El pastor violador y agresivo
David Ed Castellanos Terán
@dect1608
El pastor violador y agresivo
Las religiones son organizaciones poderosas trasnacionales con capacidad de seducir hasta la más alta esfera política mundial; en todas hay historias de terror debido a que algunos de sus integrantes rebasaron la línea del bien para vivir encubiertos como “buenos religiosos” en el mal infernal.
Sé de pastores pederastas, algunos Testigos de Jehová en malos pasos, claro, la Iglesia Católica es la más grande y de mayor impacto mediático social como la de mayor influencia política por eso las historias son más comunes y públicas, aunque la víctima no siempre esté de acuerdo.
Apenas el jueves pasado mientras usted veía la Casa de los Famosos, las organizaciones Spes Viva y Bishop Accountability ventilaron a distinguidos miembros de la Iglesia Católica que han encubierto los abusos sexuales en el catolicismo mexicano.
La codirectora de Bishop Accountability, Anne Barret Doyle, fue la encargada de presentar la investigación en la que mencionan a los religiosos de México, pero también de otras naciones, sin embargo, le dejaré únicamente las de los mexicanos que presuntamente han encubierto los abusos sexuales de nuestro país.
De acuerdo con el semanario Proceso los clérigos están vinculados a los siguientes casos:
Obispo Alonso Gerardo Garza Treviño, de Piedras Negras, quien intentó silenciar a dos víctimas del sacerdote Juan Manuel Riojas Martínez, el notorio “Padre Meño”, acusado de violación.
Obispo Jonás Guerrero Corona, de Culiacán, mantuvo al sacerdote pedófilo en serie Carlos López Valdés en el ministerio, pese a tener pruebas de que abusaba de niños y producía pornografía infantil.
Obispo Enrique Díaz Díaz, de Irapuato, en 2020 presionó a una víctima para que no presentara una denuncia penal contra el sacerdote que lo violó; se le acusa de encubrir al menos a otros dos abusadores.
Obispo Emérito de Acapulco, caso de Silvia López Pérez y Valadez Fuentes.
Jesús Carlos Cabrero Romero, arzobispo emérito de San Luis Potosí, caso del padre Eduardo Córdova Bautista.
José Luis Chávez Botello, arzobispo emérito de Antequera-Oaxaca, depredador de niños indígenas Silvestre Hernández.
Enrique Díaz Díaz, obispo de Irapuato, casos de Herrera Luna, Jorge Raúl Villegas y Gutiérrez Farías.
Alonso Gerardo Garza Treviño, obispo de Piedras Negras, caso de Riojas Martínez.
Jonás Guerrero Corona, obispo de Culiacán, caso de López Valdés.
Silvia López Pérez, fundadora y exsuperiora general de las Discípulas de Jesús Buen Pastor, caso de Valadez Fuentes.
José Martín Rábago, arzobispo Emérito de León, casos de Campos López y Jorge Raúl Villegas.
Fabio Martínez Castilla, arzobispo de Tuxtla Gutiérrez Chiapas, casos de Silvia López Pérez y Valadez Fuentes.
Luis Morales Reyes, arzobispo emérito de San Luis Potosí, caso de Eduardo Córdova Bautista.
Cardenal Norberto Rivera Carrera, arzobispo emérito de México, casos de Fletes Santana, Aguilar-Rivera y López Valdés.
Gerardo de Jesús Rojas López, obispo de Tabasco, caso de Alejo Oramas.
Rafael Romo Muñoz, arzobispo emérito de Tijuana, caso de Tenorio, entre otros.
Cardenal Juan Sandoval Íñiguez, arzobispo emérito de Guadalajara, casos de Ávila Avelar y Córdova Esparza.
José Guadalupe Torres Campos, obispo de Ciudad Juárez, casos de Baca y Valenzuela Olivas.
Javier Navarro Rodríguez, obispo de Zamora, caso de Córdova Esparza.
«Quiero enfatizar que esta lista sólo es el inicio para alistarnos. Hoy hemos identificado a otros líderes de la Iglesia (Católica) que han protegido a los abusadores e ignorado a las víctimas. Publicaremos una versión expandida en los próximos tres meses», declaró Anne Barrett Doyle.
En la intimidad… Seguramente en la continuidad de la lista que saldrá más adelante vendrán los nombres de más de uno de los integrantes de la Iglesia Católica en Tamaulipas, por ahora, la luz no los alcanzó y mantuvo sus nombres en las sombras del mal.