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Capirotada política insípida

Tribuna

Por Javier Terrazas

Capirotada política insípida

Este sábado quedó confirmada la nominación de César Verástegui Ostos como el precandidato de la coalición “Va por Tamaulipas” a la gubernatura.

Se dieron cita en esta capital, en marco del pico más alto de la pandemia del Covid, los dirigentes nacionales del PAN Marko Cortés, del PRI Alejandro Moreno y del PRD, Jesús Zambrano.

Cada uno de ellos le dio su aval al hombre nacido de Xicoténcatl, un municipio rural sumido su peor crisis por el cierre del Ingenio Azucarero, que no pudo evitar quien ahora pretende “salvar a Tamaulipas”.

Los dirigentes nacionales de esta extraña alianza, llamaron a sus militancias a sumarse al proyecto para cerrarle el paso a Morena como alternativa en la entidad.

Y es que tanto Marco Cortés como Alejandro Moreno, los partidos que tienen estructuras sólidas en la entidad, saben bien que se trata de una alianza cupular, que requiere ser aterrizada en las bases.

En el panismo, la presencia de Jesús Nader, otro de los aspirantes panistas no asegura que quienes le veían como alternativa, se sumen a César Verástegui Ostos. No inspira la misma confianza.

Mientras que en el PRI, hay un sector amplio que incluye líderes regionales, estructuras medias y bases sociales que no asimilan el respaldo de sus dirigentes al PAN, cuando éste partido y su élite política, en especial el Gobernador Francisco García y su gabinete, los persiguieron, vapulearon y se ensañaron con ellos por más de cinco años.

Por ello, hay que tomar con reservas la concentración masiva que se hizo para impulsar la precandidatura de Verástegui, así como los discursos.

Y es que si las elecciones se ganaran con concentraciones masivas y buenos discursos, el gobernador sería el priista Baltazar Hinojosa Ochoa.

El pueblo, las bases sociales toman en cuenta los resultados que han dado los gobernantes.

Y por ahora, mandatario tamaulipeco aparece como uno de los peores calificados a nivel nacional. En la última medición de Mitofsky, ubican a Francisco García Cabeza de Vaca como el penúltimo, solo por encima de David Monreal de Zacatecas.

No hay que olvidar que la calificación a un gobierno no es exclusiva para el titular del Poder Ejecutivo, sino a todo su gabinete. Y el actual precandidato era el Secretario General de Gobierno.

Un PAN superdevaluado, un PRI en caída libre y un PRD de papel en la entidad, no son garantía para aspirar a un triunfo fácil como lo pretenden dibujar desde la fantasmagórica agrupación “Todos por Tamaulipas”.

Sobre todo cuando MORENA tuvo un avance amplio en la pasada elección federal-estatal en la entidad, cuando ganó la mayoría en el Congreso Local, siete de los ocho Ayuntamientos grandes del estado, así como seis de 9 diputaciones federales.

Tiene además, el control de las 52 Delegaciones Federales, que también pesan a la hora de la ejecución de los programas de gobierno y políticas públicas.

Y obvio que todo ese andamiaje de poder, estará del lado del abanderado de la otra coalición a la gubernatura, Américo Villarreal Anaya, quien tiene el respaldo de Morena, el PVEM fortalecido por importantes cuadros priistas, así como el Partido del Trabajo.

La capirotada política reunida ayer en el Recinto Ferial del Parque Bicentenario, no tiene la fuerza que le pretenden dar. Una realidad que pesará a la hora de la verdad.