Columnas

El silencio triste y sus cien infiernos

David Ed Castellanos Terán

@dect1608

El silencio triste y sus cien infiernos

La detención del General Salvador Cienfuegos Zepeda, ex titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), no solo sorprendió al gobierno mexicano de Andrés Manuel López Obrador que recarga el ejercicio del poder en los soldados, sino que más de una decena de gobernadores guardaron silencio ante la inverosímil captura de uno de los militares más influyentes dentro y fuera del territorio nacional.

Aunque un interesante grupo de mandatarios estatales no comulgan con las políticas del presidente mexicano y critican su nueva estrategia de seguridad, al parecer en el discurso político de ese puñado de gobernadores, no está el pronunciamiento respecto a la captura de Salvador Cienfuegos; aun cuando la mayoría de esos políticos fueron respaldados por el General Salvador, en la guerra contra los cárteles de la droga y pistoleros que fracturaron la paz en sus entidades

Los discursos exclusivamente salen de la presidencia de la República Mexicana, un día el Comandante Supremo López Obrador, declara que en el país sus oficinas gubernamentales contra el narcotráfico u otros delitos, no perseguían por ningún motivo a Cienfuegos Zepeda. Horas más tarde, ya el día sábado, en Oaxaca, el presidente mexicano sigue firme y con el uniforme militar de su patria bien puesto; a quemarropa defiende la honorabilidad y lealtad de sus fuerzas federales Marina, y Defensa Nacional. La segunda, transita en su sexenio como “el hijo predilecto”, y critica el actuar de la DEA en México; quizá se le pasó la mano al presidente pero subrayó que la Agencia norteamericana, “estaba completamente metida en la Secretaría de Marina”, y recrimina que en el pasado no se cuidó la soberanía nacional.

Para la gira presidencial del domingo, el Almirante Secretario Rafael Ojeda Durán, titular de la Marina Armada de México (SEMAR), dio positivo a Coronavirus, por fortuna y gracias a su Dios, es asintomático; entonces el presidente de los mexicanos, con una Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) fracturada, trastocada y tambaleaba por el Gobierno de los Estados Unidos, tras la captura de un general altamente respetado; bajó  al tono de su discurso y se dejó caer en el General Salvador Cienfuegos Zepeda, argumentando que su detención es una muestra clara de la decadencia que dejó el neoliberalismo en el país.

Lo del presidente Andrés Manuel, el neoliberalismo y la captura de Cienfuegos, fue en Ostuacán, Chiapas, al presentar en la presa “Peñitas”, una estrategia para evitar inundaciones; le digo, fue el domingo a primera hora.

No fue un fin de semana fácil para la política militar y de relaciones entre México (los mexicanos) y Estados Unidos. La neutralización de Cienfuegos, el imperdonable silencio de Enrique Peña Nieto, y los gobernadores actuales, las contradictorias declaraciones del Comandante Supremo López Obrador y ese tuit aclaratorio del embajador Christopher Landau; aunado a ello, la humillante derrota de Morena, el partido del presidente en Coahuila e Hidalgo, parecieran la antesala de un Apocalipsis.

“La lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico es una lucha compartida. Los delincuentes y las drogas matan a 🇲🇽 y 🇺🇸. Nos urge trabajar hombro a hombro en ambos lados de la frontera. No es nada fácil, pero somos más los buenos.“, @USAmbMEX a las 16:25 horas del sábado, cuando a México se le salía de tono el discurso en Oaxaca.

En otras palabras, lo que el Embajador quiso decir fue: “El matrimonio y los deberes dentro y fuera del hogar son una lucha compartida. Las drogas, poca comunicación e infidelidad matan a la pareja. Nos urge trabajar hombro con hombro, en equipo y compartir responsabilidades. No es fácil pero si le sigues de baquetón me voy a divorciar”.

El que entendió… entendió.

davidcastellanost@hotmail.com