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DOS FICHITAS DAN CLASES DE MORAL Y BUENA CONDUCTA

POSDATA

GASTÓN ESPINOSA GLZ.

DOS FICHITAS DAN CLASES DE MORAL Y BUENA CONDUCTA

¿Usted, le cree a Alejandro Jiménez?

Antes, deje que le explique de qué se trata y saque conclusiones.

Bajo las sombras del poder maligno, escudado en el submundo de los amos de la violencia, el personaje sacó su buena tajada de esa era del terror. Algunas cosechadoras y otro tipo de maquinaria se las quitaron a productores de Xicoténcatl y él no tuvo empacho en rentarlas.

Al quedar desprotegido, huérfano de padrinos, optó por escudarse en un partido político que lo protegiera de su curricular andar y, ante todo, que lo proveyera de un modus vivendi.

No sorprende que tras la llegada de “los vientos de cambio”, Alejandro Jiménez, haya tenido la ocurrencia de crear una agrupación con la cual se ha dado a la tarea de esquilmar a cientos de campesinos como se diera a conocer en medios locales, estatales y hasta nacionales. “Amigos Unidos por un Bienestar Social” dejó en evidencia una red de engaños por parte de quien se autonombra como “el choco”, ya que hay denuncias de casi 200 campesinos que nunca recibieron maquinaria e insumos para sus actividades, a pesar de haberle entregado 5 mil pesos.

José Guadalupe Ayala, del ejido “Santa Clara”, describió la forma de operar de esa agrupación que encabezó Alejandro Jiménez, bajo seudónimos como el “Licenciado Raúl Amador Trejo” o el Ingeniero Raymundo García Vázquez”, quienes “firmaron” los recibos. Las oficinas de esa agrupación estaban ubicadas en el 17 Méndez y Ocampo, en ciudad Victoria, con cuenta bancaria HSBC 4057184459 a nombre de Ernesto Rodríguez Valles.

Lejos de desmarcarse de ese personaje a todas luces controvertido y desacreditado, partidos políticos como el PT y Morena, lo cobijaron por así convenir a sus intereses. Tras el triunfo de Andrés Manuel a la víbora le dieron alas, se sintió provisto de un aro de impunidad y desafió a las autoridades municipales y estatales. Morena a través de Américo Villarreal Terán, lo adoptó como el monito ventrílocuo que desacreditaba al gobernador y a sus funcionarios, de paso cargó como el operador de la anticampaña en contra del subdelegado de los programas sociales del gobierno federal, Pedro Castillo Ríos, a quien se les plantó frente a sus oficinas a costa de bloquear una calle y escandalizar en la vía pública.

Hoy, Alejandro tiene la principal tarea de criticar y calumniar todo lo que huela a PAN y a sus protagonistas, de ahí que ande levantando campamentos, plantones y demás protestas, que suelen terminar en el desinterés público.

Su último fracaso fue en la sede de la Comisión de Derechos Humanos a la que intentó desacreditar con un plantón frente a sus oficinas, junto a otros polémicos personajes como Elías Orozco, autor material e intelectual del asesinato del empresario regiomontano, Eugenio Garza Sada, ocurrido en septiembre de 1973, cuando Elías formaba parte del grupo paramilitar “liga Comunista 23 de septiembre”. Estamos hablando de un hombre de sangre fría, que no tuvo empacho en quitarle la vida a otro por intereses económicos.

En el caso de Alejandro, hablamos de alguien que sacó tajada de los tiempos violentos que sacudieron a nuestra región y que ahora, se ampara de en dos partidos políticos para gritar, acusar y calumniar a quienes le quitaron sus relaciones peligrosas…y su negocio, por eso se entiende que merolico, y que se rente de monito de ventrílocuo.

EL MITÓMANO LICEAGA

Llorar no se le da fácil, pero hace un esfuerzo para que así le crean.

Juan Enrique Liceaga juró ante los suyos que nada tiene que ver con Morena y menos que en El Mante ande apoyando a su compadre, Rigoberto Hernández Carballo, aspirante a la presidencia municipal…por Morena.

Liceaga es un mitómano profesional.

Indolente, irresponsable y desleal, el diputado local del PAN, (expriista) confesó ante sus cercanos que esta vez lo mejor sería apoyar a otro partido porque los aspirantes a la presidencia municipal de Ocampo, no garantizaban el triunfo y menos, respetar los acuerdos para su grupo.

En lugar de demostrar que no tiene nexos y acuerdos con Morena, el diputado local se fue a lo fácil, desacreditar los dichos por los periodistas.

Lo bueno es que ni con sus lágrimas de cocodrilo le creyeron.