobernador de su amigo Eugenio Hernández Flores.

Del galeno victorense con Especialidad en Cardiología, Américo Villarreal Anaya, en candidatura común por los partidos Movimiento de Regeneración Nacional, Partido del Trabajo y Partido Verde Ecologista de México. Es Senador de la República con licencia electo de la mano con AMLO en 2018.  Junior del ex gobernador del PRI Américo Villarreal Guerra, gracias a lo cuál fue Director del Hospital General de Victoria y encumbrado funcionario de la Secretaría de Salud en los regímenes priistas.

Y del Ingeniero Agrónomo oriundo de Xicoténcatl, César Augusto Verástegui Ostos, quien inició su carrera política en las lides cenecistas del PRI en ese municipio. Luego incursionó al PAN, partido por el que fue dos veces alcalde, Diputado Federal y lo dirigió hace seis años en la campaña del actual gobernador Francisco García, lo que le valió su pase como número dos al gabinete, en calidad de Secretario General de Gobierno, en donde desplegó ampliamente sus viejos oficios de líder estudiantil, de cañero y otras experiencias para «dialogar, negociar, convencer, pactar y lograr acuerdos» útiles al estilo de gobierno de su jefe.

A pesar del paso de los tres candidatos por campañas para otras elecciones, dirigencias municipales partidistas, ejercicio de gobiernos municipales o tareas legislativas y parlamentarias, no son buenos oradores, improvisadores de discursos, brillantes expositores de ideas. Tampoco brotan de sus labios las doctrinas de sus nuevos partidos y tienen poco carisma.

Ante esa cruda realidad, no se esperan campañas en las que «los liderazgos» personales que representen puedan marcar una diferencia entre uno y otro.

Serán más luchas políticas de estrategias de los equipos de campaña, de la capacidad de movilizar a las estructuras, del convencimiento en el territorio a los ciudadanos a través de los liderazgos naturales de cada sector.

Y obvio, tendrán su impacto las narrativas que puedan hacer circular tanto en los medios de comunicación análogos o tradicionales, así como en las nuevas plataformas que representan las diferentes redes sociales.

Tienen los tres candidatos la oportunidad de oro de realizar campañas de buen nivel en donde presenten las propuestas serias de gobierno, en función de las necesidades de la población en cada una de las regiones de la entidad, para aprovechar mejor las ventajas competitivas de las zonas de Tamaulipas.

Sería ésta, una alternativa para dignificar la política y estar a la altura de las exigencias de una sociedad cada vez más preparada y capacitada para participar en el desarrollo económico regional integral, con progreso para todos y que pasa por lo social, humanista y en plena armonía con la naturaleza.

Son únicamente tres candidatos a gobernador y van solos, es decir, sin candidatos a alcaldes, diputados locales, diputados federales o senadores, por lo que estarán más visibles y la sociedad podrá observarles mejor para la orientación del sufragio.

Tienen también la opción, se seguir las «anticampañas» que nos mostraron en las contiendas internas de sus partidos, en las intercampañas, donde han prevalecido los «baños de estiércol», insultos, descalificaciones y ataques frontales a pasajes obscuros en la vida personal y familiar de los prospectos, así como su paso por la administración pública.

Habrá que estar atentos al desempeño de los tres candidatos: Arturo, Américo y César.

Veremos si Arturito ya creció políticamente.

O si Américo llena los zapatos de su padre.

Y si César Augusto, puede dejar atrás el apodo y adquiere el nombre propio.

Las y los tamaulipecos lo exigen.

Tamaulipas lo reclama.

Tiempo de dejar atrás los renglones torcidos de la grilla tamaulipeca.

Y pasar al ejercicio de la política.

Grande el reto. ¿Estarán a la altura?

Tendremos campañas, campañitas o insultos.

En sesenta días lo sabremos.

Por lo pronto, arrancan en posiciones distantes.

¿Sabrá Américo mantenerse?

¿Podrá César remontar?

¿Despertará Arturo?

Sea usted un buen observador y mejor elector.

Buen fin de semana.