Columnas

Decretos por aquí, por allá y nadie conforme

David Ed Castellanos Terán

@dect1608

Decretos por aquí, por allá y nadie conforme

La altamente contagiosa enfermedad del Covid-19, nos obliga a tener comportamientos y conductas exigentes en materia de salud para sobrevivir a la pandemia, además de que el virus sigue sin permitirle a los gobernantes del mundo actuar con claridad. En México no es la excepción.

Desde el encierro voluntario, multas en miles de pesos, hasta el encarcelamiento y arresto a saldar con trabajo social y comunitario; con la realización de acuerdos y decretos mal redactados para algunos, y anticonstitucionalmente aplicados para otros. El Covid-19 sigue vapuleando a México y al mundo mientras los juristas en la comodidad de su despacho atacan al gobierno federal como al de los estados por tomar acción un tanto exigentes, pero sin pensar siquiera en todo el personal médico que le hace frente de verdad a este virus mortal.

La mitad de la semana pasada el Gobierno Federal, lanzó un decreto, canceló unas 10 subsecretarias, continuó con algunos trabajos, y se enfrentó nuevamente al escrutinio de los neoliberales inconformes, enemigos de la patria y conspiradores ultraderechistas; por mencionar sólo algunos (así dirían los ‘Amlovers’ y ‘Cuatrotransformadores’).

Como a este alboroto al que se enfrentó con severos señalamientos el presidente Andrés Manuel López Obrador, que por cierto los vive a diario, igual le sucedió al mandatario tamaulipeco Francisco Javier García Cabeza de Vaca, cuando lanzó un decreto gubernamental mediante el cual establecen nuevas Reglas de Operación del Fondo “Héroes de la Salud”, y el acuerdo Gubernamental mediante el cual el Poder Ejecutivo del Estado establece medidas de seguridad en materia sanitaria con motivo de la emergencia generada por el virus SARS-CoV2 (COVID-19).

Entonces, según esto, en su intención de proteger la salud de los tamaulipecos aplicó el doble hoy no circula; ya sabe, todos con el grito en el cielo ¿cómo va a ser posible que ahora no viajaré en mi auto, y voy a ir en el colectivo con más desconocidos? – habrá algún día que pensemos más allá. Busquemos a alguien del trabajo que pase por mi ruta o encuentra un diálogo con tu superior o patrón para que deje de actuar como un desalmado y active un transporte de personal único para sus empleados.

Que si el gobernador se extralimitó en el decreto, violentando las propias garantías individuales de libertad, de tránsito y de reunión; esta acción gubernamental desde el primer minuto propició una lluvia de amparos, presentados a nombre de todos los tamaulipecos. No sean ridículos, no presenten un amparo por quienes están de acuerdo con las medidas tomadas, el que tenga que salir a la calle, claro, que lo haga y sí, es bajo su responsabilidad eso hasta un niño de prescolar lo entiende, pero también acepten que una actuación irresponsable atenta  contra de la salud de toda la población en el estado.

Se la voy a poner bien fácil. Si usted fuera familiar de una victima mortal del Covid-19, si su esposa, hijo o hija, hermano o quien sea, que algún ser amado trabaje en el hospital y sea testigo directo de los contagios y muertes propiciadas por el virus, y ni pensar que su mamá o papá sean los médicos respondientes del área especial “Coronavirus” en el hospital de tu localidad;  verdad que no te gustaría que todos anduvieran en la calle como si nada, acaso estarías dispuesto en avalar esos amparos que se manifiestan en completo desacuerdo y buscan echar abajo decretos como el que emitió hace unos días López Obrador, y luego según la exigencias de la población el tamaulipeco Cabeza de Vaca, verdad que no. ¡Piensa por un día en todas las personas que están en los hospitales, en los verdaderos héroes de la contingencia, deja de politizar este asunto mundial!

Que salga a la calle quien en realidad deba hacerlo y que los gobiernos sean más exigentes consigo mismo para hacer sus decretos, pero seamos todos responsables; ellos en lo que les corresponde y nosotros como ciudadanos en guardarnos si podemos y en ayudarnos hasta donde lo logremos.

Dijo alguien: “si quieres salvar una vida, quédate en casa”.

davidcastellanost@hotmail.com