El regalo de Dios
El regalo de Dios
Por: Javier Terrazas
La vida es un regalo de Dios, por ello debemos atesorarla.
Cierto que se trata de un ciclo, nacer, crecer, reproducirse y morir.
Pero la fecha y tiempo del fin de cada persona es un enigma, pues irremediablemente a cada quien le llega su hora.
Con el paso del tiempo, la evolución, los avances médicos y científicos, estilos de vida, entre otros factores, el periodo de vida se ha elevado.
Para el hombre es en promedio de 80 años y 86 para la mujer según un reporte del INE de 2019.
Con una mayor expectativa de vida también llegan las enfermedades crónico-degenerativas.
En un año ordinario, sin pandemias ni guerras, las principales causas de muerte de los mexicanos con las enfermedades del corazón, la diabetes, el cáncer, influencia y neumonía, problemas de hígado, embolias., obstrucción pulmonar e insuficiencia renal.
En tanto que por causas externas al organismo aparecen los homicidios, accidentes y suicidios.
De acuerdo a las estadísticas del INEGI del 2021, un año impactado por la pandemia del Covid-19, esta enfermedad se convirtió en la primera causa de muerte en nuestro país con 238 mil 772 decesos.
Superó a los infartos al corazón que se llevaron a 225 mil 449 personas.
Al terrible cáncer que tuvo un impacto en 90 mil 124 personas.
A la Influenza y Neumonías que afectaron a 54 mil 601 habitantes de nuestro país.
A las enfermedades hepáticas (hígado) que se llevaron a 41 mil 890 pacientes.
O las embolias (accidentes cerebrovasculares) que cegaron la existencia de 37 mil 169 hombres y mujeres.
Fue un año atípico para las causas de la muerte en nuestro país y la humanidad, que en forma cíclica, a veces nos sorprende con nuevos agentes patógenos que golpean al mundo terrenal.
En el ciclo de la vida, las enfermedades cobran más víctimas después de los 65 años en que el organismo tiene desgastes y por tanto es más vulnerable.
Sin embargo, no están exentas las edades tempranas para cualquiera de los problemas de salud.
La prevención a través de la vacunación es una acción importante para preservar la vida.
También lo es mantenerse alejado de los vicios y de algunos riesgos.
O mantener una actividad permanente con ejercicio regular y alimentación sana.
Y el cuidado de los entornos amigables, alejados de la contaminación de todo tipo.
Hay que tener presente que, como individuos nacidos de nuestra madre y padre, traemos una carga genética. Y que en esa información hay predisposición a ciertas enfermedades, por lo que hay que conocer esa historia y actuar en consecuencia.
Porque más allá de la cantidad de años de vida, es la calidad de vida que demos a los años.
Y, por tanto, apreciemos y valoremos cada etapa y la disfrutemos plenamente.
Es fundamental que para ello mantengamos un equilibrio entre la salud del cuerpo, de las emociones y de nuestra mente.
Porque somos cuerpo, alma y espíritu.
Cuidemos con esmero a esa trilogía que hay en nuestro ser.
Y vivamos el ciclo que nos corresponda de una mejor forma.
Recordemos estos días a nuestros queridos y amados difuntos.
Pero aprendamos de la historia de sus vidas y de los quebrantos de salud que los apartaron de nosotros.
Aprendamos a las lecciones de vida que nos dejaron, e igualmente de las lecciones de sus decesos.
Cuidemos mejor el regalo de Dios que es un gran tesoro.
Pero usémoslo para servir a los demás.
Vivir mejor no es atesorar bienes, sino compartir saberes y auxilio a quienes más lo requieren.
Hay que darle causa y cause a nuestra existencia.
Hasta que se tengan fuerzas para la misión terrenal.
Y pasar al otro plano que nos espera a todos en algún momento.
Recuerde y abrace hoy el alma y espíritu de sus fieles difuntos.
Que yo haré lo propio.
Buen inicio de Noviembre de 2022.