Columnas

El amasiato de la corrupción.

FACTOR ENTRE DOS

Por: José Efraín Caballero Sevilla

El amasiato de la corrupción.

Nunca antes en el pasado, se había expuesto de manera tan evidente, la gran corrupción que permea en diversos sectores de nuestro ámbito político y social. Se manifiesta como el principal problema que ha obstaculizado el crecimiento equitativo del país y solo se ha reflejado dicha expansión en lo económico, hacia sectores empresariales y políticos, que coadyuvan, haciendo una mancuerna que se ha beneficiado de esta práctica.

Al tomar el control del gobierno federal, el Presidente Andrés Manuel López Obrador, aseguró que la corrupción era el principal problema, que imposibilita el desarrollo del país, y se comprometió a erradicarla en su administración, mencionando, que la combatiría separando el poder político del económico, entre políticos y empresarios, de arriba hacia abajo.

El amasiato simbólico, que se ha dado en gran parte de la clase política y algunos sectores empresariales, les ha redituado beneficios que se vuelven inconfesables, como la multicitada relación entre la empresa Odebrecht con diversos gobiernos Latinoamericanos.

Los sobre precios de diversos productos y servicios de proveedores a los gobiernos, es un claro ejemplo del inaceptable robo al erario público, y del posible desvío de recursos que nos cuesta a los ciudadanos lidiar con una mala infraestructura en el país, debiendo destinarse ese dinero para resolver este problema.

En el periodo de gobierno de Felipe Calderón, la “Estela de Luz” monumento con el que se conmemoró el bicentenario de la independencia de México, se multiplicó su costo de construcción, elevándose en un 192 por ciento del asignado originalmente, culminando en mil 304 millones 917.7 mil pesos. Ese incremento fue injustificado, ya que se construyó con los materiales que originalmente fueron presupuestados, a la popularmente llamada “suavicrema”.

Por su parte, Enrique Peña Nieto gastó más de seis millones y medio de pesos en un viaje de 15 empresarios a la Copa Mundial de Fútbol en Rusia 2018. Estos ejemplos de gastos excesivos de las administraciones federales, constituyen un incumplimiento flagrante de la ley.

El artículo 134, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos menciona: “Los recursos económicos de que dispongan la federación, las entidades federativas, los municipios y las demarcaciones territoriales de la Ciudad de México, se administrarán con eficiencia, eficacia, economía, transparencia y honradez para satisfacer los objetivos a los que estén destinados”

La corrupción es un fenómeno que comprende diversos delitos, destacando el cohecho –mordidas– peculado y el enriquecimiento ilícito, que se sancionan con penas de prisión, según dicta el Código Penal Federal. Causa pobreza, obstaculiza el desarrollo y hacer huir a la inversión, ante la falta de seguridad jurídica.

Paradójicamente, esta misma corrupción se convirtió en el paraíso de algunas empresas, que obtuvieron en México favores ante la compra de conciencias, mediante sobornos como se ha venido exhibiendo mediáticamente.

Otras compañías beneficiadas, obtuvieron la condonación de impuestos de manera injustificable; unas más cobraron la prestación de servicios deficientes a precios muy por encima de lo que cobraban en otros países en los que operan, situación observada en algunas compañías de telecomunicaciones y diversos bancos o instituciones financieras, que mantienen un alto cobro en sus tarifas y penalizaciones, inexistentes en sus países de origen en caso de ser extranjeras.

Estos beneficios obtenidos por algunas empresas, no se pueden explicar sin que exista la interrogante, si es que se obtuvieron mediante dadivas, sobornos o algún regalo como una “casa blanca” para dar luz verde al marco normativo y legal en la aplicación de estas normas económicas y financieras, que han afectado el poder adquisitivo de los ciudadanos, siendo necesario revertir esas prácticas avaladas por nuestros anteriores representantes populares.

Según estimaciones, la corrupción en nuestro país, genera daños económicos del 5 al 10 por ciento del Producto Interno Bruto. Así lo indicó Roberto Martínez Yllescas, Director de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en México para América Latina.

Querido lector, tenga un excelente día nos leemos la próxima.

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