Columnas

Desencanto electoral

Tribuna

En el curso del presente mes inicia formalmente el proceso electoral 2020-2021, que tiene la particularidad de que será estatal y federal, es decir, elegiremos 43 alcaldes y 36 Diputados Locales y 9 Diputados Federales.

Para ello, los órganos encargados de la organización de los comicios, Instituto Electoral de Tamaulipas y la Vocalía del Instituto Nacional Electoral, realizan ya los preparativos.

Desde éste momento, advierto que el principal problema que enfrentarán los partidos políticos y los órganos electorales, será el desencanto de los ciudadanos.

Y éste fenómeno tiene varias causas que tienen que ver con la credibilidad de los órganos electorales y de los propios partidos políticos, así como de los gobiernos emanados de éstos últimos.

Y lógico, también tendrán sus efectos la crisis económica severa y la crisis sanitaria, derivada de la pandemia del Coronavirus en nuestro país, en Tamaulipas y en sus municipios.

Tiene el Instituto Nacional Electoral menor credibilidad que en la pasada contienda federal, en la que resultó electo como presidente Andrés Manuel López Obrador.

Por increíble que parezca, ha sido el propio presidente el principal denostador de la autoridad electoral federal. Las diferencias en su conformación, en su quehacer, en su presupuesto, han sido elementos que influyen en el deterioro de la imagen del INE.

Y también le están rebotando los financiamientos obscuros a las campañas políticas, de los que nunca se percataron, o no dieron entrada a las denuncias. Los Casos Lozoya y Pío López, son la muestra.

Esos mismos escándalos judiciales y el manejo mediático desde las estructuras del poder federal, también cimbran a los partidos políticos principales y sus principales liderazgos.

“La novela Lozoya- PRIAN”, no deja títere con cabeza, de tal forma que a pesar de que se violentó el debido proceso judicial, ya se dañaron muchas imágenes de políticos del pasado, pero sobre todo de muchos en activo.

Y por si eso fuera poco, los resultados que han brindado los gobiernos de MORENA a nivel federal en dos años de mandato; los de los gobiernos locales, PAN 4 años en Tamaulipas, han dejado mucho que desear.

Ambos, ante lo endeble de sus magros avances, se han aplicado muy a fondo en culpar a los antecesores, a investigar actos de corrupción, a perseguir a los adversarios, y, por tanto, a denigrar a la política.

No creo estar exagerando, pero si en éstos momentos se repitiera la elección federal, la estatal y la municipal, para elegir presidente, gobernador y alcalde de Victoria, quizás solo uno la libre y de “panzazo”. Ahí usted imagine quién de los tres: ¿López, Cabeza de Vaca o Xico?.

La política debe regresar a ser el arte de gobernar, de hacer y procurar el bien, no lo que dicen los políticos actuales “el arte de comer estiércol a puños y no hacer gestos”.

Dignificar a la política es tarea de todos, de los políticos, de los partidos, de las autoridades electorales, de los gobernantes y sus equipos de trabajo.

Convertirla en una “arena de lucha libre” no de rudos y técnicos, sino entre “conservadores y liberales; o fifís y chairos”, en donde todos juegan rudo, e incluso atacan a los árbitros, es muy desgastante para la actividad política.

Así es que, lo que viene no es nada bueno para la política, para la sociedad y para la propia democracia. Por ello, la sociedad tiene que dar una muestra de madurez mayor que la de los mismos partidos, de los órganos electorales y de los gobernantes.

Quienes por ahora, para mí están reprobados, pues sus conductas poco construyen y abonan al ambiente necesario para una contienda electoral honesta, digna y limpia.