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Conservadores contra transformadores

Gaceta.

Por: Raúl Terrazas Barraza

Conservadores contra transformadores

La contienda electoral del seis de junio próximo ya tiene nombre, será una batalla entre conservadores y transformadores, en un escenario en el cual, los partidos se han aliado conforme a intereses bien definidos, los primeros mejorar su presencia en la Cámara de Diputados Federal y los segundos a mantener el control político obtenido en las votación del 2018, cuándo el ahora presidente de la República, Don Andrés López Obrador, fue candidato por tercera ocasión a la primera Magistratura del país.

Conservadores contra transformadores, de acuerdo con la perspectiva de Mario Delgado Carrillo, el dirigente del Partido Movimiento de Regeneración Nacional, PMRN, implica dar continuidad al proyecto trabajado por el presidente de la República y que se ha convertido en acciones de Gobierno para cumplir con los compromisos realizados durante la campaña político-electoral de hace casi tres años.

La elección del seis de junio venidero se denomina concurrente, porque hay se eligen a los 300 diputados de mayoría relativa y a los 200 de representación proporcional, aunque también hay relevos en cargos de elección en las entidades del país, 15 con gubernaturas, y 31 con diputaciones locales y la misma cantidad con alcaldías, de tal forma que la contienda pinta interesante en cualquier parte de la República dado que, las dos coaliciones van con todo para ganar la batalla.

Los conservadores, quieren que la ciudadanía se vuelque en contra de la transformación, porque ha llevado al país a la zozobra, tiene taponeado el crecimiento y la intención es cimentar el populismo como una forma de gobierno para quedarse por varios sexenio en la administración federal. Además, tienen como activo electoral la determinación de una buena parte de los 30 millones de mexicanos que los transformadores presumen que votaron por ellos para llevarlos al poder.

En tanto, esta última corriente quiere generar más sinergia hacia las urnas para refrendar los triunfos en las elecciones federales del 2018 y seguir con la inclusión de todo tipo de políticos con tal de mantenerse en el poder, por ello indican que sus adversarios de la derecha quieren recuperar los privilegios que tenían en el pasado reciente, que la corrupción retorne, en tanto que ellos si leo ciudadanos les respaldan trabajarán en la continuidad de la transformación del país.

Por la dimensión de las corrientes políticas que se enfrentarán en las elecciones federales primero, para el control político de la Cámara de Diputados, en las 15 gubernaturas y las alcaldías y diputaciones locales de casi todas las entidades del país, quizá de para una buena contienda, competida y que alcance a pintarse de ideología, para que los partidos políticos vean la necesidad que tiene México de darle un sentido ideológico a la lucha, de otra forma será una vil confrontación de candidatos que comercian con la política.

No lo dirá jamás el dirigente del PMRN, Delgado Carrillo, pero, el hecho de que la mayoría de los diputados federales este metido en su reelección, elemento permitido por la Legislación Electoral del país, solo tiene una intensión quedarse para ser la Legislatura de la transformación de México y que su actuar como Diputados sirva para que la administración federal se consolide de acuerdo con el plan trazado desde el Palacio Nacional.

Las criticas constantes de los regeneracionistas a la coalición de los conservadores porque intervienen partidos con colores que antes eran como el agua y el aceite, sin embargo, los responsables de esa actuación juntos en más de la mitad de las candidaturas para las curules de la Cámara de Diputados, tiene un origen muy práctico, ganar más espacios, para que las cosas no sean tan fáciles para los otros transformadores, es decir, aquellos que despachan en las dependencias de la administración gubernamental.

El caso de la reelección de los Legisladores Federales tiene un singular atractivo, debido a dos factores, el primero que ahora tendrán que ganar ellos las votaciones, porque en el 2018 les fue bien debido al voto en cascada de quienes actuaron en función del proyecto del ahora presidente, López Obrador y segundo, porque corren el riesgo de ser victimas del mismo proyecto que ganó hace casi tres años y que ahora muestra signos de rechazo desde la ciudadanía, dado que, son demasiadas las coincidencias en el sentido de instaurar de nuevo los regímenes panistas o priístas, ya que, sea como sea el país creía en materia económica y las perspectivas de una mejor calidad de vida eran una realidad.

Desde luego, la disputa entre conservadores y transformadores se dará a todos los niveles de la elección, pero, tendrá grandes diferencias de acuerdo con las entidades, porque en aquellas que son gobernadas por panistas, priístas y perredistas, el PMRN, tiene muchas dificultades para armar su estructura y que los dirigentes tanto estatales como municipales puedan garantizar triunfos.

En Tamaulipas, los transformadores dicen que van por el control del Congreso del Estado y que quieren sostener alcaldías como las de Matamoros y Madero, además de ganar otras como Nuevo Laredo, Reynosa, Mante, Tampico y Victoria, sin darse cuenta que al menos en esas siete las condiciones para el PMRN, son adversas en todos los sentidos, es más, ni Matamoros que gobierna con todo el respaldo de la Federación, Mario Alberto López Hernández, quizá puedan mantenerlo, porque las elecciones legislativas locales del año pasado las perdieron, no le hace que se impusieran en uno de los Distritos, pero, Matamoros lo ganó el PAN de forma global.

La ventaja que tienen los transformadores en las entidades del norte del país, es que la coalición entre los partidos que antes eran los principales del país, no se repitió como a nivel nacional, PAN, PRI y PRD van solos y los tres se encuentran en el proceso de nominar a sus candidatas y candidatos, los cuales a juzgar por el capital político que tienen aparecen mejor posicionados que cualquiera de los que nominen desde la dirigencia que tiene a su cargo el profesor Enrique Torres Mendoza, quien por cierto, sigue bien molesto con la dirigencia nacional de Mario Delgado Carrillo, debido a que no lo tomaron en cuenta para registrar la coalición local con el Partido del Trabajo.