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Diciembre caro

Gaceta.

Por: Raúl Terrazas Barraza

Diciembre caro

En la antesala del último mes del año que tiene muchos días para celebrar en familia, el fantasma del alza generalizada de los precios de productos y servicios tiene preocupada a la mayor parte de la población y ya se escuchan lamentos por la impotencia de resolver sus necesidades con los sueldos que tienen y peor es que, desde la perspectiva del Gobierno Federal todo está bajo control y no pasa nada.

Cualquier persona que deba de comprar productos o pagar servicios para el funcionamiento de hogares, sabe que las cuentas alegres de las autoridades financieras de México no existen, es más, para el Buen Fin que acaba de pasar el 90 por ciento de los ciudadanos tenía pensado hacer alguna compra y a la hora de la hora, debieron de frenar sus intenciones, porque la subida de los precios fue notoria y debieron de echar raya para checar los ingresos contra los egresos que pudieran comprometer en el buen fin para todo el año que viene.

Según versión de analistas del fenómeno inflacionario, los precios de los productos básicos seguirán al alza semana tras semana y la posibilidad de limitaciones de compras es grande. Es más, del Banco de México, institución en la que se revisa la situación financiera para llevar a cabo proyecciones a corto, mediano y largo plazo, salen datos en el sentido de que la economía sufrirá una contracción entre leve y moderada al cierre de este 2021.

Los antecedentes de precios no son nada buenos ya que, desde septiembre pasado, la inflación superó al seis por ciento, el nivel más alto en seis meses y si a ello se agrega que las previsiones del mismo Banco de México respecto al Producto Interno Bruto, no se logrará el esperado 6.20 por ciento y se quedará por debajo del 20 por ciento, situación que propiciará, aunque el Gobierno Lópezobradorista diga lo contario, un aumento en los precios de la canasta básica.

La situación es cada semana más delicada y se cree que ni el pago de los aguinaldos ayudará a que en los hogares de los mexicanos existan caras felices porque el mes de diciembre que implica eventos y fiestas en por muchos días y en todas las familias, las limitaciones estarán presentes, es más, hasta los regalos de Santa Claus podría sufrir una merma sobre las expectativas que todos tienen, en especial de los niños ya que, el tipo de juguetes que ahora se usan y que llevan tecnología, se encarecerá en más de un 30 por ciento.

La difícil situación económica de las familias mexicanas se reflejó de inmediato en la apertura de los puentes internacionales para que el cruce de personas hacia las ciudades del Valle de Texas y a lo largo de toda la Frontera con Estados Unidos, no fuera como se esperaba, es decir, ni largas colas en los puntos de aquí para allá y tampoco las tiendas llenas de personas que buscaban comprar productos que durante casi dos años dejaron de hacer.

La inflación tiene en jaque al grueso de la población del país y por más ofertas y publicidad que las empresas inviertan para ganar clientes, se impondrá la realidad económica, por ello, las personas planearán compras mínimas y tratarán de no comprometer sus ingresos por muchos meses, dado que, hay temor sobre los conflictos financieros que puedan tener para el 2022.

Obvio, la expectativa de mejores sueldos para el año que viene y que será generada por el Gobierno de la República, es un gran espejismo ya que, por el desmedido porcentaje que el gobierno impone a las empresas para que los trabajadores ganan más genera inflación, a ello se debe que después del primer trimestre tanto del 2020 como el 2021, la inflación rompiera las barreras esperadas.

La idea frente a esta situación alcista es que los padres de familia no se vayan de bruces con las afirmaciones del Gobierno Federal de que no pasará nada, porque si sucederá, esto es simple, se reducirá la capacidad de compra y es seguro que el endeudamiento aumentará y la mejor prueba de ello es que, el aumento en los precios de productos y servicios pulveriza el salario en un abrir y cerrar de ojos.

De acuerdo con datos del Banco de México, en el cierre de este año, la inflación será del 6.63 por ciento y aunque la estiman de 8.84 para el año que viene sucederá los mismo que ahora, quedará muy por encima del seis por ciento, si se toma en cuenta las estimaciones elevadas del propio Banco superaron sus proyecciones ya que, cuándo mucho creían que llegarían al 5.08 en septiembre y 5.30 para octubre, pero, el mes patrio cerró con el seis por ciento y en diciembre alcanzará el 6.63 por ciento.

Cuidar los ingresos que se obtengan de aquí al fin de año es crucial, porque al aumentar la inflación siempre será difícil que los ciudadanos puedan destinar sus ingresos a compras planeadas, el pago de deudas o hacer alguna inversión en lago que les deje dividendos para mejorar la economía de los hogares, debido a que los pecios cambian y rompen todo el esquema, corriéndose el riesgo de caer en endeudamientos que los llevarán a la quiebra.

La inflación corroe la economía familiar, máxime en un escenario en el cual, las empresas tratan de ganar tiempo al ramalazo que implicará la imposición del Gobierno de la República de un aumento al salario por arriba del 15 por ciento o de plano hasta el 20 por ciento y por aquello de candil de la calle y obscuridad de la casa, la imposición de esos aumentos no corresponde a las autorizaciones que hacen para los trabajadores de las dependencias federales, en especial a los maestros, que apenas les dieron un tres por ciento en mayo pasado, cuando esperaban un aumento similar al de los trabajadores de las empresas.