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Del no pasa nada y el desencanto de la consulta

Gaceta

Raúl Terrazas Barraza

Del no pasa nada y el desencanto de la consulta

Si hubo quien pensó que tras la consulta popular pasaría algo en el país, la verdad es que se equivocó, porque, de alguna manera se vive en el país del no pasa nada, aunque el escenario que propició la enfermedad COVID-19, sí le dio un apretón a la situación de salud de a población, sobre todo la aceleración de la mortalidad, ya que, el coronavirus modificó las causas de fallecimiento, al colocarse en el segundo sitio de estas.

En año normal, sin pandemia la mortalidad en el país estaba por encima de los 700 mi, sin llegar en el 2019 a los 750 mil, pero, debido a la pandemia, un reporte del INEGI dado a conocer en enero de este 2021, indicó que, para el mes de agosto de 2020, las defunciones casi llegaron a los 700 mil para el mes de agosto.

Con esto queda claro que, el coronavirus aceleró las cifras de mortalidad, pero, en los otros terrenos eso de que no pasa nada se mantienen como una condición de la sociedad mexicana, aunque sí pasará en cualquier momento que la descapitalización de las empresas, el cierre de fuentes de empleo, el aumento constante de los precios de productos y servicios que terminan en la malévola inflación, comprometerán la tranquilidad de los mexicanos.

Ello podría derivar en un aumento de la mortalidad, aunque ya no por COVID-19, sino por otro tipo de morbilidades que se aceleran al entrar en juego elementos psicológicos, conocida como las enfermedades del Siglo XXI y entre las que se cuentas desde los suicidios, depresiones y ansiedad.

En el otro tema, el de la consulta popular con cual se pretendía enjuiciar a los expresidentes de México, no pasa ni pasará nada, porque los ciudadanos con su ínfima participación en las mesas receptoras de opiniones, dijeron que no al Gobierno de la República, actitud que desde la perspectiva de los analistas entregó un mensaje claro a la administración del presidente, Don Andrés López Obrador que aporte resultados a las grandes necesidades que tiene la población del país y a trabajar en proyectos sin olor a caprichos personales.

En la capital de Tamaulipas, el Gobierno regeneracionista debe de apoyar la cristalización de dos proyectos importantes, la construcción de la segunda línea del acueducto y la terminación del acuaférico para poner fin a la escases de agua para uso y consumo humano que existe desde hace casi tres años, el otro es un intenso programa de rehabilitación de vialidades en las 10 principales ciudades de la entidad, pero, también de la red carretera estatal, abandonada desde hace casi tres años por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.

No pasará nada en materia política porque la consulta fue un rotundo fracaso, porque en el ánimo de los ciudadanos no está el asunto ese de que los expresidentes vayan a dar a la cárcel solo porque los regeneracionistas quieren fortalecerse a sus costillas, en virtud de qué, por cada uno de ellos que estuviera tras las rejas, el chairismo tendría material para muchas semanas de restregar en la cara a los enemigos del presidente López Obrador, que uno a uno caerá en el tanque.

El hecho de que los dirigentes del Partido Movimiento de Regeneración Nacional se retuerzan de coraje porque el pueblo de México les dio la espalda en la consulta, no quiere decir que vaya a pasar nada, sobre todo si se toma en cuenta que el resultado de que solo poco más de seis millones de personas que tienen credencial para votar con fotografía hayan acudido a las mesas de votación y que 87 millones no lo hayan hecho.

Esto es una muestra más de que no se puede ser un partido político de un solo dueño o de una sola dirigencia, sino que, es indispensable la estructura a todos los niveles y de todo tipo de grupos de la sociedad civil. Es ilógico el PMRN, funcione sin niveles de estructura, porque ni Mario Delgado Carrillo presidente de ese instituto ni su secretaria General Citlalli Hernández Mora, tienen la representatividad que en su momento alcanzó el dueño del partido y actual presidente de la República, don Andrés López Obrador.

Es que, él era el partido, él era su propio partidos y uso a las dirigencias de los institutos que se coaligaron con él para aprovechar a estructura que tenían darle forma a la competencia que dio en el 2018 a través de la cual, luego de dos intentos previos logró llegar a despachar en Palacio Nacional.

Los mexicanos están libres de cualquier temor por los resultados de la consulta popular y creen que el silencio de los expresidentes es elocuente, porque saben que cuentan con el respaldo de los ciudadanos a los que alguna vez sirvieron, además no habrá represalia que valga, porque tendría que involucrar a 87 millones de electores que no cayeron en el circo armado por la dirigencia nacional del PMRN y que, al final de cuentas son los responsables de la molestia que pueda tener el presidente de la República ya que no son capaces de generar estructuras políticas que puedan sostenerles en el poder.

Legisladores que llegaron a escaños, curules federales y locales, así como, alcaldes y regidores o funcionarios de la administración federal, no son estructura partidista y a partir de que no pasará nada porque la consulta fracasó, queda abierta la puerta para que, en las elecciones venideras el partido de Mario Delgado Carrillo vaya de derrota en derrota hasta desaparecer.