Columnas

Citricultura, base económica regional.

Gaceta.

Por: Raúl Terrazas Barraza.

Citricultura, base económica regional.

Encontrarse en la escena nacional por producción siempre será más que interesante, porque implica jugársela todos los días por aquello en lo que se cree.

Este es el caso de los más de cuatro mil 500 citricultores entre grandes y pequeños propietarios o bien, ejidatarios, quienes poco a poco trazan una línea éxito productivo.

Hace unos días, el Secretario de Desarrollo Rural del Gobierno de la entidad, Gonzalo Alemán Migliolo, conoció a fondo la realidad que vive el sector citrícola y que, pese a existir posibilidades de apoyo de la Federación, tienen que rifársela solos año con año.

En su tiempo el Don Ausencio Mata Medina, quién trabajo de manera incansable para que los de su gremio pudieran distinguirse por lo que hacen a nivel nacional, nos comentó que la citricultura pondría muy en alto en nombre de Tamaulipas y que, con la diversificación en la plantación de cítricos, se aseguraba una base en la economía de la región.

Obvio, él sabía porque hablaba en ese tono y porque alcanzaba a ver al futuro con tanta seguridad. Con el paso del tiempo nos queda claro que aquel grupo de particulares que se reunían en forma constante, trataba de convencerse entre ellos para que, con mucha visión siempre pensaran en plantar más y más hectáreas, aun cuando esa acción les dejara sin dinero en la bolsa.

Y es que las tierras de los municipios ubicados en la zona centro de la entidad, tienen una alta vocación extraordinaria para la producción de naranja, limón italiano, toronja, mandarina y lima. Incluso, en el caos del limón esta entidad ocupa el primer lugar de producción con más de 110 mil toneladas, obtenidas de una superficie de seis mil 500 hectáreas sembrada con este tipo de árboles.

El Gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, sabe de la importancia que tiene la citricultura en la economía de la región, por ello, una de sus primeras acciones, en el arranque de la administración, fue reunirse con los productores del sector social y los particulares que cosechan este tipo de productos y, lo mejor es que no llegó a ellos con las manos vacías, entregó paquetes de insumos para el mejoramiento de la tierra dedicada a la citricultura.

Se trató de una inversión de 35 millones de pesos para beneficiar a más de tres mil familias que viven de la naranja y la toronja cultivada en más de 11 mil hectáreas de los municipios de Padilla, Llera, Hidalgo, Victoria, Soto la Marina, San Carlos y Güémez.

Por los diálogos que se tienen en las juntas de trabajo entre autoridades del sector agropecuario y las organizaciones de productores, en base a los antecedentes de cosecha, se estima que este año, puedan obtenerse casi un millón de toneladas de, de una superficie plantada de casi 48 mil hectáreas, cantidad de cítricos que apuntala a Tamaulipas al segundo lugar nacional de producción.

En base a la información que maneja la dependencia que tiene a su cargo Alemán Migliolo, la naranja es la que ocupa la parte de la plantación, con 37 mil hectáreas, mismas que producirán cerca de 750 mil toneladas, que pueden tener un valor en el mercado entre los mil 500 y dos mil millones de pesos.

Sería un poco más, si la comercialización fuera por estos días ya que, el precio de la naranja alcanzó su máximo de tres mil 500 pesos por tonelada, precio histórico, según lo ha comentado el dirigente de los ejidatarios citricultores Javier Ibarra Echartea

Respecto al limón italiano, los reportes de revistas especializadas, consideran a Tamaulipas como el principal productor de este cítrico, que se siembra en una superficie de seis mil 500 hectáreas, que producen más de 110 mil toneladas, mismas que tienen un valor de mercado alrededor de 935 millones de pesos.

En ambos casos, la naranja y el limón italiano se calcula un aumento en la producción por arriba del tres por ciento, respecto al año pasado, por tanto, se cumple la premisa del exdirigente de la Unión de Citricultores, don Chencho Mata, a quien siempre se recuerda en forma positiva, porque fue un entusiasta de esa actividad productiva y jamás dejó que tiempos malos como heladas y sequías desanimara a los de su gremio, porque la meta era colocar a Tamaulipas como el estado productor de cítricos por excelencia.

Ahora que el nuevo dirigente de los ganaderos de la entidad, Julio César Gutiérrez Chapa, le eche números al valor de la producción pecuaria, a lo mejor se quedan cortos respecto a lo que representa para la economía de la zona centro de la entidad, las plantaciones de cítricos.

Durante muchos años, citricultores como el médico Manuel Martínez Arteaga y otros inversionistas, como sus parientes los Martínez Brohes, se unieron para procesar la naranja y obtener un plus en las ganancias, cosa que lograron, de ahí que se mantenga en operación la Planta procesadora del Grupo Santa Engracia, ubicada cerca del Ejido Tierra Nueva, allá por la carretera a Monterrey.

También hay productores locales, como el ingeniero Jaime Rodríguez, que no es bronco, que seleccionan naranja, para empacarla en cajas de empresas comercializadoras europeas, que decidieron desde hace muchos años adquirir parte de la producción de la zona centro de Tamaulipas, porque los tres grados brix que tiene, hacen que su demanda en la comunidad económica europea crezca.

El otro dato interesante reflejado a partir del análisis de la situación que hacen de la citricultura los técnicos de Desarrollo Rural, es que, la derrama económica va más allá del valor de la producción que beneficia a miles de familias y cientos de establecimientos comerciales, porque emplea a personas de varios municipios de la entidad y de otras entidades del país, que saben de la pizca del producto. Se trata de un millón de jornales al año.

La otra parte de la producción corresponde a mandarina, lima y toronja, de las cuales es esta última la que más se produce, unas 65 mil toneladas de los árboles plantados en dos mil 200 hectáreas.

Cuando se trata de cítricos, su calidad y la palatabilidad que tienen, recordamos la propuesta que hiciera en el Congreso del Estado, el Diputado Eduardo Vela Aguilar, para que, se lograra un acuerdo con los citricultores de Veracruz, para obtener un árbol hibrido entre los de allá y los de Tamaulipas, para que las naranjas fueran mejores, porque según él las de Veracruz eran más dulces que las de acá y, aunque le alegaron que daban más jugo las de Tamaulipas, como quiera él quería un intercambio genético para hacerlas más sabrosas.