Columnas

Desde Houston

Ya pasaron muchos días del inicio de la pandemia y este terrible problema sigue ocupando los titulares noticiosos desde el día que se anunció el primer contagio en China, lo increíble es que las autoridades de salud y los gobiernos ya tenían el nombre con el cual sería bautizado, y ahora ya con los apellidos Delta y Ómicron sigue siendo nota diaria.

Esta pandemia ha sido factor para que una gran parte de la humanidad esté siendo diezmada, y si las muertes no son a causa de ésta, para ahorrarse explicaciones la mayoría de las instituciones de salud las asociaron al coronavirus y a sus variantes, ahorrándose con eso muchas molestias y explicaciones y enviando a incinerar a millones de personas, dejándolas fuera de los tradicionales velorios y funerales.

Las modas del tapabocas vinieron a relevar en las mujeres el lápiz labial y maquillajes y en el hombre las patillas y el mostacho, poniendo también en peligro los métodos de conquista debido a que en la actualidad no sabes con qué te vas a topar después de ser retirado el cubrebocas para entregar y recibir un beso fugaz a espaldas de todas las recomendaciones de distanciamiento social y ahora sí literalmente la belleza se lleva por dentro.

Pero las cosas no paran en esto porque no obstante las medidas y protocolos sanitarios y los tapabocas de colores, de todas las modas y calibres siguen cubriendo el rostro de manera democrática mientras que sin pudor alguno solamente los altos políticos llevan el rostro desnudo prescindiendo totalmente de ellos, aparentando una omnipotencia sobre los contagios mientras que los de a caballo seguimos enclaustrados tras esas prendas.

No es queja, solamente que mientras que el pueblo se muestra responsable siguiendo los protocolos, estos altos cazadores de cargos públicos siguen incitando a reuniones como si el cubrebocas fuese una especie de condón corporal suficiente para evitar el contagio sin llevarlo impregnado en la piel o en la ropa, todo esto en un afán de lograr los cargos políticos de la temporada.

Ningún político lleva su cubrebocas en campaña y todos besan y abrazan a sus seguidores quienes dejan a un lado sus precauciones ante la euforia de tomarse la foto o recibir un abrazo de quienes andan en busca de la gubernatura, pero en fin, les queda la foto del recuerdo porque después las puertas del palacio de gobierno quedarán cerradas definitivamente para la clase que solo significa un voto.

Apenas se supo de mi visita a Cruillas y hay varias personalidades de la política en este municipio que me han estado enviando mensajes con mucha mala intención, esto es con el propósito de causar tropiezos a la buena marcha de la recuperación de esta próspera villa…. Esperemos y diremos, nos vemos en la próxima.