EL CABECISMO SE DESLINDA DE ANAYA
CUADRANTE POLÍTICO
POR FERNANDO ACUÑA PIÑEIRO
EL CABECISMO SE DESLINDA DE ANAYA
Pese a la vorágine política y financiera, en que se encuentra envuelto Ricardo Anaya, los gobernadores panistas siguen sin darle públicamente su apoyo. Aquí en Tamaulipas, el gobierno cabecista, ha optado por guardar prudente silencio. Al parecer, los vientos de cambio han decidido seguir al pie de la letra, la Ley número 10, plasmada en el libro, “Las 48 Leyes del Poder” escrito por Robert Greene, que recomienda:
“Ante el peligro de contagio, evite a los perdedores y a los desdichados”.
Y agrega: “los estados de ánimo, son tan contagiosos y tóxicos, como una enfermedad infecciosa. Aunque sienta que debe tenderle una mano a alguien que se está hundiendo, lo único que logrará con ello, será acelerar su propia caída. A menudo, los perdedores, son los artífices de su propia desgracia, y terminan por trasmitirla, a quien quiere ayudarlos. Evítelos, y en cambio, frecuente a individuos ganadores y felices”.
Se observa que, el actual gobierno panista, no quiere problemas con la administración federal de Peña Nieto, y ha decidido dejar en su aislamiento al candidato presidencial del PAN.
El problema del ex joven maravilla, es que, existen pruebas contundentes, de que, tuvo un romance político con Peña Nieto, pero le fue desleal al Presidente, y ahora lo tienen catalogado como un traidor.
El pasado 26 de febrero escribí:
“Para quienes, hasta ahora confiaron en ese sueño fallido llamado Ricardo Anaya, habrá que analizar, cuál es su origen, y como fue cobrando fuerza: el proyecto anayista, no nace desde el PAN, sino que se genera, a partir de que, el gobierno de Enrique Peña Nieto, instrumenta sus reformas estructurales. Anaya y Gustavo Madero, jugaron un papel importante en el aval del Acción Nacional a dichas enmiendas constitucionales. A partir de ahí, Ricardo Anaya siente que él puede ser el proyecto del Presidente, para la sucesión”.
“O sea, el furioso anti priismo de Anaya, no nace con el sexenio de Peña Nieto. Todo lo contrario, Anaya respaldó y avaló al gobierno peñista, lo hizo consciente de que, había una coyuntura propicia, para alcanzar el poder, a sabiendas de que el Presidente lo miraba con buenos ojos, incluso lo alentaba en sus aspiraciones sucesorias”.
Ayer martes, 6 de marzo, el columnista de El Universal, Salvador García Soto, escribe lo siguiente:
“El entonces dirigente del PAN, fue llamado a Los Pinos, el 20 de enero del 2017, a la media noche, a donde llegó, junto con su asesor Santiago Creel. Estuvieron reunidos varias horas, en el despacho presidencial, y ahí, con el flamante canciller, Luis Videgaray, y quien era, hasta ese momento, su principal promotor, Ricardo Anaya, acordó la candidatura de Josefina Vázquez Mota, y una suerte de pacto, para que el fuera después, el candidato del PAN, con el apoyo del régimen”.
El mencionado analista nacional, señala que, el motivo de que terminara la luna de miel entre Anaya y el Presidente Peña Nieto, fue que, el ahora candidato presidencial del PAN, buscó el cobijo y la asesoría del ex presidente Carlos Salinas de Gortari.
“Cuando la noticia de ese acercamiento, llegó a la casa presidencial, escribe García Soto, se prendieron las alarmas, y el hecho fue tomado con recelo por el Presidente Peña, que no entendía, como el joven político, al que habían apoyado en su ascenso al panismo, y que había aceptado apoyar todas sus reformas, a cambio de esa “ayuda”, hoy le daba la espalda”.
Meses después, de acuerdo al autor de la columna “Serpientes y Escaleras”, el Presidente habría pronunciado, una frase reveladora y premonitoria de lo que ahora está pasando, entre Anaya y el gobierno peñista:
“Cualquiera, menos ese traidor y mentiroso, para la presidencia”.
Anaya, acaba de declarar algo que, ya de antemano se presagiaba: que de llegar al poder, metería a la cárcel a Peña Nieto. Con semejante confesión, será todavía más difícil que el peñismo lo deje llegar a la Presidencia. Y si lo anterior se combina con la parálisis de Meade, el triunfo en el 2018, podría ser, para ya saben quién.
Por cierto, lo que no dice “Ricky Ricón”, es que tuvo con el Presidente reuniones en lo oscurito, como lo documenta la columna de Salvador García Soto, y como ayer mismo lo declaró, el candidato presidencial de MORENA, Andrés Manuel López Obrador.
“Ricardo Anaya, debe empezar por informar, cuantas veces se ha reunido con Peña Nieto, en privado”, denunció AMLO.
LA SECRETARIA “YOYO” MOLINA, SEÑALADA COMO REPRESIVA Y PREPOTENTE
Ya no es aquella burócrata ratonera, que si bien, era altanera, no causaba mayor daño a la imagen del gobierno estatal, y mucho menos a la sociedad tamaulipeca. Pero, desde que se desempeña como Secretaria de Salud, la chiapaneca Gloria Molina se ha erigido como la villana del cuento hospitalario y todavía peor: está ejerciendo una política de atropellos contra los trabajadores de la salud, removiéndolos , según su capricho personal, sin pagarles ningún viático, y sin otorgarles, el plazo a que tienen legítimo derecho, para reacomodarse con sus familias.
Por lo pronto, la ex cenicienta del sureste, que de pronto se volvió emperatriz del sector salud, en lugar de abonar al proyecto del gobernador, está provocándole múltiples problemas, y de paso, encendiéndole fuegos innecesarios, de cara a las elecciones de 2018. Uno de estos frentes, es el de la organización “Emiliano Zapata”, cuyo líder, Esteban Ruiz Lozoya, ya advirtió que realizarán movilizaciones, para denunciar el maltrato y la actitud represiva de la terrible “Yoyo” Molina.