Columnas

El legado transexenal

Factor entre dos

Por: José Efraín Caballero Sevilla

El legado transexenal

Estamos a una semana de culminar el sexenio presidencial de Enrique Peña Nieto, quien ha dejado un legado de reformas estructurales, que anteriormente ningún Presidente logró culminar y solo había quedado en  intenciones y deseos delegados sucesivamente, al consecuente señor de los Pinos desde la época de Carlos Salinas de Gortari.

Este logro que se dio con la venia de la mayoría de los partidos políticos, se tradujo en un éxito en lo personal del amable y empático presidente, que llegó al poder generando altas expectativas, donde inclusive la prestigiada revista “TIME” le dedico una portada en febrero de 2014, y lo presento con el titular “Salvando a México”

Al paso del tiempo, las que fueron su insignia administrativa sexenal, no han logrado traducirse en beneficios para la población, algunas de las reformas estructurales tuvieron esa visión progresista que caracterizó al Priismo histórico.

Una de ellas que le puedo comentar, es respecto a la reforma laboral, donde se establece una certificación de las competencias laborales en coordinación con la Secretaría de Educación, donde un trabajador puede acreditarse competente en su área laboral, sin haber cursado las aulas académicamente, y mediante esa certificación tener un documento que le avale profesionalmente.

Anteriormente era muy complicado emprender estudios que le avalaran su competencia profesional, y mediante este mecanismo se le ha logrado dotar de una herramienta que le puede abrir puertas en otras fuentes laborales, mediante su certificación oficial, lo que es un baluarte curricular importantísimo a la hora de tocar puertas.

Así como este ejemplo, existen beneficios; por lo que no se puede conceptualizar en buena o mala, como en blanco y negro, la serie de reformas implementadas, ya que no se puede radicalizar que todo sea malo o positivo,  porque existen tanto beneficios como perjuicios y no se debe desechar o defender por default.

Si nos vamos analizando las 11 reformas estructurales que comprenden 58 reformas a la constitución, y en consecuencia la creación de 3 nuevas instituciones de gobierno, se supondría dejarían a un país rampante y con adecuado modelo para generar bienestar ciudadano y una calidad de vida que se debería de ir acrecentando con el paso del tiempo.

Llegamos al final de un periodo sexenal, donde las cifras macroeconómicas indican un país que es productivo, pero que no crece más allá del 3 por ciento anual en su producto interno bruto.

Por ende, no se ha traducido en una significativa mayor calidad de vida para el ciudadano, y lo que corresponde al gobierno entrante es pulir y depurar las reformas que tienen mucho de lo bueno, pero también mucho de lo que le perjudica.

El giro en el discurso del Presidente electo; con respecto a las ofertas de campaña y el plan de gobierno que ha venido presentando a la ciudadanía, deja de manifiesto la divergencia entre uno y otro; y  habla de un conocimiento de la realidad del país en sus distintos rubros, y replantea su proyecto sexenal, que sin duda estará orientado para sacar adelante su periodo administrativo, aprovechando lo reformado en la presente administración federal.

Por lo que al final, se puede determinar que mucho de lo generado legislativa y administrativamente en este periodo, es el legado transexenal, y será de utilidad para el futuro gobierno,  que por si acaso, gradualmente se tendrá que ir depurando o reemplazando por otros mecanismos que hagan funcionar el sistema actual, lo cual dada la complejidad, llevara un periodo de ajustes a mediano plazo cuando menos.

Querido lector tenga un excelente día.

Contacto: factorentredos@hotmail.com