Columnas

«EL DEBATE DEL DEBATE»

Dr. Jorge A. Lera Mejía

Ante la negativa de uno de los candidatos, para participar en el siguiente debate oficial, organizado por el Instituto Electoral de Tamaulipas (IETAM), se han expresado distintas opiniones encontradas sobre los pros y contras del hecho.

Por una parte, algunos analistas, como el caso de mi amigo José Ángel Solorio, públicó hoy, que el ejercicio es un «debate mocho».

En su argumento central, opina que:

«El segundo debate oficial –convocado por el Instituto Electoral de Tamaulipas– es más que irrelevante; y por lo mismo, prescindible.

Américo Villarreal Anaya, anunció que no asistirá. Para ello, soltó una serie de precisos argumentos; siete, para ser precisos. Ni falta ni sobra, una coma en el comunicado que hicieron público los partidos que abanderan al cardiólogo».

… Continúa afirmando que «el anuncio de Villarreal Anaya, hubiera sido un error, un garrafal error. Con una autoridad bajo sospecha, –de lo cual se derivan, los peores hechos calamitosos que un ciudadano pueda imaginarse– la retirada de AVA, es un acierto».

Este respetable punto de vista, dista de comprender el qué y para qué son diseñados y ejecutados los debates electorales, más los que son preparados por la autoridad electoral oficial.

El hecho que existan fallas en algunas partes del formato de los debates, no exime para que los candidatos contendientes asuman su rol de inteligentes y protagonistas preparados para salir avante de los mismos.

Demeritar a los organismos electorales, es negar los propios defectos intrínsecos de los propios participantes mostrando baja inteligencia emocional. Pero al que mayormente se afecta, es al electorado, que finalmente a ellos se deben los candidatos y a ellos deben dirigir sus mensajes políticos y sus propuestas de campaña, en un ejercicio de intercambio de posturas y defensa de las mismas.

Por ello, el posible escenario de no asistencia de uno de los tres candidatos registrados en la contienda política, expresa que precisamente, al trascender que la mayoría de encuestadoras serias, dan un empate técnico a dos de los tres candidatos, este descontrol para la ciudadanía, de no poder conocer de viva voz, tanto las posturas de los candidatos, así como conocer con mayor profundidad sus diversas propuestas en temas tan sensibles como la seguridad pública, economía, educación y salud, deja desinformada a la sociedad en general para poder modular mejor al candidato y la persona que más conviene para el desarrollo de Tamaulipas.

Precisamente para eso están programados los debates públicos, más este del domingo 22 de mayo, que es el segundo debate organizado oficialmente por el IETAM.

Estamos conscientes de las fallas observadas en el primer debate del mes de abril, donde se presentaron fallas en la conducción de parte de la encargada de dirigir los tiempos y las preguntas, pero se sabe que los organizadores en esta segunda ocasión, se encargaron de subsanar algunas de esas observaciones.

Es tiempo aún, para ver que el candidato de la coalición «Juntos Hacemos Historia», reconsidere la postura y resuelva asistir a este ejercicio de la democracia moderna.

El no debatir, dejará un vacío informativo, el debatir expresando proyectos e ideas, enriquece los retos a enfrentar en el estado, dejar de lado posturas ideológicas y consignas, centrando el debate en qué y cómo ser un buen gobernante, es lo menos que esperamos.

Al no querer participar en estos temas torales, no nos permiten como sociedad, saber y entender las diversas posturas, «al no debatir pierde la democracia y pierde Tamaulipas».