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EL PRI EMPANTANADO Y GRIS DE OCHA REZA

CUADRANTE  POLITICO

POR FERNANDO  ACUÑA PIÑEIRO

EL PRI EMPANTANADO  Y GRIS DE OCHA REZA

En Tamaulipas, el PRI sigue siendo  un claro referente de empantanamiento  e inmovilidad. Pero la culpa no   es del priísmo estatal, sino de su dirigente nacional  Enrique Ochoa Reza, el multimillonario coleccionista de obras de arte, y próspero empresario  taxista,  quien desde  que llegó al cargo, el pasado 12 de julio  del 2016, mantiene  al partido en una parálisis  sin precedentes.

En mi colaboración de hoy, ofrezco a los lectores, un breve ejercicio de análisis, en torno a lo que sucedió con el PRI en los  otros tres  estados del país, donde  la hegemonía  del Revolucionario Institucional, se derrumbó por primera vez en la historia: Veracruz, Durango y Quintana Roo.  Las desbandadas, la desorganización  y- ,la incertidumbre, son factores constantes, en el PRI de Ochoa Reza, a nivel nacional.

En estas tres entidades, que para efectos  de muestreo político, resultan claves, la situación  no es  mejor que la que se vive  actualmente en Tamaulipas. En todas ellas prevalecen los mismos patrones  de indolencia, de desorden y anarquía interna.

En Durango, por ejemplo,  sucedió algo similar  que en nuestro estado: a la renuncia de Ricardo Fidel  Pacheco Rodríguez, (dirigente estatal perdedor, en el gobierno de Jorge  Herrera  Caldera),  su sucesora interina en el cargo, es Anabel  Fernández Martínez, que venía ejerciendo el cargo de  Secretaria General. Exactamente lo mismo de lo que pasó con la actual  Zulema Flores Peña, en nuestro estado. La famosa Zulemita, es hora que ni suda ni se acongoja. Sigue cobrando  su jugoso sueldo. Y  ha despedido  a  varias decenas de trabajadores.

A diferencia de Tamaulipas,  a Durango, sí enviaron a  un Delegado  del CEn del  PRI, llamado Amador Gaxiola. Su misión era la de nombrar nuevo dirigente estatal, pero ante el enojo de los grupos internos del priísmo, salió huyendo de la entidad. De tal suerte que actualmente, la tierra de los alacranes, se mantiene justamente como eso, al menos en lo que al PRI se refiere.

En  Quintana Roo,  siguen manteniendo  a  Raymundo King  de la Rosa, en la dirigencia estatal. El escenario se mantiene con los mismos actores. Cero cambios. Algunos comentan que, el que actualmente pinta para  ser el nuevo dirigente estatal, es quien fuese  el delfín del gobernador perdedor  Roberto Borges. Se llama José Luis  “Chanito” Toledo,  y según las crónicas  locales,  se lleva muy bien con el nuevo gobernante que llegó al poder con los colores del PAN, Carlos Joaquín  González.

Bajo esta misma tendencia, en Tamaulipas, el delfín del ex gobernador  Egidio Torre  Cantú, lo fue  el diputado local  Alejandro  Etienne Llano.  Hasta  ahora, el legislador  y prestigiado abogado victorense, no ha  manifestado su  deseo de  dirigir  a nivel estatal  el PRI. En la actualidad, la figura  política que puntea para  el PRI estatal, es  Alejandro Guevara Cobos. El grupo de Videgaray, comandado por el candidato perdedor, Balta Hinojosa, sigue moviéndose, pero trae muchos frentes adversos.

 Mientras tanto en  Veracruz, a la renuncia de  Amadeo Flores  Espinoza,  fue nombrada la delegada  del CEN,  Lorena Martínez, allegada  a Beatriz Paredes, y  candidata perdedora al gobierno  de Aguascalientes.

A finales  de enero de éste año, fue nombrado en la entidad jarocha,  Renato  Alarcón, como nuevo  Presidente estatal  del  PRI. Se le  asocia con el grupo político  de Fidel Herrera  Beltrán, y se dice que el popular  “negro”, ha regresado para rescatar  a Veracruz.

Sin embargo, otros le dan al PRI, muy pocas posibilidades, sobre todo porque,  las características del nuevo dirigente local del priísmo, a quien consideran un personaje anodino y gris, que  en los hechos será  controlado  por el gobernador panista  Miguel Ángel  Yunes.

En el priismo  de la entidad, se corre también el riesgo de que, llegue  un priísta  sin personalidad, ante la fuerza  el carácter  del panista  Francisco García Cabeza  de Vaca.

La situación que prevalece en el priismo de Tamaulipas, parece ser la peor  de las cuatro entidades, donde  se produjo la alternancia, en  las elecciones  de 2016.

Aquí, no han enviado  ni siquiera  a un Delegado  del CEN, como ocurrió en Durango o en Veracruz, donde   ya tienen dirigencia estatal. Una dirigencia anodina, pero la tienen. Aquí ni eso.

En resumen, el PRI  de  Ochoa  Reza, al menos  en las entidades que se perdieron, es un sinónimo de desesperanza  y de abandono:  a estas alturas del 2017, se sigue viviendo un clima de interinatos inamovibles que ni comen, ni dejan comer; o bien el nombramiento de  dirigencias, parecidas , según e refrán, a las  heces del perico: ni huelen , ni hieden.

Ante todo esto, los priístas  se preguntan: después  de que su partido fue echado del  carro de la revolución, que suerte les espera a bordo del taxi  de Ochoa Reza?

POSDATA.—Discreto, sin hacer ruido, el priísta, Oscar  Almaraz, sigue concentrado en lo suyo: la reelección del 2018.